En la Premier ya pagan el doble, ¿fuga de talentos a la vista?

A mediados de los años 90 y al amparo de las televisiones, el fútbol español se convirtió en la Liga de las Estrellas, dando un paso al frente en el panorama internacional y alcanzando la máxima tasa de calidad y talento por kilómetro cuadrado. Como si de un chamizo -aunque con dimensiones palaciegas- se tratara, la gran tempestad económica que vive el planeta amenaza con echar abajo todo el tinglado futbolístico patrio, y sólo las Ligas mejor estructuradas y con cimientos más sólidos que los del ladrillo español están en disposición de seguir dando sueldos millonarios a la élite del fútbol mundial. Es una realidad impuesta, poco a poco, por las circunstancias y que algunos protagonistas todavía se resisten a aceptar: en España, las nóminas de los jugadores se han reducido de manera considerable.

Como esta precariedad de las arcas de los clubes coincide con el mayor esplendor en la historia del fútbol nacional, poco a poco se está vislumbrando una tendencia que puede acabar en flujo migratorio habitual del talento español. Ya no sólo los megacracks mundiales son el blanco de los grandes equipos de Inglaterra, Alemania o Italia. Las facilidades que dan la globalización y el reclamo tan seductor del cartel 100% ibérico hacen que ya a cualquier club europeo se le antoje tener un españolito en sus filas. Y bien que pueden, porque sus ofertas son imposibles de igualar por la gran mayoría de los clubes de la piel de toro.

Caso concreto: José Alberto Cañas (Rota, 1987), medio centro del Real Betis. Este canterano, sobrino de Juanjo Cañas, referente de la entidad sevillana durante 15 temporadas, alcanzó el primer equipo hace cuatro temporadas, después de militar en los dos filiales béticos. En silencio, y de forma tan tranquila y ordenada como es su juego, consiguió que Pepe Mel le fuera dando minutos hasta ser habitual en las alineaciones de la actual plantilla, que sorprendentemente marcha cuarta al llegar la mitad de la temporada.

El Swansea ofrece a Cañas 900.000 euros al año; el Betis, la mitad

Hasta aquí, es la historia de un canterano con final feliz, es decir, asentándose en el primer equipo. Pero Cañas cumple contrato el próximo 30 de junio, y el problema ha venido cuando desde la Premier se han fijado en su fútbol. Según ha conocido El Confidencial de fuentes cercanas a la operación, el Swansea, equipo entrenado por Michael Laudrup, le ofrece un sueldo de unos 900.000 euros netos anuales (más o menos el triple de lo que gana actualmente) durante tres temporadas. Y el club bético sólo ha podido -o querido- ofrecerle poco más de la mitad, unos 500.000 euros, cifra acorde a la gran mayoría de sueldos de este caché que actualmente se firman en Primera. El Swansea ofreció un millón de euros para llevarse al jugador ahora, oferta rechazada por los dirigentes béticos, que la ven insuficiente y que al parecer prefieren contar con el jugador estos seis meses  aunque se vaya gratis en verano. 

Es en ese punto donde queda claro que la gran mayoría de españoles en la situación de Cañas preferirán irse al extranjero. El conjunto verdiblanco, presidido con tiento por Miguel Guillén, está en proceso concursal desde 2010 y tras aplicarse a conciencia en el apartado económico ve la luz al final del túnel. En las oficinas del Villamarín opinan que no pueden darle a cualquier canterano lo que sería prácticamente el sueldo más alto de la plantilla actual, porque crearían un difícil precedente. En la afición y prensa afín hay más dudas, y creen que es con tipos como Cañas con quienes se deben hacer esfuerzos económicos en pos de lograr una identidad mayor a medio plazo. El entorno del jugador se resigna al entender que los emolumentos que se le niegan ahora, se los pagarán al primer extranjero con ciertas expectativas que llegue al Betis.

En definitiva y sin entrar en más detalles, es una realidad el desfase actual entre la gran calidad futbolística española y los pocos recursos económicos que hay aquí en comparación con otras ligas extranjeras. Así, no sorprende tanto que el Swansea tenga en sus filas a cuatro españoles: Michu, actual sensación de la Premier y que hace dos años ni siquiera era titular indiscutible en el Celta en Segunda División; Chico, Pablo Hernández y Rangel (lateral derecho que aquí sólo alcanzó la Segunda B). Tampoco que en la Premier haya un total de 28 futbolistas nacidos en España o que el lateral derecho del Castilla (Segunda B) el año pasado, Dani Carvajal, sea uno de las estrellas del Bayer Leverkusen alemán.

La grandeza del fútbol reside en que todos estos equipos que ahora tienen la sartén por el mango en lo económico, posiblemente acaben siendo inferiores en el campo al Betis, Rayo o Valladolid, por citar a tres conjuntos que dan calidad a nuestra Liga teniendo presupuestos tan bajos que hace 10 temporadas los igualaba cualquier Segunda español.