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Raúl a Luis Aragonés: "¡Que le vaya bien míster, que tenga mucha suerte!"
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EPISODIOS NACIONALES. CAPÍTULO UNO: EL NACIMIENTO DE LA NUEVA ESPAÑA

Raúl a Luis Aragonés: "¡Que le vaya bien míster, que tenga mucha suerte!"

España es otra desde que empezó a ganar, a partir del momento en el que se acostumbró a vivir con la presión de la alta competición.

Foto: Raúl a Luis Aragonés: "¡Que le vaya bien míster, que tenga mucha suerte!"
Raúl a Luis Aragonés: "¡Que le vaya bien míster, que tenga mucha suerte!"

España es otra desde que empezó a ganar, a partir del momento en el que se acostumbró a vivir con la presión de la alta competición. Unos ven el origen del cambio en la famosa tanda de penaltis de Viena, ésa en la que Casillas se convirtió en un muro infranqueable para los italianos. Sin embargo, otros, como es el caso de Luis Aragonés, ponen el punto de partida más atrás. En concreto en septiembre de 2006, momento en el que el entonces seleccionador decidió romper con uno de los símbolos recientes del fútbol español. Hablamos, claro está, del instante en el que Raúl dejó de formar parte de las convocatorias de 'La Roja'.

Luis Aragonés y Raúl se llevaban bien, al menos se aguantaban. De hecho, el exseleccionador decidió esperar al madridista antes de dar la lista definitiva para el Mundial de Alemania. Una lesión en la rodilla había apartado al delantero durante gran parte de la temporada pero Aragonés quería tener al capitán junto a él. Y el siete blanco no falló. Se entregó a tope para llegar a la cita y allí estuvo. Las cosas no sucedieron tal y como estaban escritas en el guión. Al entrenador no le gustaron ciertas actitudes del capitán respecto a su relación con el grupo y a su cierto aislamiento con Michel Salgado respecto al resto. La celebración de su gol ante Túnez lo resumió a la perfección y no gustó en el vestuario. El distanciamiento empezaba a fraguarse.

El triste papel de España, cayendo eliminados ante Francia en octavos, unido a la promesa hecha por Luis Aragonés de abandonar el barco en caso de no pisar semifinales, creó un clima de tensión sin igual. Algunos vieron al seleccionador fuera y más por cómo se inició la clasificación de la Eurocopa de Austria y Suiza. Tras ganar a Liechtenstein, España viaja a Belfast para caer derrotada ante Irlanda del Norte por tres goles a dos. Más leña al fuego a un ambiente que se podía cortar con un cuchillo.

El distanciamiento definitivo se inicia el día anterior al desplazamiento a Irlanda del Norte. Algunos jugadores decidieron quedarse en el hall del hotel de concentración, hablando y no descansando en la habitación. La escena no le gustó a Luis y se lo recriminó a los allí presentes, entre los que se encontraban Raúl y Michel. Más tensión que se acentuó ya de regreso en Madrid cuando el siete se despide de Luis con la derrota en Belfast aún caliente. El capitán espeta al que todavía era su entrenador: "¡Qué le vaya bien míster, mucha suerte!", como dando a entender que su futuro en el banquillo español tenía los días contados.  Luis aguantó y fue capaz de llevar a España al éxito de Viena sin Raúl y sin egos, tal y como reconoció en una reciente entrevista publicada en Marca. "Esta selección nace cuando se acaban los egos", dijo Aragonés. Por tanto, y para el seleccionador que llevó a la Selección a recuperar la gloria europea, el punto de partida de esta nueva España fue el día en el que decidió olvidarse de manera definitiva de Raúl González.

Uno y otro nunca han querido aclarar lo sucedido. Siempre se han referido a ello de manera ambigua. Ni la rueda de prensa que ambos compartieron en la Ciudad del Fútbol sirvió para terminar con los rumores. No fue más que una pantomima que escenificó a la perfección que ambos caminaban ya por caminos completamente divergente. 

España es otra desde que empezó a ganar, a partir del momento en el que se acostumbró a vivir con la presión de la alta competición. Unos ven el origen del cambio en la famosa tanda de penaltis de Viena, ésa en la que Casillas se convirtió en un muro infranqueable para los italianos. Sin embargo, otros, como es el caso de Luis Aragonés, ponen el punto de partida más atrás. En concreto en septiembre de 2006, momento en el que el entonces seleccionador decidió romper con uno de los símbolos recientes del fútbol español. Hablamos, claro está, del instante en el que Raúl dejó de formar parte de las convocatorias de 'La Roja'.

Raúl González Blanco