Esta vez, la oposición atlética va en serio

La oposición de la actual directiva del Atlético de Madrid amenaza con hacer mucho ruido. No es porque en las anteriores ocasiones no pusieran todo su empeño en convencer a la afición rojiblanca de que el club necesitaba un cambio de dirección, pero sí es cierto que el actual enfrentamiento parece haber alcanzado mayor trascendencia entre la masa social atlética.

Asociaciones como Salvemos el Calderón o Señales de Humo han organizado en los últimos años manifestaciones y concentraciones para mostrar su descontento con la familia Gil y con el presidente Enrique Cerezo, dueños de la SAD. Pero el resultado de las mismas no tuvo la suficiente influencia, no llegando a convencer a una mayoría representativa.

Esta vez, la polémica política de fichajes del Atlético durante el verano, unido a la comparecencia pública del director deportivo, Jesús García Pitarch, (donde en vez de tranquilizar los ánimos los alteró aún más), ha logrado que se apunte desde varios frentes a Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado, y Cerezo como culpables de la no recuperación de este club histórico.

Ante este panorama, Gil Marín envió el pasado domingo una carta abierta al diario As. En ella, se culpaba de la situación actual a los factores externos (la Ley de SAD, la realidad del mercado futbolístico actual, los favores que recibe su vecino el Real Madrid, la intervención judicial, etc.) y pedía que se recuperasen entre todos los valores perdidos del fútbol.

La carta echó más leña al fuego. Ya circula por la red un cartel de convocatoria para manifestarse antes del encuentro del sábado ante el Racing de Santander. Algo similar ocurrió hace unos meses al final de la temporada pasada. Entonces, a través de la red social ‘Facebook’ se movilizó la oposición para manifestarse antes de un partido en casa. Pero la lucha deportiva en la que estaba inmerso el equipo por lograr el pase a la Liga de Campeones no permitió que estas quejas tuvieran relevancia.

Ahora la actualidad del Atlético de Madrid en los medios se basa en el descontento que muchos atléticos sienten ante la actuación de unos directivos que dan síntomas de fin de ciclo. De lo que se les acusa no es algo nuevo. En los diversos foros desde donde se hace oposición a los dueños de esta SAD, siempre se repiten las mismas cuestiones: la mala inversión en fichajes, los 13 años sin títulos, el paso por Segunda División, la pérdida de la posición histórica de privilegio, la poco ortodoxa conversión en Sociedad Anónima realizada en 1992 por el entonces presidente, Jesús Gil, la posterior intervención judicial por gestiones fraudulentas…

Toda esta retahíla de acusaciones han estallado ahora tras un convulso verano que ha despertado las iras de una de las aficiones más pasionales. Esta vez, parece que el enfado es mayoritario. El sábado veremos de qué manera se transforma ese malestar en protesta.