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El 'dosier Calderón': así se destruye a un presidente del Real Madrid
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"NI IMAGINAS LO QUE ES QUE TE JODAN LA VIDA"

El 'dosier Calderón': así se destruye a un presidente del Real Madrid

Dirigió el Real Madrid entre las dos etapas de Florentino y tuvo que dimitir acosado por varios escándalos... de los que ha sido exonerado por los jueces

Foto: El abogado Ramón Calderón mira por la ventana de su despacho (Foto: Jorge Álvaro Manzano)
El abogado Ramón Calderón mira por la ventana de su despacho (Foto: Jorge Álvaro Manzano)

PREGUNTA. Vamos a zanjar una vieja polémica nada más empezar: ¿fichó usted a Cristiano Ronaldo?
RESPUESTA. Sí. No es que vaya presumiendo de ello todos los días, pero Florentino Pérez insiste en atribuirse el honor. Hace poco dijo en la radio, otra vez, que Cristiano Ronaldo era el mejor fichaje de su mandato. No es cierto. A Cristiano Ronaldo le fichamos Pedja Mijatovic y yo, y he traído unos documentos, que nunca he enseñado públicamente, para probar esto de una vez por todas.

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Meses antes de que Ronaldo fuera presentado como jugador del Madrid, Ramón Calderón dimitió como presidente del club. Le sustituyó Florentino Pérez, que se llevó los flashes del fichaje secreto. El Madrid ganó luego cuatro Champions con Ronaldo como estrella. “Florentino no solo no fichó a Ronaldo, sino que intentó romper el contrato cuando llegó a la presidencia. El jugador estuvo a punto de no venir al Madrid por su culpa, quería incluso renunciar a la compensación de lo contrariado que estaba”, añade Calderón.

Ramón Calderón (Palencia, 1951) dimitió como presidente del Real Madrid el 16 de enero de 2009. Lo hizo en mitad de una terrible tormenta mediática que le acusaba de manipular las elecciones, falsear una asamblea de socios y utilizar tarjetas del club para pagar gastos personales como el golf o el veterinario. Se marchó jurando por su honor que aquello era mentira.

Diez años después, ninguno de estos supuestos delitos ha podido ser demostrado ante los jueces, que han archivado todas las causas pese a la insistencia de Florentino Pérez, presidente de la parte acusadora, que ha intentado llevarlos incluso hasta el Constitucional. De hecho, todas las condenas de aquel periodo son a favor de Calderón, que se querelló contra dos periodistas de ‘El Mundo’ que publicaron informaciones falsas sobre él y su familia. Ahora los dos trabajan para el Real Madrid, contratados por Pérez, así como casi todos los directivos de Calderón. ¿Fue víctima Calderón de sus excesos, de una cacería, de una lucha salvaje de poder o de todas esas cosas juntas?

placeholder Foto: Jorge Álvaro Manzano
Foto: Jorge Álvaro Manzano

Ramón Calderón hoy es un abogado más de la calle Serrano. Tiene un despacho con dos plantas, moqueta anaranjada y madera oscura. Sobre las estanterías, gruesos tomos legales esconden unos bafles Telefunken y un par de camisetas de Fluminense. En la mesa, un ejemplar de '1984' de Orwell, una réplica de la estatua de Di Stefano que mandó construir en Valdebebas y un móvil que celebra los mensajes como los goles una radio antigua.

“Fueron dos años tremendos, para mí y para mi familia”, dice Calderón, “y apenas se recuerda que ganamos dos ligas de fútbol, una de baloncesto y que fichamos a Cristiano Ronaldo. Solo quedó lo malo”. Lo que le duele, confiesa, que recuerden su gestión con máculas porque, aunque la justicia ni siquiera vio indicios de delito en sus actuaciones, España es el país de “si el río suena, agua lleva”. Y este río no llevaba agua.

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PREGUNTA. Diez años sin saber de usted. ¿A qué se dedica?
RESPUESTA. A lo mismo de siempre, a dirigir mi despacho legal, como he hecho los últimos 42 años. Últimamente con menos intensidad: aunque me conservo bien tengo mi edad, y valoro viajar, leer y estar con mi familia.

P. ¿En qué tipo de derecho está especializado?
R. Normalmente trabajo con empresas: juntas generales, dudas fiscales, problemas de índole laboral… casi siempre con sociedades, aunque también he tenido clientes privados.

P. Algunos de ellos son nombres conocidos.
R. Sí, he tenido muchos clientes artistas y toreros, porque mi familia siempre ha estado relacionada con estos ámbitos. Fui el abogado de Paquirri y gestioné su herencia, llevé los contratos de Isabel Pantoja, Martes y Trece, Marta Sánchez, la familia Aragón…

P. ¿Queda algo de aquella vida?
R. Algunos de mis mejores amigos del mundo del espectáculo han muerto. Arturo Fernández, Pedro Osinaga, Lina Morgan, Lola Flores… era fantástico tomar copas con ellos de vez en cuando, porque no tienen el mismo concepto del tiempo que el resto de trabajadores. Son bohemios que viven ajenos a los problemas del resto del mundo, están siempre ilusionados por lo siguiente que van a hacer.

