El enésimo fracaso de Messi en Champions, el recado de Müller y el error de cálculo del PSG

El PSG volvió a fracasar en la Champions. El conjunto parisino, un equipo hecho a base de talonario con el objetivo de poder levantar el primer entorchado europeo de su historia, volvió a estrellarse en la mejor competición del viejo continente, esta vez ante el Bayern. Ni contar con un equipo lleno de estrellas, con varios de los jugadores más determinantes del planeta, ni con el recién nombrado The Best le han evitado hacer un nuevo ridículo en Europa. Y Leo Messi vuelve a quedar señalado.

El argentino volvió a centrar buena parte de los focos de la eliminación del PSG, en un partido en el que se le vio caminando, con poca intensidad y sin ninguna presencia en ataque. Es verdad que fue algo común a todo el equipo, pero cuando cuentas con el recién nombrado mejor jugador del año para la FIFA, se espera mucho de él. Y lo cierto es que volvió a mostrarse muy alejado de su mejor versión: previsible, apagado y desconectado, fue plano cuando más lo necesitaba su equipo.

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Albert Ortega

El problema no es que Messi haga un mal partido, algo que puede suceder, sino que su escaso acierto en los partidos importantes de su club empiezan a pasar factura a su equipo. Como ejemplo, un dato: desde que Messi ganara su última Champions en la 2014-15, en los ocho partidos donde su equipo se jugaba la clasificación a la siguiente ronda, no ha dado una sola asistencia y solo ha marcado un gol, el conseguido con el Barça al PSG en la vuelta de octavos (1-1) de la 2020-21.

Tras aquel título en Berlín, Messi suma ocho eliminaciones: en la 2015-16, cayó en cuartos con el Atlético (3-2 en total); en la 2016-17, en cuartos con la Juve (3-0); en la 2017-18, en cuartos con la Roma (4-4, con el valor doble de los goles); 2018-19, en semis con el Liverpool (4-3); en la 2019-20, en cuartos con el Bayern (8-2, a partido único por el covid); en la 2020-21, en octavos con el PSG (5-2); ya con los galos, cayó en la 2021-22 en octavos con el Madrid (3-2); y este curso, con el Bayern (3-0).

Evidentemente, que un equipo caiga eliminado no depende en exclusiva de un jugador, pero ni es menos cierto que de Messi siempre se espera algo más. El propio Thomas Müller, uno de los verdugos del PSG esta temporada, mostraba esta sensación tras el partido: "Contra Messi, las cosas siempre salen bien a todos los niveles en cuanto a resultados. A nivel de clubes, Cristiano Ronaldo era nuestro problema cuando estaba en el Real Madrid", explicaba. Un 'recado' cargado de verdad.

Y es que Müller y Messi se han enfrentado siete veces en la Champions, con seis victorias para el alemán, mientras que se ha medido en ocho ocasiones a Cristiano y solo le pudo derrotar una vez. Da la sensación de que el Bayern se ha convertido en uno de los grandes cocos de Messi, un equipo que le trae malos recuerdos y al que siempre se ha medido lo ha pasado mal. Sin ir más lejos, este miércoles solo tiró una vez a portería y perdió la friolera de 19 balones. Casi nada.

El problema de jugar con el freno de mano

Pero para analizar lo que le ocurrió al PSG en octavos, quizá sea necesario ir unos meses atrás. Era el 2 de noviembre de 2022, fecha en la que se disputaba el último encuentro de la fase de grupos: los galos ganaban por 1 a 2 a la Juventus y, entonces, decidieron bajar el pistón, relajarse, tomarse los últimos veinte minutos de relax y dejarse llevar. ¿Qué pasó? Que en el otro partido, el Benfica apretó para ganar por a 1 6 al Maccabi Haifa y dejar a los franceses segundos de grupo.

Ese hecho es el que hizo que el PSG entrara en el sorteo como segundo de grupo y, por tanto, se midiera a los rivales más difíciles en un hipotético cruce. La fortuna quiso que el Bayern fuera su rival y que, en 180 minutos, los alemanes desactivaran, aplastaran y ningunearan a un equipo hecho a base de talonario que soñaba con levantar la Champions. Otro año será, pero los del Parque de los Príncipes siguen dejando las mismas dudas... encabezadas por Leo Messi.