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"Cuando te dan palos, te levantas": lección de Laia Codina para hacer creer a España en el Mundial
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"Cuando te dan palos, te levantas": lección de Laia Codina para hacer creer a España en el Mundial

El equipo español ya está en los cuartos de final del Mundial femenino, con un vendaval de juego ante Suiza que sirve para borrar la bochornosa imagen ofrecida días atrás con Japón

Foto: Laia Codina celebra su gol ante Suiza. (Reuters/Molly Darlington)
Laia Codina celebra su gol ante Suiza. (Reuters/Molly Darlington)

La Selección española tiene motivos para sonreír. Después del duro varapalo recibido en el último partido de la fase de grupos, donde el combinado nacional fue un muñeco de trapo ante Japón, el encuentro de los octavos de final del Mundial se antojaba, aun si cabe, más importante de lo que ya era. No solo porque España estaba ante la oportunidad de hacer historia, sino, también, por la necesidad de sacudirse y demostrar que puede ser capaz de luchar por todo.

Tras un comienzo de campeonato en el que derrotó a Costa Rica y Zambia con absoluta solvencia, España se media Japón como primera verdadera piedra de toque del Mundial. El resto, ya es de sobra conocido: el combinado nacional no compitió en ningún momento y fue vapuleado, lo que le valió clasificarse como segunda de grupo y medirse a Suiza en octavos de final, un equipo que había acabado con Noruega y que llevaba tres partidos sin haber encajado un solo gol.

Foto: España celebra uno de sus goles ante Suiza. (Reuters/Molly Darlington)

Si España quería demostrar que es una selección que puede pelear por el título mundial, era el momento demostrarlo… y no defraudó lo más mínimo. Jorge Vilda optó por hacer cinco cambios inicio, entre ellos, dejar a la portera Misa Rodríguez y a la gran estrella Alexia Putellas en el banquillo, y le salió bien la jugada. En solo 45 minutos, España ya había resuelto la eliminatoria, con un contundente 1 a 4. Un golpe de autoridad y un aviso a navegantes de lo que está por llegar.

Jenni Hermoso maquilló la cuenta en la segunda mitad, para firmar la manita de España y demostrar que este equipo puede luchar por todo, intentando dejar en el olvido el meneo de Japón y consiguiendo, con el pase a cuartos de final, la mejor clasificación histórica de la Selección en el mundial. Pero, ¿qué llevó a España a mostrar su mejor versión ante Suiza? El autogol de Laia Codina es la mejor explicación para entender el sentimiento del equipo.

La central del Barcelona estaba en uno de los días más importantes de su carrera. La lesión de la capitana Ivana Andrés y las dudas de Rocío Gálvez ante Japón, provocaron que Vilda la hiciera debutar. Solo habían transcurrido once minutos de partido, España ya se había adelantado en el marcador y la central azulgrana decidía ceder un balón intrascendente desde su campo a su guardameta Cata Coll, también debutante este sábado. El drama estaba a punto de tener lugar.

En una jugada prácticamente automática, la central no levantó la cabeza para ver que la guardameta estaba fuera de su posición. Cuando lo hizo, el balón ya llevaba la fuerza y la dirección suficientes como para convertirse en el empate uno, un autogol que volvía a complicar España. Poco duró la alegría para Suiza, pues cinco minutos después, la Roja volvió a ponerse por delante. Pero Laia Codina seguía dando vueltas a esa jugada: algo tenía que hacer para quitarse el mal sabor de boca.

Y, como si de una película de Hollywood se tratara, en la última jugada de la primera parte, obtenía su premio: en un córner, tras conectar con el centro de Jenni Hermoso, el balón quedaba muerto en el área tras una serie rechaces. Entonces, Laia Codina la pegaba con más corazón que clase para introducir el balón en la portería, está vez sí, helvética. Acababa de llegar su redención. Al final del partido, explicaba su sentimiento: "Cuando te dan palos, te levantas".

"Al final, cuando he visto que ha entrado, he dicho: 'Bueno, ya está, comienza otro partido desde cero'. Como en la vida, cuando te dan palos, te levantas y una solución era que marcara yo y he dicho: 'Hay que meter, hay que meter'. Cuando he visto que tenía la opción, sabía que tenía que ser mía. Tenía que serlo por el equipo, porque al final, bueno, me había metido ese gol y ya está. Ha entrado y eso compensa un poco", afirmaba la jugada al término del encuentro.

Esa es la verdadera razón que ha llevado a España a mostrar su mejor cara contra Suiza, acabar con las helvéticas por la vía rápida y conseguir por primera vez en su historia la clasificación a los cuartos de final del Mundial. España está de vuelta, vuelve a sonreír y muestra su candidatura al título. Su próximo rival saldrá de la eliminatoria entre Países Bajos y Jamaica. Nadie dijo que ganar un Mundial fuera fácil, pero España no se va a rendir. Siempre hay que levantarse.

La Selección española tiene motivos para sonreír. Después del duro varapalo recibido en el último partido de la fase de grupos, donde el combinado nacional fue un muñeco de trapo ante Japón, el encuentro de los octavos de final del Mundial se antojaba, aun si cabe, más importante de lo que ya era. No solo porque España estaba ante la oportunidad de hacer historia, sino, también, por la necesidad de sacudirse y demostrar que puede ser capaz de luchar por todo.

Tras un comienzo de campeonato en el que derrotó a Costa Rica y Zambia con absoluta solvencia, España se media Japón como primera verdadera piedra de toque del Mundial. El resto, ya es de sobra conocido: el combinado nacional no compitió en ningún momento y fue vapuleado, lo que le valió clasificarse como segunda de grupo y medirse a Suiza en octavos de final, un equipo que había acabado con Noruega y que llevaba tres partidos sin haber encajado un solo gol.

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