P. Llegó a Madrid en 1975, procedente de su Palencia natal, y se hizo casi de inmediato con una cartera de clientes ilustres.
R. Conozco a gente y además me ha ido bien. En su momento tuve ofertas de grandes bufetes, pero nunca me interesó: esas organizaciones pagan muy bien pero te exprimen hasta la última gota de sudor. No estaba dispuesto a trabajar tantas horas por dinero. Además, he visto a varios amigos míos con problemas de estrés, ansiedad, infartos. Yendo por mi cuenta he podido mantener mi independencia y ganarme la vida bastante bien. Mi hija y mi yerno trabajan aquí, de modo que puedo ayudar y estar cerca de mi familia, no puedo quejarme.

P. ¿Cómo llegó al Real Madrid?
R. Me gustaba desde pequeño. El Madrid, a diferencia de otros equipos, como el Sevilla o el Valencia, no se identifica con regionalismos, sino con una idea global: el éxito. Es por eso la famosa frialdad del Bernabéu. En Palencia, los niños queríamos jugar en el equipo que ganaba, el Madrid, aunque leíamos las crónicas dos días después del partido, que es lo que tardaban los periódicos en llegar a la ciudad.

En 1991, mi amigo Alfonso Ussía me propuso ir en su candidatura como vicepresidente. Y acepté.

Mi desencuentro con Florentino comenzó el día que despidió a Del Bosque después de ganar la liga

P. Se enfrentó a Ramón Mendoza, que ganó aquellas elecciones.
R. Sí, y he de decir que mi relación con Mendoza siempre ha sido excelente. Fue una campaña muy divertida, de 3 ó 4 meses, en los que nos reuniamos en el Club Financiero Génova, intentando conseguir un dinero que no encontrábamos por ningún sitio. Perdimos con honor. Y menos mal, porque no estábamos preparados.

P. ¿A qué se refiere?
R. A que no teníamos estructura, ni directivos, ni mucha idea de cómo dirigir el Real Madrid. Ussía y yo poníamos el ejemplo de esos políticos gallegos que regresaban de Madrid y se decían: "Pues ya tenemos el estatuto, a ver ahora qué carallo hacemos con él". Fue más una aventura romántica que racional.

P. Después estuvo en la directiva de Florentino Pérez en su primer mandato (2000-2006). ¿Cómo fue su relación?
R. Al principio mejor, porque a Florentino aún se le podía decir algo. Más adelante dejó de escuchar a los directivos. Sigue teniendo directivos porque le obligan los estatutos, pero no le importa nada lo que opinen. De hecho ahora, cuando algún directivo se molesta conmigo porque le he retirado el saludo, se escuda en que ellos no tienen nada que ver con el acoso al que me han sometido Florentino y el Real Madrid en los últimos años, y en el fondo sé que es verdad, pero si no han sido capaces de levantar la voz para frenar este abuso es que no son nadie, y yo no hablo con nadie.

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. ¿Cuándo empezó su desencuentro con Pérez?
R. Con el despido de Del Bosque, en 2003. Pérez nos citó a todos los directivos en el restaurante Señorío de Alcocer, justo después de ganar la Liga, para discutir la destitución del entrenador. Yo aluciné, porque el asunto no se había tratado anteriormente en ninguna junta directiva.

Valdano [director deportivo del club] nos dijo que los métodos de Del Bosque estaban anticuados, que había que pensar en el futuro, y todos le dieron la razón. Ahí es cuando me levanté y dije: “Un momento. Si estáis hablando así de Del Bosque es porque ya tenéis otro que le sustituya, entonces no hay mucho que hablar”.

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. Y lo tenían.
R. Naturalmente. Dijeron que Figo había recomendado muy enfáticamente a un portugués, un tal Carlos Queiroz, y que la decisión ya estaba tomada. Yo me opuse y estuve a punto de irme, porque aquello me parecía muy raro, y una barbaridad de decisión. Para colmo, luego Figo dijo que él no había aconsejado a Queiroz, solo que le había entrenado en la selección sub 21 y tenía buena opinión de él, pero que no quería que despidiesen a Del Bosque.

P. ¿Por qué no dimitió?
R. Pues, si te digo la verdad, porque era muy agradable ver los partidos cómodamente, decidir sobre el equipo y, por supuesto, la cuota de vanidad, pero yo no soy un hombre visceral y me decía: “Mientras Florentino no haga una barbaridad, aguanto”. Y eso que Florentino ya llegó mintiendo.

P. ¿En qué mintió?
R. Su eslogan electoral decía “las deudas no se pagan con la Ciudad Deportiva”, que fue exactamente lo que luego él hizo. Y no me quejo, porque aquella operación me pareció muy buena para el Madrid. El club tenía una deuda de 300 millones de euros que nos estaba ahogando y Florentino consiguió pagarla y además construir una ciudad deportiva que es fantástica. Pocos podrían haberlo conseguido, porque hacía falta mover mucho dinero y disponer de buenos contactos.

