Las salidas de tono de Pepe pueden costarle su renovación

Las constantes salidas de tono de Pepe están cansando a los dirigentes madridistas, que no entienden que en prácticamente en cada encuentro monte algún número sobre el terreno de juego, que tiene como consecuencia que esté muy cerca de la expulsión partido tras partido y, de paso, convertirse en el gran protagonista después de los choques con los ataques verbales que sufre por parte de los contrarios. Los últimos han sido Joaquín, Soldado y Albelda, pero antes lo fueron Luque, la mitad de la plantilla del Espanyol o la otra mitad de la del Getafe.
 
Los avisos lanzados desde la zona noble del Bernabéu, con el único objetivo de que se calme, no han tenido efecto alguno y ya miran al defensa con preocupación. Hasta el propio Mourinho ya le ha dado más de un toque por esa transformación que sufre cuando se viste de corto y se pone las botas de fútbol. El técnico ha decidido sustituirle tras dos clamorosos errores del defensa en los partidos ante el Hércules y Milan, señalando claramente al ex del Oporto.
 
Pepe no termina de calibrar la repercusión que puede tener su habitual nerviosismo sobre el terreno de juego. Y es que en los dirigentes del Real Madrid ya se cuestiona la renovación o no del central, negociación abierta hace un año y que no ha terminado debido a la gran diferencia que existe entre los que ofrece el club blanco y lo que ahora pide el defensa: tres millones de euros contra siete millones. Además, en las últimas semanas se ha añadido el problema de su conducta. "Si sigue así no hay que firmar un nuevo contrato", afirma un alto directivo madridista.

Su contrato finaliza en año y medio
 
El central termina contrato con el Real Madrid el 30 de junio de 2012 y no es normal que las negociaciones lleven abiertas más de un año. La intención del club, en un principio, era la de tender la mano para alcanzar un acuerdo, pero las exigencias de Jorge Mendes, agente del jugador y de Mourinho entre otros, frenaron en seco el posible acuerdo. Los que conocen al portugués afirman que no está centrado por las largas que está recibiendo para la rúbrica del nuevo vínculo y lo cierto es que esta temporada está más desacertado que nunca,  hasta completar su campaña más floja desde que viste de blanco. Los 1,5 millones de euros cree que no reflejan con exactitud su rendimiento en el campo y así se lo ha hecho saber Mendes a Florentino y Valdano. Ahora, y si ya existían importantes diferencias, parece que el nerviosismo  que muestra sobre el césped, abre aún más la distancia para la llegada del acuerdo definitivo.
 
Diferentes informaciones aparecidas, señalan al Barcelona como uno de los equipos que se han interesado por conocer la predisposición del portugués a cambiar de aires. En caso de no llegar a un acuerdo, el jugador fichado por Ramón Calderón podría negociar con el equipo que quisiera dentro de un año, mientras tendrá que seguir con el actual contrato hasta la llegada de un acuerdo o la aparición de un equipo que ponga los 120 millones de euros que figurán como cláusula de rescisión o que el Real Madrid se siente a negociar su traspaso.

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