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El Málaga empata en Milán para entrar en la historia... y en los octavos de final
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UN MILAN VOLUNTARIOSO NO PUEDE REMONTAR A LOS DE PELLEGRINI

El Málaga empata en Milán para entrar en la historia... y en los octavos de final

El Málaga ya está en la historia de la Champions League. Y por derecho propio. El equipo de Pellegrini sufrió en Milán para firmar un empate

Foto: El Málaga empata en Milán para entrar en la historia... y en los octavos de final
El Málaga empata en Milán para entrar en la historia... y en los octavos de final

El Málaga ya está en la historia de la Champions League. Y por derecho propio. El equipo de Pellegrini sufrió en Milán para firmar un empate que, sin embargo, les sitúa por primera vez en los octavos de final de la mejor competición de clubes del mundo. Una gesta para una plantilla que sufre la descomposición de la entidad en forma de impagos. Nada de ello se refleja sobre el césped, por más que las malas lenguas levantaran la sospecha tras la derrota en Liga frente al Rayo. Nada más lejos. De regalo, el Málaga se lleva puesto el honor de ser el primer equipo español en sellar su pase a la siguiente fase. Nunca un debutante tuvo un estreno tan feliz.

El escenario, desde luego, exigía un partido como el disputado por el Málaga: tan enérgico y decidido en el arranque como sufridor y contundente en el final. Poco importa que el AC Milan esté en horas bajas, nada desluce a este equipo que, por obra de su creador, recuerda al brillante Villarreal de Riquelme. Un equipo dispuesto a discutirle el balón al más pintado por más prestigio que adorne a su rival. Un tanto de Eliseu fue suficiente para resistir el arreón final de un Milan que soñó con un imposible tras el gol de Pato. La historia esta vez estaba del lado español.

A todo esto, entró el Málaga en San Siro con el descaro y la insolencia de quien mantiene una fe ciega en sus posibilidades. Da igual que enfrente este el AC Milan o el césped que pisen sea el del solemne San Siro. Lo mismo da. El mantra de Pellegrini ha calado hasta los huesos: sólo sabemos salir a ganar. Su equipo no es quien para quitarle la razón así que la noche arrancó con la convicción de que veríamos un gol del Málaga antes de alcanzar el cuarto de hora. Bien plantados y pendientes de las genialidades de Isco y Eliseu, el cuadro malacitano manejó a su antojo el tempo del partido. El gol parecía entonces cuestión de tiempo. Sin embargo, el equipo andaluz no supo concretar el aplastante dominio que ejerció sobre un Milan incapaz.

Esa falta de concreción animó a los de Allegri, que se reengancharon al partido de la mano de Bojan. El ex del Barcelona tiró de inteligencia y sacando a Demichelis de sitio probó a Wily Caballero. Sólo una espléndida estirada pudo evitar que el balón se colara por la escuadra. Era el primer aviso de lo que estaba por venir. Bojan, Pato y El Sharawy revolucionaron el ataque rossonero, que por momento desnudó al Málaga, y de nuevo Caballero tuvo que lanzar su manopla al vuelo para evitar un gol cantado. Esta vez el disparo llegó de las botas de Emanuelson.

La zozobra desatada por el Milan sólo remitió cuando el Málaga se reencontró con la pelota. Ahí se serenó y se rehízo hasta volver a mandar en el partido. Tan bien lo hizo que dio con la tecla para marcar el gol. Exactamente, fue Isco quien dio con el vericueto por el que filtrar una pelota que cayó mansa en los pies de Eliseu para que éste cruzara un duro disparo sobre la salida de Abbiati. Una jugada fantástica que reflejaba el estilo de este Málaga y sus méritos para ir por delante en el marcador.

El Milan tocó a rebato

El paso por vestuarios trajo un partido alocado y desordenado, donde el Málaga perdió las señas de identidad que le han llevado a ser uno de los mejores equipos de la presente Champions. Y no por su culpa. La responsabilidad del cambio de tercio se explica por el empuje y decisión del Milan de no seguir haciendo más el ridículo esta temporada. Si en el Calcio están siendo un desastre, en la máxima competición no le van a la zaga. Y eso pesa en el orgullo de un equipo que acumula hasta siete Copas de Europa.

Decidido a dar un giro a la situación el Milan apretó arriba, sobre la salida de balón del Málaga. La fórmula tuvo éxito porque todo empezó a lucir para los de Allegri, que de la mano de Emanuelson y Pato armaron la jugada que supuso el empate. Un centro del primero fue perfectamente cabeceado por el delantero brasileño en el segundo palo. Lo habían merecido y tenían su premio. El gol, sin embargo, fue el mensaje preciso para que el Málaga resistiera. Los de Pellegrini apretaron los dientes y defendieron el gol de Eliseu hasta el final. Los octavos de final bien merecían ese esfuerzo.

Ficha técnica:

1 - AC Milan: Abbiati; Abate (De Sciglio, min 6), Bonera, Mexès, Constant; De Jong, Montolivo; Emanuelson (Robinho, min 80), Bojan, El Shaarawy (Boateng, min 62); Pato.

1 - Málaga: W. Caballero; Gámez, Demichelis, Weligton, Sergio Sánchez; Camacho, Iturra (Toulalan, min 75); Joaquín (Seba, 82), Isco, Eliseu; Saviola (Santa Cruz, min 69).

Goles: 0-1: Eliseu, m.40; 1-1: Pato, m.73.

Árbitro: El inglés Howard Webb amonestó con tarjeta amarilla a De Jong, Emanuelson y Montolivo (Milán) e Iturra, Weligton y Sergio Sánchez (Málaga).

Incidencias: partido del grupo C de la Liga de Campeones disputado en el Estadio "Giuseppe Meazza" (San Siro) de Milán (norte de Italia).

El Málaga ya está en la historia de la Champions League. Y por derecho propio. El equipo de Pellegrini sufrió en Milán para firmar un empate que, sin embargo, les sitúa por primera vez en los octavos de final de la mejor competición de clubes del mundo. Una gesta para una plantilla que sufre la descomposición de la entidad en forma de impagos. Nada de ello se refleja sobre el césped, por más que las malas lenguas levantaran la sospecha tras la derrota en Liga frente al Rayo. Nada más lejos. De regalo, el Málaga se lleva puesto el honor de ser el primer equipo español en sellar su pase a la siguiente fase. Nunca un debutante tuvo un estreno tan feliz.