Siempre reconozco lo que las personas hacen bien, aunque me hayan hecho daño como Florentino Pérez. La gestión de esa deuda, la ciudad deportiva o la sección de baloncesto son aciertos de su gestión. Lorenzo Sanz creó un poco de caos en el club y Pérez lo arregló. Su primera época fue muy buena, pero luego su comportamiento se pervirtió.

Florentino desprecia a los profesionales del fútbol. Siempre ha dicho que su entrenador perfecto sería un ingeniero de caminos

P. Siga.
R. No escucha a nadie, ni a los directivos ni al personal. Florentino desprecia a los profesionales del fútbol. No cree en los entrenadores; él siempre ha dicho que su entrenador perfecto sería un ingeniero de caminos [Florentino Pérez es ingeniero de caminos]. Considera que los entrenadores no son profesionales, que trabajan muy poco, por eso tiene en alta consideración a Mourinho y personas de ese perfil, porque se echan el club a las espaldas y mantienen la tensión elevada.

P. ¿Usted escuchaba a los profesionales?
R. Siempre. Yo departía con Mijatovic, Bucero y Franco Baldini, que eran los que sabían. Eran los que decidían los fichajes, yo solo me aseguraba de que hubiera dinero en caja para pagarlos. Por ejemplo, un día me dijo Mijatovic: “Presi, ya tenemos al central que llevamos tanto tiempo buscando. Se llama Pepe, juega en el Oporto y cuesta 30 millones de euros”. Llevábamos un montón de tiempo, desde Hierro, buscando a un central titular.

Yo le respondí: “¿30 millones de euros? ¡A ver si nos van a matar por esto, Pedja!” (ríe). Pedja me dijo que no, que era un fenómeno, y me fui a Oporto a negociar con Pinto Da Costa [presidente del Oporto]. No me rebajó un euro, el tío, pero Jorge Mendes, que era el agente, sí nos hizo un descuento importante en su comisión, porque quería empezar a trabajar con el Madrid. Y lo trajimos.

P. ¿No hubiera fichado a Pepe si de su opinión dependiese?
R. ¡Yo no! No sabía quién era, imposible. Mijatovic, Bucero y Baldini hicieron otras incorporaciones muy buenas, como Higuaín, Marcelo, que es una leyenda, Robben, Cannavaro, Cristiano, Van Nistelrooy, Sneijder... y veníamos de estar tres años sin ganar un título, la sequía más larga de la historia del equipo.

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. ¿Es el intervencionismo deportivo de Florentino Pérez uno de los males del Real Madrid?
R. ¡Que no te quepa duda! Siempre ha fichado por capricho. Recuerdo que planteó el fichaje de Woodgate y el equipo técnico no estaba de acuerdo. Él decía: “Bah, estos no tienen ni idea. Woodgate es muy joven y sale en el FIFA de mi hijo con una media muy alta”.

P. ¿Habla en serio?
R. Sí, sí, esa es su mentalidad. Tras fichar a Sacchi de director deportivo, le llamó al despacho y le dijo que el nuevo entrenador iba a ser López Caro. Sacchi le dijo: "No, presidente, por favor, y no lo digo ya solo por el Madrid, sino por el pobre López Caro". Y otra vez igual, cuando salió Sacchi de la sala, empezó a largar de él: “Este no tiene ni idea, se da ínfulas para proteger su profesión, pero López Caro es tan válido como otro entrenador más caro”.

Florentino desprecia el mundo del fútbol, cree que es injusto que un utillero del Madrid cobre el doble que un buen ingeniero de caminos, es un caso que menciona a menudo. Le da igual un entrenador que otro, porque piensa que ninguno está capacitado para llevar cumplir su función excepto Mourinho, que volverá en dos meses si todo sigue su curso.

P. ¿A entrenar al Madrid?
R. Sí, porque es el único al que respeta. Te recuerdo que Florentino le permitió tener, durante 4 partidos, una pancarta de 50 metros en el Bernabéu que decía: "Mou, tu dedo nos enseña el camino". ¡Menuda barbaridad! [Mourinho había metido el dedo en el ojo a Tito Vllanova, segundo entrenador del Barcelona, durante un partido].

Además, me consta que la relación de Pérez con Zidane es muy, muy tirante. Ni le ha traído lo que quería ni le ha vendido lo que exigía. Esa tensión se traslada a los jugadores y se traduce en lesiones y en derrotas. No hay planificación, se ficha a impulsos. ¿Cómo es posible que se hayan pagado 60 millones por Jovic y Morata esté en el Atlético? ¿O que Mario Hermoso, el próximo central de la Selección, esté en el Atleti y se haya fichado a Militao, que ni juega?

placeholder La pancarta a la que se refiere Calderón (Efe)
La pancarta a la que se refiere Calderón (Efe)

P. ¿Qué le dijo Florentino cuando supo que iba a presentarse a las elecciones en contra de su candidato, Villar Mir?
R. Pérez quiso volver a los cinco minutos de haberse ido y, desde ese mismo momento, empezó a programar su regreso. Convocadas las elecciones, llegó a un acuerdo con Villar Mir para que fuera su candidato y colocó en su candidatura a ocho miembros que se incorporarían después a la suya en 2009. Así tenía mayoría en la junta y se aseguraba volver cuando quisiera, porque esos directivos le eran fieles.

