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Por fin, el mundo del fútbol reconoce en Iniesta la supremacía de España
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EL CENTROCAMPISTA RECIBE EL PREMIO AL MEJOR JUGADOR DEL AÑO DE LA UEFA

Por fin, el mundo del fútbol reconoce en Iniesta la supremacía de España

No son los títulos individuales algo que haya importado en exceso al fútbol español, quizá porque nunca hemos tenido a lo largo de la historia demasiados

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Por fin, el mundo del fútbol reconoce en Iniesta la supremacía de España

No son los títulos individuales algo que haya importado en exceso al fútbol español, quizá porque nunca hemos tenido a lo largo de la historia demasiados jugadores con una gran supremacía sobre el resto (excepciones hechas de Alfredo di Stefano y Luis Suárez) y nuestra Selección nos tenía acostumbrados a decepciones prácticamente continúas (con la salvedad de la Eurocopa de 1964). Pero eso fue hasta el 29 de junio de 2008. El Ernst Hapel de Viena vivió un antes y un después en el fútbol español. El gol de Fernando Torres y la conquista del título continental cambió nuestras ‘vidas’. Desde entonces sí nos han importado esos galardones personalizados, los que hace bien poco estaban destinados a jugadores allende nuestras fronteras. Sentíamos la necesidad de que reconocieran también de esta manera la supremacía del fútbol español. Y no digamos después de la conquista del Mundial y la última Eurocopa de Polonia y Ucrania.

Ha costado, pero tras el intento fallido de Xavi e Iniesta a la conclusión del Mundial de Sudáfrica con el Balón de Oro, el mundo del balompié ha inclinado la rodilla ante los nuestros. Ayer, el Foro Grimaldi de Mónaco asistió a la coronación de Andrés Iniesta como ‘Mejor Jugador del Año’ de la UEFA, galardón concedido por los periodistas europeos. ‘Ya era hora’ dirán algunos, y no les falta razón. El centrocampista del FC Barcelona encarna los valores de esa selección española dominadora durante los últimos cuatro años, amén de la extraordinaria calidad que atesora el albaceteño. A su lado, Messi y Cristiano, jugadores en boca y mente de todo el mundo, imagen de marca de Adidas y Nike, respectivamente, y que en esta ocasión asistían desde la barrera y en un segundo plano a la recogida del trofeo por parte del futbolista del Barça.

Pero en ese trofeo no sólo está Iniesta, del que nadie pone en duda su calidad (es un jugador sublime) y sus merecimientos, pero ahí también queda englobada una generación de futbolistas que ha puesto al deporte rey en España en la cumbre. Los Xavi, Casillas, Villa o Xabi Alonso, entre otros, también tienen su pedacito del trofeo que recogió Andrés en la gala de la UEFA, en Montecarlo, nada más concluir el sorteo de grupos de la Champions. "Estoy feliz, muy contento de poder tener este trofeo, y sobre todo felicitarles a ellos también, es un verdadero privilegio estar en el podio con dos monstruos del fútbol. Querría compartirlo con Leo, mis compañeros de equipo y de la Selección. Sin ellos, un premio individual no tiene sentido", declaró el ganador nada más ser nombrado.

Es cierto que los ‘Jugadores del Año’ UEFA o los Balones de Oro no sirven para mucho, que lo que realmente importa son los Mundiales, Eurocopas, Ligas de Campeones, Ligas, Copas…, pero no hay duda que el nombramiento de Iniesta hace aún más grande al fútbol español. Nuevamente, en la cúspide del balompié se alza otro español (tras el Balón de Oro de Luis Suárez en 1960) como estandarte del trabajo bien hecho y de unos valores en los que tanto insiste siempre el seleccionador Vicente del Bosque, al que también le corresponde algo de este premio, al igual que a Luis Aragonés.

Se inicia ahora la carrera por el premio de los premios a nivel individual, ése cansino Balón de Oro del que ya se empieza a hablar aunque se otorgue en el mes de enero. Una vez más, los de siempre, Messi, Cristiano y la terna de jugadores españoles que representan el mejor fútbol del planeta en la actualidad. ¿Al fin se rendirán periodistas, seleccionadores y capitanes al buen hacer de La Roja? Lo de ayer en Mónaco ha podido ser el primer paso.

No son los títulos individuales algo que haya importado en exceso al fútbol español, quizá porque nunca hemos tenido a lo largo de la historia demasiados jugadores con una gran supremacía sobre el resto (excepciones hechas de Alfredo di Stefano y Luis Suárez) y nuestra Selección nos tenía acostumbrados a decepciones prácticamente continúas (con la salvedad de la Eurocopa de 1964). Pero eso fue hasta el 29 de junio de 2008. El Ernst Hapel de Viena vivió un antes y un después en el fútbol español. El gol de Fernando Torres y la conquista del título continental cambió nuestras ‘vidas’. Desde entonces sí nos han importado esos galardones personalizados, los que hace bien poco estaban destinados a jugadores allende nuestras fronteras. Sentíamos la necesidad de que reconocieran también de esta manera la supremacía del fútbol español. Y no digamos después de la conquista del Mundial y la última Eurocopa de Polonia y Ucrania.

Andrés Iniesta