Mourinho sigue especulando y afirma que no le faltará trabajo en el Madrid o lejos del Bernabéu

La tormenta parece remitir. La derrota en el Benito Villamarín ha supuesto un auténtico terremoto en el Santiago Bernabéu pero, poco a poco, las aguas vuelven a su cauce. No falla. Con José Mourinho en el banquillo, un mal resultado del equipo  tiene como consecuencia días de inestabilidad, de tensiones en muchos casos innecesarias. Las dos semanas de rigor ya han pasado y presidente y entrenador abren un paréntesis que no cerrarán hasta final de temporada o hasta que llegue una nueva derrota. Florentino Pérez y Mourinho han hablado. Saben que el futuro de la entidad estaba en juego y han decidido mantener las formas y la unidad hasta el tramo final de la presente temporada. No hay otra elección, aunque una y otra parte saben que la relación está muy deteriorada y que sólo un vuelco en lo deportivo podría hacer posible la continuidad más allá del 30 de junio de 2013. 

En el horizonte está la posible conquista de la décima Copa de Europa para el Real Madrid, que sería la tercera para el portugués, motivo más que suficiente para guardar fuerzas para la competición y no malgastarla con mensajes filtrados, con reuniones y ofertas de invitados que aparecen por el matrimonio formado por el técnico y el presidente con el único objetivo de pescar en aguas revueltas. Florentino ha ratificado al técnico su confianza y en los próximos días elevará esa estima al grado público. El máximo mandatario blanco cumple con su papel al defender al técnico en público.

Ahora falta por saber si el entrenador también cumplirá su parte y hará más sencilla la convivencia dentro del club. Si hace dos semanas dijo que a final de temporada se sentaría con el presidente para saber si continuará o no, tras el partido ante el Ajax declaró a una televisión holandesa: "Aquí o en otro equipo, pero seguro que el próximo año tengo trabajo. Seguro. ¿Inglaterra? Quién sabe, igual en Holanda", dijo para terminar bromeando. Y es que para que Mourinho continúe en el Real Madrid el club debe dar algunos pasos adelante en cuanto a su estructura deportiva-social y su manera de encarar ciertos aspectos, en especial los relacionados con Federación y árbitros.

Club y técnico seguirán pensando en la presente temporada, pero no dejarán de lado la posible ruptura. El portugués continúa manteniendo excelente relación con los ejecutivos del Chelsea, con Abramovich a la cabeza. El ruso quiere al portugués, e insistirá en su fichaje de nuevo repitiendo lo hecho en la primavera de 2011, momento en el que presentó una oferta formal a Mourinho y que, a la postre, sirvió para que Mou se cobrara la cabeza de Jorge Valdano. Ahora, la mejor señal de que nada ha cambiado y que el millonario sigue anhelando a Mourinho llega por el hecho de haber fichado a Benítez hasta final de temporada. ¿A qué y quién espera Abramovich?

En la zona noble no las tienen consigo. Mourinho no se ha pronunciado de manera oficial respecto a su continuidad y piensan que es complicado que no se generen más conflictos, tal y como demostró tras el partido ante el Ajax. Y es que el portugués aprovechó la rueda de prensa para dejar patente su nulo diálogo con Toril. Nada de nada. Enfrentamiento total. Es más, en los despachos hablan del desgaste que producen y hablan de la Décima como única bala. Llegados a ese punto, empleados y directivos lanzan una doble pregunta: "¿Si la gana la Décima se irá como hizo en Oporto e Inter? ¿Será capaz de seguir si no conquista una nueva Copa de Europa?" Como ven, el final del camino apunta hacia un adiós del técnico el próximo 30 de junio.