El deportista a seguir | 'Mola', el ariete del que se rieron por un penalti que ya es historia del fútbol

Ganar un trofeo a nivel europeo no es algo que esté al alcance de cualquier futbolista. Solo un reducido puñado de jugadores es capaz de conseguir un éxito a nivel continental y, aún menos, aquellos que pueden presumir de haber conseguido un trofeo gracias a su inestimable participación. Ser el héroe de una gran final solo está al alcance de los elegidos y, aún menos, para aquellos que han tenido que reponerse de momentos duros en lo deportivo.

Este miércoles, se disputaba la gran final de la Europa League, un partido en el que el Bayer Leverkusen partía como el gran favorito. Sin perder un solo encuentro en toda la temporada, jugando un fútbol alegre y de ataque y, sobre todo, sin haber encontrado un solo equipo en Europa que supiera frenar su estilo de juego, los alemanes se presentaban al partido como los candidatos indiscutibles. Pero enfrente, la Atalanta, no estaba dispuesta a ser un convidado de piedra.

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Rubén Rodríguez

El conjunto italiano sorprendió a los pupilos de Xabi Alonso y, cuando quisieron darse cuenta, el marcador mostraba un 3 a 0 en contra que ya fue incontestable. Y un nombre propio destacó en la gran victoria del conjunto italiano: Ademola Lookman. El delantero, hasta ese momento desconocido para muchos, se destapó con un hat trick en la gran final, siendo una pesadilla para la defensa del Bayer y mostrándose como el gran líder de su equipo para llevarlo al título.

Lookman dio un verdadero recital en Dublín: velocidad, explosividad, potencia y disparo para confirmar que iba a ser la gran estrella de la final. Tres goles de bella factura, especialmente el tercero, realmente bueno, para llevar a la Atalanta a tumbar a uno de los cocos del viejo continente. Pero lo que no muchos saben es que, hace no demasiado, el delantero inglés -aunque internacional con Nigeria- fue el centro de las mofas del fútbol inglés por un penalti.

De padres nigerianos, Lookman nació en Londres hace 27 años. Desde muy temprano, demostró grandes habilidades con el balón pues, a su velocidad innata, había que sumarle su buen trato al esférico y la potencia en arrancada. En plena adolescencia, un amistoso contra el Charlton fue su despegue, pues el conjunto londinense no dudó en fichar a ese joven que había destacado ante ellos. A partir de ahí, llegó su explosión en el fútbol inglés.

Jugando varias categorías por encima de su edad, llego al primer equipo de Charlton, donde jugó en Segunda y Tercera... momento en el que el Everton de Ronald Koeman. Fue tan bueno su año que la selección inglesa sub 20 se lo llevó al Mundial del que salió campeón, con la inestimable participación de Lookman. Unos meses después, se marchaba cedido al RB Leipzig, club que le ficharía un año después. Pero si falta de minutos le hizo cambiar de idea.

Así es como llegó al Fulham, donde vivió uno de sus peores episodios como futbolista. No solo por bajar a Segunda sino, sobre todo, por convertirse en el centro de las mofas del aficionado. Sucedió en un partido contra el West Ham, donde los locales se adelantaron en el 91. En el 98, los cottagers disponían de un penalti a favor para empatar y Lookman trató de marcarlo a lo Panenka... siendo un verdadero desastre aquel lanzamiento. Esa jugada le persiguió muchos meses.

Salió del Fulham hacia el Leicester y, de ahí, hace dos veranos, al Atalanta, donde empezó a brillar a gran nivel. La falta de llamadas de Gareth Southgate le llevó a decirse a jugar con Nigeria, con la que acabó como subcampeona de la Copa de África. Hace unos días, se convertía en el cuarto jugador de la historia del fútbol en marcar un hat trick en una final Europa, después de Di Stéfano, Puskas y Heynckes. La vida siempre te da segundas oportunidades. Y Lookman no la desaprovechó.