Messi rinde homenaje a Maradona y Griezmann brilla frente a Osasuna (4-0)

El día después de perder contra el Atlético de Madrid, Antoine Griezmann concedió una entrevista a Universo Valdano en la que se lamentaba por las críticas que estaba recibiendo achacándolas a que era un foco fácil porque no hablaba con los periodistas porque prefería hacerlo dentro del campo. En Kiev, el francés salió cuando el partido ya estaba solventado, disputó media hora y marcó un gol, el 0-4. Ante Osasuna, por fin, habló en el césped. De mediapunta, con Braithwaite de 9, Griezmann fue un festival. Sus desmarques y movimientos entre líneas fueron constantes, asistió y probó a Herrera, se le notaba cómodo y desinhibido, libre por fin y tras el primer tanto de Braithwaite en una jugada embarullada, marcó un golazo de volea con la zurda desde fuera del área en el 42’. Era su tercer tanto en la Liga y sin duda el mejor.

Por fin parecía una tarde feliz para el Barça, pero todo se torció con una lesión de Lenglet que deja a su equipo en cuadro y sin centrales, un drama para Koeman que tendrá que improvisar con lo que tiene, que es De Jong y el canterano Mingueza a la espera de que Araujo, en la última recta de su recuperación, regrese. El técnico se mostró cauteloso a la hora de hablar de la lesión del central francés, la que parece leve a la espera de las pruebas.

El Barça no se podía permitir fallar tras la victoria del Atlético en Valencia y Koeman volvió a ser audaz con la alineación al apostar por Pedri como acompañante de De Jong en el doble pivote, con una línea de tres formada por Messi, Griezmann y Coutinho y con Braithwaite de referencia en ataque. Y funcionó. Desde el primer momento se vio a un equipo alegre y comprometido. A Pedri, que ya ha jugado en todas las posiciones posibles en el centro del campo, le costó, pero obediente y enchufado se sumó a las coberturas defensivas mientras que ‘el principito’ se desmarcaba sin descanso. El primer tanto de Braithwaite a la media hora fue un respiro y con la preciosa volea de Griezmann se fueron al descanso con un 2-0 que ahuyentaba la angustia y los fantasmas.

Pedri se quedó en el vestuario en el descanso y Koeman dio entrada a Busquets que reaparecía tras su lesión. En el 57’ y tras una pelota que Griezmann recuperó en el centro del campo, Coutinho marcó el tercero. Era el momento de dar descansos pensando en el calendario apretado y Trincao, Dembelé y Junior entraron por Braithwaite, Coutinho y Dest.

Todo transcurría de forma plácida hasta que en el 63’ en una jugada en la que Lenglet y Rubén García disputaban un balón, el francés quedó tendido en el césped tocándose su tobillo derecho con evidentes gestos de dolor. Lenglet se marchó casi sin poder apoyar el pie. Koeman tranquilizaría en rueda de prensa al respecto: "He hablado con él y el doctor un momento. Parece que no es nada serio, pero tenemos que esperar hasta mañana. No sé si podremos contar con él para el partido del miércoles". A la espera de conocer los resultados de las pruebas médicas, el golpe es importante para el técnico holandés, que se quedaría sin sus dos centrales titulares: Piqué y Lenglet.

El único que tiene disponible por el momento es Mingueza, que a sus 21 años y después de toda la vida en el Barça, debutó en Kiev con buena nota y cumplió frente a Osasuna. La espantosa planificación deportiva y la falta de recursos económicos obligarán al técnico a inventarse soluciones y De Jong deberá retrasar su posición hasta que vuelva Araujo porque en Umtiti no se puede confiar.

Homenaje de Messi a Maradona

Pese al golpe anímico por la lesión de Lenglet, el Barça siguió a lo suyo. A Dembélé le anularon un gol por fuera de juego en el 70’ y tres minutos después Leo Messi apareció en plan estelar con un gol de los suyos, marca de la casa, con la pelota cosida al pie izquierdo merodeando por el área hasta que armó un disparo imposible para Herrera. Messi se quitó entonces la camiseta azulgrana y descubrió la que llevaba debajo; la de Newell’s con el 10 de Maradona. El bonito homenaje concluyó con Leo señalando al cielo y con Mateu Lahoz enseñándole una amarilla porque el reglamento así lo estipula y no entiende de honores ni sentimientos. El crack intentó además en el último minuto de partido romper su mala racha con el lanzamiento de una falta que se marchó fuera por poco.

La tarde no pudo ser redonda por la lesión de Lenglet, pero el Barça dio un paso adelante y recuperó a Griezmann para la causa, que falta le hacía, mientras que Messi demostró que el descanso que Koeman le dio ante el Dinamo le ha venido de maravilla.