Pero yo aparecí en escena, intentó por todos los medios que no me presentara y me lo desaconsejó, expresamente, en un desayuno en el Hotel Eurobuilding. Ese día me preguntó mucho por el aval necesario para presentarse a las elecciones. Qué cómo lo iba a conseguir, con quién iba a hablar… y me insistió en que lo dejase, que me presentase con Villar Mir o con Fernández Tapias, los afines a su causa.

Yo me negué, claro, y tuve una buena idea: le filtré a Roncero, del ‘As’, que el Banco Popular me había concedido el aval y él lo publicó. Era mentira, yo ni había hablado con ese banco, pero temía que Florentino encontrase a los que de verdad me habían avalado, el Banco Gallego, y echase para atrás la operación con su influencia.

Florentino y los avales

Calderón no es el primer candidato a la presidencia del Real Madrid que denuncia interferencias de Florentino con las garantías económicas.

Santiago Gómez Pintado, "bueno para el Madrid", relata en su biografía 'El caso Otaysa: la lucha de un empresario contra el poder financiero' que Pérez estuvo a punto de descarrilar su candidatura en 1995, durante las primeras elecciones a las que concurrió Florentino, donde compitió con Mendoza y el dueño de Otaysa. Pérez consideraba a Gómez Pintado un submarino de Mendoza que solo estaba ahí para dividir el voto de la oposición, de modo que le propuso en varias ocasiones disolver su candidatura e integrarse en su equipo.

Al no conseguirlo, explica Gómez Pintado, Florentino pensó a los avales. Fue a través de los March, con los que le úne una amistad de muchos años. Así lo explica Gómez Pintado en su libro:

Un día se me acercó José Antonio Casaus, directivo del Banco Urquijo (controlado por los March), y me dijo: "Oye Santiago, si te vas a presentar, yo trabajo en el Banco Urquijo. Te hacemos nosotros el aval y, como no vas a salir elegido, pues nos ganamos un dinero y no hay riesgo". Al día siguiente me llamó por teléfono y me dijo: "Hemos presentado esto en comisión y ya tienes el aval".

Pues cuando faltaba una semana para presentar los avales, un lunes después de un Madrid-Barça, llamé a mi secretaria y le dije: "Llame usted al Banco Urquijo para recoger el aval". Y me dijo que Casaus le había comentado que había algún problema. ¿Cómo? Salí corriendo con el coche, que entonces tenía yo guardaespaldas y chófer, y le dije: "José Antonio (Casaus), como hayáis hecho algo con esto, es un delito, ¿eh? Lo han aprobado en la comisión, ¿y me quitas el aval cuatro días antes de tener que presentarlo?".

"Yo soy un mandado", me dijo. "Han sido los March...", decía. "No, no... ¡ha sido Florentino!", le contesté yo. Me fui pensando que mi nombre y mi empresa iban a ser destruidas. ¡Menudo ridículo! 

Gómez Pintado finalmente consiguió el aval a tiempo, a través del Banco Zaragozano, y presentarse a las elecciones solo para darle la razón a Florentino: Gómez Pintado dividió el voto de la oposición y Ramón Mendoza reeditó el cargo.

Quince años después, en 2012, Florentino Pérez endureció los requisitos para postular a la presidencia del Madrid: 20 años de socio y avalar el 15% del presupuesto del club, una cifra que, esta temporada, supondrían más de 110 millones de euros de aval.

Nadie ha vuelto a presentarse contra Pérez desde entonces.

P. Su victoria electoral fue polémica: un juzgado anuló el voto por correo.
R. Verás. Cuando yo era directivo del club, un día entré a una sala y me encontré a un montón de personas con folios y fotocopias, metiendo cosas en sobres. Pregunté qué estaban haciendo y ninguno me respondió. Me fijé y vi que estaban falsificando el voto por correo: tomaban fotocopias de carnets que ya tenían y falsificaban las firmas de los socios para la candidatura de Villar Mir. Por eso antes de las elecciones, mi obsesión era anular el voto por correo, porque sabía que estaban manipulados. Lo denuncié públicamente y ¿sabes lo que pasó? Que me denunciaron ellos ante el juzgado por crear esos votos falsos e introducirlos para envenenar su candidatura.

Gané limpiamente en las urnas, anulando el voto por correo que sabía estaba viciado y ahí empezaron mis problemas.

P. ¿Y qué sucedió?
R. Pues que el caso llegó a un juez, Sanz Altozano, que era primo del consejero delegado de ACS y al que además habían hecho socio del Real Madrid, a él y a su hijo, saltándose la lista de espera.

