Un miembro de FIFA dio su voto a Qatar y dos semanas después recibió 1,2 millones
Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA, y su familia habrían recibido dos millones de dólares de una empresa qatarí después de la adjudicación de la cita
La designación de Qatar como sede del Mundial de 2022 ha sido una de las decisiones más controvertidas en los últimos tiempos. A las polémicas surgidas a raíz del posible cambio de fecha o de las condiciones de los trabajadores que están llevando a cabo las infraestructuras necesarias, se suma un último capítulo. Tal y como informa The Telegraph, Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA, y su familia habrían recibido alrededor de dos millones de dólares procedentes de una empresa qatarí después de la adjudicación de la cita.
La organización del Mundial de 2022 ha reiterado que no existen irregularidades en el proceso de licitación, pero desde hace tiempo se sospecha que la decisión fue errónea y varios miembros del comité de la FIFA se han enfrentado a acusaciones de corrupción. Tal y como revela el periódico inglés, una empresa propiedad de Mohamed Bin Hammam, miembro ejecutivo de la FIFA para Qatar, parece haber pagado 1,2 millones de dólares (900.000 euros) a Jack Warner, 750.000 (538.000 euros) a sus hijos y 412.000 (300.000 euros) a uno de sus empleados.
Por su parte, el protagonista ha rehusado hacer comentarios sobre las acusaciones mientras un portavoz del Mundial de Qatar aseguró que respetan “estrictamente las regulaciones de licitación de la FIFA en el cumplimiento de su código de ética. No somos conscientes de todas las denuncias que rodean las relaciones comerciales entre particulares”.
El punto de partida ha sido una nota de Jamad, una de las empresas de Warner, en la que se solicitaba a Kemco, compañía propiedad de Bin Hammam, el pago de un trabajo llevado a cabo entre 2005 y 2010 por valor de 1,2 millones de dólares (900.000 euros). El documento está fechado el 15 de diciembre de hace cuatro años, un par de semanas después de que Qatar fuera elegida sede del Mundial y afirma que el dinero está “a nombre de Jack Warner”. Sus dos hijos y el citado empleado recibieron un millón de dólares de la misma empresa qatarí. A la nota hay que añadir un documento en el que se establece que los pagos deberían “compensar gastos legales y de otro tipo”, algo que contradice una carta que apareció por separado y que aseguraba que los 1,2 millones de dólares cubrirían “los servicios profesionales prestados entre 2005 y 2010”.
The Telegraph asegura que existe un correo electrónico, al parecer enviado por uno de sus empleados, muestra que la empresa We Buy Houses efectuó a un miembro de su personal un pago de 412.000 dólares mientras que su hijo Daryll ingresó 432.000 dólares (310.000 euros) y su hijo Daryan, 316.000 dólares (226.000 euros). El mismo e-mail indica que éste fue contratado en base a su “entendimiento, contactos e historia con aquellos que formaban parte integral del equipo de defensa en conformidad a las acusaciones de soborno de la FIFA. Como se ha indicado en nuestra carta de 11 de junio de 2011, el valor es de 316.000 dólares americanos. Esto es un depósito inicial para compensar los gastos legales y de otro tipo”. En julio, otro correo electrónico demuestra que “la cantidad de 1,2 millones de dólares” fue transferida a J & D International, otra de las empresas de Jake Warner y el dinero procedía de la misma firma de Qatar. Afirma que el objetivo era “compensar los gastos jurídicos y conexos asociados a un asunto en curso”.
Semejantes cifras no pasaron desapercibidas. Tanto es así que un banco situado en las Islas Caimán se negó a procesar el pago porque dudaba de la legalidad del movimiento. La operación, finalmente, se hizo a través de una entidad bancaria de Nueva York llamando la atención del FBI que está investigando los pagos que recibió Jake Warner, su vínculo con la candidatura de Qatar y las cuentas que posee tanto en Estados Unidos como en las Caimán.
¿Y quién es Jake Warner? Retirado desde 2011, se trata de uno de los miembros más experimentados de la junta directiva de FIFA y, además, fue vicepresidente de la organización durante catorce años. Él fue una de las 22 personas que dieron a Rusia el Mundial de 2018 y Qatar el de 2022. En la primera de las citas, Inglaterra sufrió una humillante derrota cuando consiguió dos votos y fue eliminado en la primera ronda. Tras aquel incidiente, una comisión parlamentaria efectuó una investigación y Lord Triesman, expresidente de la candidatura, aportó evidencias que indicaban que cuatro miembros del comité ejecutivo de la FIFA habían pedido favores para negociar su apoyo. Una de las personas fue Jake Warner.
En junio de 2011, Warner renunció a su puesto después de ser acusado de haber facilitado los sobornos a miembros de la CFU (Unión Caribeña de Fútbol) en nombre de Mohamed Bin Hammam que, en aquel momento, peleaba con Blatter por la presidencia de la FIFA. Un informe elaborado por el comité de ética del máximo organismo del mundo del fútbol determinó que no había evidencia “convincente de que Jake Warner fuera cómplice de la corrupción”. A pesar de dicha esta defensa, el que fuera vicepresidente de la FIFA fue grabado, aparentemente, animando a algunos compañeros de FIFA a aceptar regalos en efectivo del Bin Hammam.
La designación de Qatar como sede del Mundial de 2022 ha sido una de las decisiones más controvertidas en los últimos tiempos. A las polémicas surgidas a raíz del posible cambio de fecha o de las condiciones de los trabajadores que están llevando a cabo las infraestructuras necesarias, se suma un último capítulo. Tal y como informa The Telegraph, Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA, y su familia habrían recibido alrededor de dos millones de dólares procedentes de una empresa qatarí después de la adjudicación de la cita.
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