Es noticia
Joan Laporta, el regreso del elefante
  1. Deportes
  2. Fútbol
EL EX PRESIDENTE AZULGRANA SE CONVERTIRÁ EN UN OBSERVADOR DE SANDRO ROSELL

Joan Laporta, el regreso del elefante

"Que nadie lo olvide: ¡somos elefantes!", solía argumentar Joan Laporta a quien osaba echarle un pulso para recordarle que sus raíces están en el combate cuerpo

Foto: Joan Laporta, el regreso del elefante
Joan Laporta, el regreso del elefante

"Que nadie lo olvide: ¡somos elefantes!", solía argumentar Joan Laporta a quien osaba echarle un pulso para recordarle que sus raíces están en el combate cuerpo a cuerpo y en el liderazgo de una de las plataformas más combativas en el barcelonismo, denominada 'L'Elefant Blau' (El Elefante Azul). Este lunes, aquel elefante ha vuelto sobre sus pasos al anunciar que la junta directiva del Barcelona que preside Sandro Rosell ya puede estar atenta porque el ex presidente se convierte en el más firme observador de la acción de gobierno del nuevo mandatario azulgrana.

¿Qué ha pasado para esta resurrección del elefante que un día decidió retirarse? Que a Laporta y a sus ex directivos los quieren llevar al juzgado. Que la actual directiva los llevará en breve a los tribunales. ¿El motivo? Unas cuentas del año pasado en rojo y un cómputo de siete años de gestión en el mismo color. Como corrobora la auditoría de 'Deloitte'. Laporta, claro, lo niega todo y lo explica al revés, igual que cuando hace años coincidió con Rosell en el Barcelona y cada uno de puertas a fuera interpretaba el club con palabras antagónicas a pesar de pretender describir un mismo hecho.

Laporta y Rosell casi nunca se entendieron cuando cohabitaron durante dos años en el Barcelona, y ahora han dado un paso más allá: retarse en los tribunales. Rosell, de la mano de la asamblea de compromisarios, está preparando una demanda que podría provocar, en el peor de los casos, que una veintena de ex directivos, incluido Laporta, tengan que reponer unas pérdidas de 47 millones de euros, aunque una póliza cubriría hasta 25. Por su parte, Laporta impugnará la Asamblea y estudia diversas demandas aún sin concretar, escenificando una obra ya vista en el club, como cuando tiempo atrás la vida de la entidad azulgrana llegó a un punto de judicalización tal en la etapa de Josep Lluís Núñez que era difícil seguir los casos en los tribunales.

Laporta ha hecho un paréntesis en su nuevo vuelo político hacia la Generalitat al frente de la plataforma independentista Solidaritat Catalana, y ha recuperado el discurso más contundente de la marca 'Elefant Blau', al cargar sin tregua contra Rosell. Le llamó "resentido, celoso y envidioso", además de insinuar que es un hijo de papá, que no está a la altura del cargo que ostenta y muchas más cosas que dejaron aturdida la sala de prensa del Colegio de Periodista de Cataluña, donde el ex presidente del Barcelona se defendió con uñas de los ataques que, asegura, le lanzan para desprestigiarle y minar su carrera política.

En medio de todo este revuelo, que no ha hecho más que empezar, vuelve a estar el Barça, que en este caso se siente protegido y amparado por un especialista también en sufrir estos revuelos en 'Can Barça', como es el técnico Josep Guardiola, quien en las últimas semanas ha mostrado un ademán de preocupación cada vez que le preguntaban por lo agitado del entorno. De la nueva batalla en la que entra el Barcelona se desconoce el impacto que tendrá y hasta qué nivel puede penetrar en la entidad, en la enésima guerra civil en el club. En el origen de todo está una promesa infranqueable del actual presidente de ser transparente y de poner al socio en el centro de las decisiones del club.

Ante esto, Rosell y su equipo recogieron los números cuadrados que le entregó el equipo de Laporta la noche del 30 de junio y, tras revisarlos y pasarlos por la auditora 'Deloitt'e, presentaron unas pérdidas como nunca antes había pasado en el club (79'6 millones de euros). En el cómputo general de los siete años de Laporta, (más los 7 días de la temporada 2002-03 que un juez le imputa como un año y cuyo saldo también negativo es de 63'8 millones, decisión que está recurrida en el Supremo), Rosell y su junta constataron que el balance final de todo el mandato era de 48'7 millones negativos, cantidad que permitía pedir responsabilidades.

De la mano de la Asamblea, donde muchos socios plantearon un dilema moral, al final la junta recogió el voto afirmativo para demandar a la junta de Laporta, que a su vez argumentó mala fe en la revisión de las cuentas y por tomar como válido un ejercicio, el de 2002-03, que está en los tribunales. Ante este panorama, el Laporta más implacable ya ha anunciado que da un paso al frente para ser un observador permanente, que no opositor, como quisi subrayar, aunque el recuerdo de liderazgo al frente de 'L'Elefant Blau' presagia semanas y meses movidos en Can Barça.

"Que nadie lo olvide: ¡somos elefantes!", solía argumentar Joan Laporta a quien osaba echarle un pulso para recordarle que sus raíces están en el combate cuerpo a cuerpo y en el liderazgo de una de las plataformas más combativas en el barcelonismo, denominada 'L'Elefant Blau' (El Elefante Azul). Este lunes, aquel elefante ha vuelto sobre sus pasos al anunciar que la junta directiva del Barcelona que preside Sandro Rosell ya puede estar atenta porque el ex presidente se convierte en el más firme observador de la acción de gobierno del nuevo mandatario azulgrana.

Joan Laporta