Este juez insistía en que era yo quien había falsificado el voto… ¡los pájaros disparándole a las escopetas! Menos mal que el asunto llegó a la Audiencia Provincial y condenó a una persona del club a más de un año de prisión. El voto por correo fue anulado y mi candidatura ganó.

placeholder Foto: Jorge Álvaro Manzano
Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. También hubo polémica con el anuncio de su victorial electoral.
R. Sucedió que Florentino no daba su aprobación. Me llamaron el resto de candidatos para felicitarme, menos Villar Mir, claro, y llamé al club para informarles de que iba a hacer pública mi victoria, pero me dijeron que no, que por favor esperase. Yo no sabía qué pasaba, hasta que finalmente me enteré, de forma extraoficial por empleados del Madrid, de que estaban llamando a Florentino para que lo autorizase y que, al encontrarse en una boda en París, no cogía el teléfono.

P. Es curioso porque Pérez, en teoría, había dejado el club unos meses antes.
R. Sí, pero ellos estaban intentando demorarlo al máximo porque estaba el jaleo del voto por correo y aún tenían esperanzas. Pero yo me cansé y anuncié mi victoria, diciendo que el Madrid se negaba a hacerlo. Di una entrevista en ‘Marca’. Al día siguiente me llamó Florentino, diciéndome que cómo había explicado todo en el periódico, que eso no se hacía así. En ese momento fue cuando vio que no iba a poder controlarme y se me complicó la vida.

P. Y empezó la presión.
R. Nada más llegar a la presidencia empezaron los ataques. Me acusaron de todo tipo de chorizadas. Fue una campaña de desprestigio para descabalgarme del puesto.

Fue tremendo. Yo veía a los hijos de Florentino, en las asambleas y en primera fila, gritándome con la vena hinchada que era un ladrón y que tenía que dimitir. Y Florentino me decía: “¿Que mis hijos han hecho eso? Muy mal, muy mal”, ¡como si fueran a venir sin que su padre lo supiese!

No es fácil de explicar porque resulta difícil de creer tal nivel de impunidad. Para colmo, estos señores pasan por personas honorables y yo por un golfo. El acoso fue muy duro y desagradable. Los dos años y medio de mandato sufrimos un calvario que no deseo ni a mi peor enemigo. Mi hija mayor tuvo que ir con protección durante 4 meses por amenazas, a todos nos siguieron, durante un año, unos detectives contratados por el candidato de Pérez: Villar Mir.

P. ¿Por qué pusieron unos detectives?
R. Florentino y Villar Mir estaban empeñados en echarme porque veían que la cosa estaba creciendo. Villar Mir contrató a unos detectives que iban a la tienda de mi mujer, seguían por la calle a mi hija… estábamos todos muy asustados.

Hace poco, cuando cerró ‘Interviú’, uno de los redactores me llamó y me dio el informe completo de los detectives. Villar Mir reconoció en un juicio haber pagado este informe, pero dejó algo a deber a la agencia, y los detectives revendieron el informe a ‘Interviú’.

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placeholder  Las primeras páginas del dossier que la agencia de detectives Mira elaboró sobre Ramón Calderón
Las primeras páginas del dossier que la agencia de detectives Mira elaboró sobre Ramón Calderón

Calderón ha facilitado a este periódico un voluminoso informe que la agencia de detectives Mira redactó sobre el abogado, que incluye referencias y fotos de su domicilio, información personal de sus hijos y seguimientos a su mujer, además de patrullas de reconocimiento en torno a su establecimiento de decoración.

Los seguimientos a Calderón y sus entornos familiares y deportivos llegaron incluso hasta Italia -coincidiendo con un partido del Madrid contra la Juventus- lo que da idea del presupuesto y la logística de la operación (por la que Villar Mir pagó un millón de euros, según ‘Interviú’). La información recolectada por los detectives sería filtrada luego a la prensa.

El seguimiento había dado sus frutos, y por tanto, el cliente acabó satisfecho: “Interviú tuvo acceso a un correo electrónico en el que uno de los directivos de las empresas de Villar Mir se mostraba satisfecho por los hallazgos de los sabuesos y decía que había llegado el momento de ‘apuntillar’ a Calderón. Para ello, bastó hacer circular las historias, especialmente las de la asamblea del club blanco, y lograr que se publicaran en algunos medios de comunicación”, según la revista. El informe de los detectives, por cierto, arrancaba así: “A diferencia de sus últimos antecesores en la presidencia del Real Madrid, don José Ramón Calderón no encarna una de las grandes fortunas de España”. ¿El pez grande se comió al chico?

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P. ¿Le consta que Florentino pagara por este informe?
R. No, me consta que lo pagó Villar Mir, así lo reconoció ante el juez.

Años más tarde me sentaron junto a Villar Mir en los toros. Te puedes imaginar la tensión. Nos quedamos en silencio hasta que le dije: “Podías pasarme las fotos que le hiciste a mi hija y así completo el álbum familiar”. Villar Mir se puso muy nervioso y se fue.

P. ¿Qué papel jugaron los medios de comunicación en su caída en desgracia?
R. Crucial. Unidad Editorial publicó una serie de mentiras increíbles sobre mí. Dijeron que estaba utilizando unas tarjetas del club para pagar putas, bebida, veterinarios… que mis hijos robaban pisos, que utilizaba el club para hacer negocios en Rumanía… una barbaridad tras otra, cosas sin sentido.

