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De Ramos a Vallejo, el objetivo de que la defensa del Madrid siga siendo fiable
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el central zaragozano se tiene que adaptar

De Ramos a Vallejo, el objetivo de que la defensa del Madrid siga siendo fiable

El club blanco pasó muchos años sin encontrar la tecla que daba con una zaga de nivel. La llegada de Pepe y el camero cambió las tornas, pero la marcha del luso vuelve a abrir las dudas

Foto: Sergio Ramos, en un entrenamiento en Estados Unidos. (EFE)
Sergio Ramos, en un entrenamiento en Estados Unidos. (EFE)

Hubo un tiempo, los más jóvenes igual no lo recuerdan, en el que ser central del Real Madrid era una profesión de riesgo. Cada verano era un drama, el equipo técnico que tocaba peinaba el mercado hasta fichar el defensa más caro, el más famoso y rocoso de todos cuantos se ofreciesen. Total para nada, siempre salía mal. Era recurrente buscar en Italia jugadores de probada experiencia como Walter Samuel o Fabio Cannavaro. Buenos defensas, sí, en el sistema apropiado.

Cuando llegaban al Madrid se encontraban un equipo siempre kamikaze, centrado en el ataque y con tendencia a desproteger la retaguardia. Porque los blancos pueden no tener una filosofía tan clara o tan cacareada como el Barcelona, pero sí que existe una línea común que se ha ido transmitiendo con el paso del tiempo: atacar, atacar y atacar. Eso no es fácil para todos. Para un central puede ser algo realmente frustrante.

Foto: Achraf felicita a Óscar tras su gol al City. (EFE)

Así fueron pasando los zagueros como juguetes rotos sin que el club encontrase la clave de bóveda que sostuviese el edificio. No es que el equipo no ganase, de hecho, en muchas ocasiones dio clases magistrales de cómo se puede llegar a ser competitivo prescindiendo completamente del trabajo defensivo. Al fin y al cabo, es el Real Madrid.

También es cierto que las distancias eran menores, el Real Madrid era el pez gordo, siempre lo fue, pero equipos medios como el Valencia podían aspirar a tener mejores jugadores que los blancos en muchas posiciones. La línea defensiva, sin ir más lejos, solía ser más fuerte en los chés que en la capital. Quizá por eso no había verano en el que no hubiese el rumor de que Ayala terminaría jugando en el Bernabéu, algo que nunca sucedió.

Quizá fue con Pellegrini, aunque más probablemente fue Mourinho el que dio con la tecla. Y, en eso, dos jugadores clave: Sergio Ramos y Pepe. El camero era un lateral ofensivo que quería ser central, pensaba que su físico le iba a dar oportunidad de brillar allí y se pasó años planteando su cambio de rol. El luso, que costó 30 millones, no era un central muy conocido. No entraba, por lo tanto, en esa dinastía de nombres de relumbrón por los que apostaron antes de su llegada.

Y funcionó, es evidente que funcionó. Más de una década con altibajos, ninguno de los dos es perfecto, pero con una defensa asentada que no se veía desde que los niños recitaban de carrerilla los nombres de Sanchís y Hierro. Ellos dos generaron, por primera vez en años, una zaga estable. Y a partir de ahí todo fue más sencillo, porque siempre lo es acoplar una pieza nueva a un sistema que funciona que pedirle al nuevo que adecente el caos.

placeholder Jesús Vallejo. (EFE)
Jesús Vallejo. (EFE)

Vallejo, el último sucesor

Varane puede dar una clase magistral de eso. Llegar al Madrid con 19 años y un talento evidente no es suficiente, sentirse seguro, saber que la responsabilidad principal es de otros y que tus días están aún por llegar es un empujón clave para poder adaptarte. Se han dado casos como el de Nacho, que tras muchos años en la casa ha podido demostrar su valía. Es más fácil apostar cuando hay balas en la recámara.

Este año esa posición le tocará a Jesús Vallejo. Se ha marchado Pepe, uno de los que fundó la estabilidad, pero aquellos que crecieron a su sombra ya tienen que estar preparados para dar el paso adelante y quedarse definitivamente con el puesto de titular junto a Ramos, que sigue ahí, sin aparente fecha de caducidad. El aragonés, el nuevo, es joven, inexperto y, según se vio en la Eurocopa sub-21, aún en proceso de maduración. Los técnicos hablan de él maravillas, sus primeros meses en Alemania son para que el madridismo esté esperanzado y entre sus múltiples cualidades se encuentra la de ser un chico muy centrado. Que la élite también está llena de reclamos para perderse.

Foto: Gareth Bale en un entrenamiento blanco en Estados Unidos. (Reuters) Opinión

Vallejo habla con la web del Madrid y, sin salirse mucho del tópico, habla de ilusión y de futuro: "Zidane me dijo, como al resto de compañeros de la sub-21 y de canteranos, que estuviésemos tranquilos, que hiciésemos nuestro juego y que, sobre todo, disfrutásemos del fútbol. Están siendo días buenos, con entrenamientos duros, como debe ser, y esta es la forma de coger la dinámica para toda la temporada. Estoy contentísimo de estar aquí, viajamos a Miami y a seguir afrontando retos".

Contra el Manchester City el Real Madrid encajó cuatro goles. No hay motivos para la alarma, porque esto no dejan de ser pachangas de verano. Vallejo jugó solo unos minutos, pues acaba de llegar a la disciplina de Zidane tras haber tenido campeonato en junio. Tampoco Sergio Ramos, que tiene que ser su mentor, pues el camero estaba limitado por unas dolencias físicas que le están lastrando la pretemporada.

Las defensas son un débil equilibrio. Se necesitan buenos físicos, compenetración, un sistema válido. El Madrid lo ha conseguido en estos años. Está por ver que el equipo siga fluyendo. Contra el Barcelona, después de un inicio de gira dubitativo, tiene la opción de demostrarlo. Es un clásico, también una pachanga. Pero no hay gloria sin defensas.

Hubo un tiempo, los más jóvenes igual no lo recuerdan, en el que ser central del Real Madrid era una profesión de riesgo. Cada verano era un drama, el equipo técnico que tocaba peinaba el mercado hasta fichar el defensa más caro, el más famoso y rocoso de todos cuantos se ofreciesen. Total para nada, siempre salía mal. Era recurrente buscar en Italia jugadores de probada experiencia como Walter Samuel o Fabio Cannavaro. Buenos defensas, sí, en el sistema apropiado.

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