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Víctor Valdés, un tipo muy especial hasta para decir adiós al Barcelona
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EL MÓNACO, SU PROXIMO DESTINO

Víctor Valdés, un tipo muy especial hasta para decir adiós al Barcelona

Víctor Valdés no ha querido tener una despedida multitudinaria, ni ante la afición ni ante la prensa. Se va a su manera, de forma extraña, como siempre...

Foto: Víctor Valdés se despidió del Barcelona por carta (EFE)
Víctor Valdés se despidió del Barcelona por carta (EFE)

Víctor Valdés ya se ha marchado. A su manera. Un tipo peculiar nunca puede poner un punto y final al uso. No ha querido despedidas multitudinarias, ni ante la afición ni ante la prensa. Se va a su manera, de forma extraña, como siempre ha sido el surfero que durante una década ha dado prioridad a sus valores por encima de los tradicionales del fútbol.

Valdés apareció por Sudáfrica hace cuatro años. Por merecimientos, pero de manera inesperada. Se le había pintado poco menos como al ogro ese que asusta a los niños, versión vestuario con hombres en pantalón corto. Se ganó a todos. Del primero al último. Asumió su papel y vivió el Mundial como si hubiera disputado cada minuto del campeonato de la estrella en el pecho.

Prometió volver. Y lo hizo, pero no para lo que quería. Su sueño era hacer surf en Ciudad del Cabo, pero su regreso fue para aparecer por Soccer City, con tan mala suerte de caer lesionado, empezando a escribir la que ha sido una amarga temporada, cuando en ese momento apuntaba a titular en el Mundial. Después llegó la rotura del ligamento cruzado, pero antes había roto con su pasado, con ese que le ha tenido media vida ligado al Barcelona. Ahora ya está en Alemania previo paso hacia Mónaco. Ha querido cerrar su etapa en la entidad azulgrana a su manera.

Escribió una página en la historia del fútbol al anunciar su adiós al Barcelona unaño y medio antes del fin de su contrato. Jamás había sucedido algo así. Y lo hizo por expreso deseo. Ya su anterior renovación fue dura y costosa al máximo. El Milan y otros equipos pujaron,pero él buscaba algo que no encontraba y que no era otra cosa que reconocimiento, el que encontró a partir de 2009 y que tuvo su máxima expresión cuando el público del Camp Nou coreó su nombre pidiendo una renovación que nunca llegó y que le molestaba al propio jugador.

El Barcelona se escuda oficialmente en el ofrecimiento de Bartomeu al caer lesionado de "estamos para lo que necesites". Pues lo que ha necesitado el portero es un adiós en silencio, sin focos. Su entendimiento con los dirigentes nunca ha sido el que hubieran deseado por la zona noble. Año tras año se sentía traicionado por la eterna búsqueda de un portero. Mientras él respondía con paradas y ganándose el respeto de todos. Rivales y compañeros.

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Esa carta que escribió a manera de despedida sirvió para reivindicar a sus amigos y maestros. Los directivos no tienen lugar, como tampoco lo ha tenido Martino, actual entrenador del Barcelona y que nunca ha llegado a conectar con el vestuario, tal y como hemos ido comentando en El Confidencial. No ha existido 'feeling' alguno y día tras día queda de manifiesto.

El doctor Boeniscg le quiere ya en Ausburgo para el inicio de esa recuperación que se aventura en tiempo récord, pero esa prisa por desaparecer también tiene mucho que ver con su deseo deno acaparar protagonismo alguno. Se quería marchar sin afición, sin prensa, sin focos y sabía que si se quedaba iba a recibir una atención que ni pretende ni quiere recibir. No la necesita. Es así. Para la bueno y lo malo. La Liga, en caso de quedarse por el Camp Nou, la sentirá como suya, pero quiere que el reconocimiento sea para otros.

Se explicó ante Puyol, ante Zubizarreta, pero antes lo hizo con su gran amigo dentro de la plantilla, que no es otro que Andrés Iniesta, el mismo que le llamó hace cuatro años para decirle que estaba convocado para el Mundial de Sudáfrica. El de Brasil iba a ser el suyo y lo será, pero a la distancia porque será el primero en ayudara sus compañeros desde la lejanía.

Víctor Valdés ya se ha marchado. A su manera. Un tipo peculiar nunca puede poner un punto y final al uso. No ha querido despedidas multitudinarias, ni ante la afición ni ante la prensa. Se va a su manera, de forma extraña, como siempre ha sido el surfero que durante una década ha dado prioridad a sus valores por encima de los tradicionales del fútbol.

Andrés Iniesta
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