P. Se querelló usted contra ellos.
R. Sí, y gané. Cuando ‘El Mundo’ publicó que me estaba gastando las tarjetas de crédito del Real Madrid, la gente pensó: ‘Si le acusan, algo habrá’. Algo habrá, esa es la mentalidad española, pero lo que hubo fue una sentencia absolutoria… que nadie publicó. Bueno, el juez obligó a ‘El Mundo’ a publicarla… medio escondida. Eso no lo lee nadie. Difama que algo queda. Una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Este tipo de acusaciones no hay quién las levante.

Los dos periodistas condenados por difamarme, Alcaide y Carbajosa, llevan diez años trabajando en el Madrid con sueldos generosos. Unidad Editorial me echó también encima a Inda [entonces director de ‘Marca’], que es un megalómano que siempre cree descubrir el Watergate.

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. ¿No se gastó usted nada con las tarjetas del club?
R. ¡Pero bueno! ¡Si está la sentencia aquí! Mira: “Estos hechos constituyen un delito de calumnias con publicidad… La imputación es falsa… Con conocimiento de su falsedad o con absoluto desprecio a la verdad… Con intención de desacreditar, agraviar o difamar a una persona a través de un medio de comunicación impreso”.

Les molestó que convocara una rueda de prensa en el Bernabéu, con un director del Banesto y otro del Banco Gallego, que certificaron que esas tarjetas no existían. No te puedes gastar el dinero de unas tarjetas que no existen.

Me harté, presenté una querella y les condenaron… a pagar 18.000 euros. ¿Dónde está la reparación? ¿Quién se enteró de que la noticia era falsa? Nadie. ¿Para que ha servido esta sentencia? Para que yo te la cuente a ti once años después y todavía me estéis preguntando si me gasté o no el dinero de esas tarjetas...

Este mundo es una piscina de tiburones: si se mete otro tiburón, le hacen sitio; pero si se mete un pececillo como yo, le devoran. Salí vivo de milagro

P. Usted tiene una teoría sobre esta campaña en contra: Florentino se había arrepentido de dejar el Real Madrid y quería volver a toda costa...
R. Está claro. Es evidente. No siempre tenía que ser él directamente, sino gente que quería quedar bien con él. Los dos señores periodistas que publicaron lo de las tarjetas… ¿Eran favores pagados? No lo sé. Lo que sí sé es que los dos periodistas de ‘El Mundo’ que me atacaban están ahora ganando un dineral en el Real Madrid. Que un presidente de un club de fútbol contrate para el departamento de comunicación a dos periodistas condenados por un delito de calumnias contra el presidente que le ha precedido es una barbaridad. Es como si el director de seguridad del Real Madrid contratara a un ladrón que ha robado en casa de Florentino. Pues ahí siguen los dos sinvergüenzas. No solo no rectifican o admiten que se equivocaron sino que Florentino les dice: “Venid para acá”.

Y no son los únicos. Es evidente que Florentino ha ayudado a Inda desde el inicio en sus aventuras periodísticas. Lo sabe todo el mundo.

Siendo presidente del Madrid, me llamó un día Julio Ariza (Intereconomía) para preguntarme qué me parecía que contratara a [Josep] Pedrerol. Le dije que me daba absolutamente igual. “No, es que me ha dicho Florentino que le contrate”. Pues no sé, chico, contrátalo. “¿Pero a ti no te importa?” A mí ni me importa ni me deja de importar. Que yo no estoy aquí para esto… Querían mi conformidad para contratar a un periodista no fuera ser que el Real Madrid no estuviera de acuerdo. “Es que me ha dicho Florentino, que es muy amigo suyo, que es muy buen periodista”. ¿Y qué pasa? Pues que Pedrerol, como es lógico, tiene que estar muy agradecido a Florentino.

A mí todo esto me sorprendió de entrada, pero pronto me di cuenta de que me estaba metiendo en un jardín del que me iba a resultar difícil salir. Este mundo es una piscina de tiburones: si se mete otro tiburón, le hacen sitio; pero si se mete un pececillo como yo, le devoran. Yo salí de allí vivo de milagro.

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. ¿Que rol jugó Ferreras?
R. Era el director de comunicación del club cuando llegué.

P. ¿Nada más?
R. Bueno. Tenía una gran influencia ahí... Yo le afee su conducta varias veces porque no se comportaba bien en los palcos. En Santander se puso a hacer cortes de manga tras meter un gol el Madrid. El presidente del Racing, Santiago Díaz, me dijo: “Ramón, nosotros no nos merecemos esto”. Ferreras era muy visceral, muy apasionado. Después se ha revelado como un hombre profesionalmente brillante que ha sabido manejar muy bien la televisión. Pero en el Madrid… Tiene influencia sobre Florentino, que confía mucho en él.

P. Otro de los asuntos con los que le golpearon durante su mandato fue un tal Nanín, acusado de manipular la asamblea, que apareció y desapareció…
R. Era un chaval al que yo no conocía de nada.

P. ¿No le conocía de antes?
R. No le había visto en mi vida. Era hijo de un teniente coronel de la Guardia Civil amigo de un amigo mío. Me dijo: “Hay un chaval que puede echar una mano en la campaña”. Pues venga.

Nanín participó muy activamente en la campaña electoral, es de los que trabajaban 20 horas, así que cuando gané le mencioné en los agradecimientos, lo personifiqué en él, como responsable de gestionar parte de todo ese lío electoral. Pues aquello me persiguió de por vida. Lo único que hizo este chico fue colar en la asamblea a nueve chavales que no eran compromisarios. No fue para tanto: de 1.350 compromisarios asistentes, diez se colaron, pues vale. Por supuesto que no influyeron para nada: la votación se ganó por cientos de votos. ¿Qué interés tenía yo en alterar el resultado de la asamblea? Las cuentas eran las que eran. Cuando yo dimití, esas mismas cuentas se aprobaron con un 90% de los votos. Era simplemente una campaña contra mí. No volví a saber nada de Nanín. Le acusaron de un montón de cosas, que si había revendido entradas, que si había hecho no se qué barbaridad, que igual hizo alguna, pero nunca le condenaron por nada.

Dijeron que yo era un ladrón y un golfo, y lo peor que te puede pasar en España es que te acusen de ladrón

P. Pero los infiltrados votaron a su favor. ¿No los coló usted?
R. No, no, fueron unos chavales que estaban de juerga y se colaron. Yo no tenía ni idea. Fue algo intrascendente, pero cuando tienes medios a tu disposición para magnificarlo… Unos chavales se colaron, vale, pero es que parecía que yo había puesto una bomba en mitad de Madrid. Trataron de judicializarlo, vender que la asamblea se había amañado para manipular las cuentas... no había nada de nada.

Pero la rueda mediática se activó y me llevó por delante. Dimití con una mezcla de tristeza y alivio, sabiendo que era la única solución.

Quisieron transmitir que yo era un ladrón y un golfo, y lo peor que te puede pasar en España es que te acusen de ladrón. Salvé mi reputación de milagro, pese a que no han cejado en su empeño: no les basta con matarte, te exponen en la plaza pública y te rajan para que te desangres y grites. ¿Para qué? Para que tomen nota los futuros aspirantes a la presidencia del Real Madrid. Que no se les ocurra. Eso es así. Yo lo he vivido en mis carnes. He estado pagando abogados para defenderme hasta hace poco. Pleitos, abogados, disgustos, preocupaciones. Buscaban mi foto en el banquillo, pero no lo han conseguido. Todo ha sido archivado. No es que haya ganado todos los pleitos, es que no he llegado a ser juzgado, he sido imputado e investigado, pero todo se ha caído antes de llegar a juicio, y mira que lo han intentado: Florentino llevó lo de la asamblea hasta el Constitucional. Por eso digo que no se conforman con echarte, quieren más, quieren sangre.

P. ¿Pero le acusaba Florentino con fondos propios o el Real Madrid?
R. ¡Me acusa el Real Madrid! Y el resto de directivos con los que coincidí no entienden lo que significa que te intenten joder la vida. A mí me han pedido 9 años de cárcel por lo de la asamblea. Al final salí airoso, pero podía no haber salido.

P. ¿Por qué dimitió si supuestamente no había hecho nada malo en la asamblea?
R. Fue la gota que colmó el vaso y, sinceramente, ni a mí, ni a mi familia, nos compensaba seguir luchando, en una batalla contra medios de comunicación poderosos que trabajaban para que otro ocupara mi puesto y no iban a parar hasta conseguirlo.

Imagínate la gracia que le hizo todo eso a mi familia, que ni les gusta el fútbol ni iban al palco cuando era presidente. El médico me tomó un día la tensión y me dijo: “No sé si le interesa a usted mucho el fútbol, pero...”. Mi abuelo había muerto de un infarto; mi padre, de un derrame cerebral. Cualquier día me iba a quedar seco en el palco en mitad de un partido. ¡Y lo que jode perderse el final! (ríe)

Era imposible ganar esa batalla.

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. Cuente cómo fichó a Cristiano.
R. Esto de los fichajes siempre empieza de la misma forma: un representante te dice que un jugador quiere cambiar de aires. Me dijeron: “Cristiano Ronaldo quiere venir al Real Madrid”. Pues vamos a intentarlo. Hablé con David Gill [director general del Manchester United] y de primeras me dijo que no y que, en todo caso, era demasiado caro. Hablá con Ronaldo varias veces y me dijo que quería venirse, pero que respetaba mucho al Manchester United y que quería hacer bien las cosas. Hubiera querido venir antes, pero el United le pidió renovar a condición de dejarle salir al año siguiente, y así lo hicimos. Firmamos en diciembre para que no hubiera ninguna duda. 80 millones de libras de traspaso (94 millones de euros), con un seguro de cambio para que la fluctuación no cambiara la cifra. Florentino se lo encontró hecho cuando volvió a la presidencia.

En realidad Florentino lo supo antes: José Ángel Sánchez [actual director general del Real Madrid] -al que mantuve en su cargo cuando gané las elecciones, pese a ser un hombre de Florentino- le alertó: “Oye, estos han fichado a Ronaldo”. Cuando Florentino regresó a la presidencia, intentó romper el contrato, pero le convencieron para que no lo hiciera.

P. No pudo echarse atrás.
R. Era complicado, porque el contrato incluía una clausula de penalización: 30 millones si alguna de las dos partes rompía el contrato. Pero que Florentino intentó echarse atrás lo sabe perfectamente Cristiano Ronaldo, que se indignó y le dijo a su agente [Jorge Mendes] que renunciaba a los 30 millones y a venir al Madrid: no entendía que el Presidente no le quisiera tras el esfuerzo que había hecho. La situación se recondujo afortunadamente.

No es que Florentino no fichara a Cristiano, es que intentó romper el contrato. Hay que ser muy mezquino para atribuirse el fichaje

P. O sea, que estuvo a punto de no venir.
R. A punto. Por eso la relación entre Florentino y Ronaldo fue tan mala desde el principio por mucho que se abrazaran. Era todo de cara a la galería. La relación fue entre fría y nefasta. Cristiano sabía que Florentino no le quería y que el que le había fichado era yo. Hablé con Cristiano varias veces por teléfono esos meses. Tampoco es que tenga tanto mérito haberle traído. Ficharle era de cajón: ya era el mejor del mundo, la última palabra siempre la tiene el jugador y no lo pagué yo de mi bolsillo, igual que Florentino no ficha jugadores con su dinero, sino con el del club.

Fichar a Cristiano, en definitiva, no es para tanto. Lo que me molesta es la mezquindad y la desfachatez de los que se atribuyen ahora el fichaje. Hombre, Florentino, por lo menos cállate. O sé un poco generoso y reconoce el mérito a tus predecesores, que al fin y al cabo aquí estamos todos de paso... menos Florentino, que ya se cree el dueño. Él cree que colocarán su féretro en la sala de trofeos del Bernabéu. Esa es su mentalidad.

P. Antes decía que Florentino empezó bien como presidente, pero ha acabado pintando una figura un tanto siniestra. ¿Qué le pasó entre medias a Florentino? ¿Borrachera de poder?
R. El poder. La presidencia del Real Madrid es un puesto que te colma de vanidad. Florentino se considera por encima del bien y del mal. Cree saberlo todo. Cree saber incluso de fútbol.

P. ¿Cómo ve la situación del equipo esta temporada?
R. Muy complicada. No se ha modificado casi nada respecto a la temporada anterior. El entrenador está un poco desilusionado y desquiciado porque no le han traído lo que supuestamente le prometieron. Tengo la sensación de que Florentino está incómodo con Zidane desde que cargó contra Bale. El clima es malo. Todo apunta a que los resultados no van a acompañar. La plantilla es buena y Hazard va a ayudar pero... ¿podremos competir contra los equipos que se han reforzado mejor? No lo sé. También creíamos que era imposible ganar tres Champions seguidas y luego mira...

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Foto: Jorge Álvaro Manzano

P. Vamos terminando: ¿reforma del Bernabéu?
R. No tiene sentido gastarse 800 millones en remodelar uno de los mejores estadios del mundo salvo que uno sea un megalómano. No he oído a nadie quejarse de este estadio. Oye, puedes hacer una reforma para mejorarlo, pero gastarte 800 millones (que seguro que luego son más, como pasa siempre en las obras). La gente se cree que al Real Madrid le cae el dinero del cielo, pero el club gana 30 ó 35 millones al año, no más. Ahora vas tener que asumir los 800 millones de euros de la remodelación los próximos 35 años, además de unos salarios de jugadores cada vez más altos.

Hay que ser justos: la nueva ciudad deportiva fue una buena obra de Florentino, claro que sí, pero la remodelación del campo no es necesaria, porque te obliga a unos compromisos económicos muy difíciles de cumplir. Florentino ha hecho cosas bien, pero como me ha ocurrido lo que me ha ocurrido, no soy muy amable. No ha sido un enemigo muy normal, de esos que te dan la mano tras ganar o perder unas elecciones. ¿Es normal que el Madrid no me invite nunca al campo?

P. ¿Cuándo fue la última vez que habló con Florentino?
R. No lo sé… ¿Hace diez años?

P. Relación rota…
R. ¡Hombre claro! ¡Después de lo que me ha hecho!

P. Pues ya estaría.
R. Menudo desahogo. Me ha sentado bien contarlo todo junto, con perspectiva, ha sido como ir al terapeuta.

PREGUNTA. Vamos a zanjar una vieja polémica nada más empezar: ¿fichó usted a Cristiano Ronaldo?
RESPUESTA. Sí. No es que vaya presumiendo de ello todos los días, pero Florentino Pérez insiste en atribuirse el honor. Hace poco dijo en la radio, otra vez, que Cristiano Ronaldo era el mejor fichaje de su mandato. No es cierto. A Cristiano Ronaldo le fichamos Pedja Mijatovic y yo, y he traído unos documentos, que nunca he enseñado públicamente, para probar esto de una vez por todas.