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Poves, el jugador antisistema que abandona la Primera división "para comprender el mundo"
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"EL FÚTBOL NO ME HACÍA FELIZ", ADMITIÓ A 'EL CONFIDENCIAL'

Poves, el jugador antisistema que abandona la Primera división "para comprender el mundo"

Muchos niños sueñan con ser futbolistas. En los patios de sus colegios imitan a sus ídolos y el día de su cumpleaños esperan que uno de

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Poves, el jugador antisistema que abandona la Primera división "para comprender el mundo"

Muchos niños sueñan con ser futbolistas. En los patios de sus colegios imitan a sus ídolos y el día de su cumpleaños esperan que uno de los regalos sea la camiseta de Messi, Cristiano Ronaldo, Iniesta o Casillas. A veces estas ilusiones van más allá y los que tienen talento logran hacerse un hueco en el club de su ciudad o incluso en el equipo de sus amores y poco a poco van ascendiendo hasta llegar a un nivel en el que su pasión se convierte en su forma de vida y en su sustento. Sueño cumplido, felicidad absoluta. No es el caso de Javier Poves. Este madrileño hizo del fútbol su forma de vida pero "no podía jugar si no era feliz. En la vida haces una serie de elecciones para aprender, puedes acertar o puedes equivocarte, y esta ha sido la mía", contaba Poves a este medio la tarde de este lunes.

A sus 24 años, Javi colgó las botas después de saber qué era jugar en Primera. Manolo Preciado le hizo debutar con el Sporting en el último partido de Liga frente al Hércules. El primer contacto de Poves con el balón tuvo lugar en las categorías inferiores del Atlético de Madrid. De ahí pasó por el Rayo Vallecano, Las Rozas o el Navalcarnero. Abandonar un mundo tan atractivo como el del fútbol es una decisión valiente porque la figura del futbolista ha logrado lo que la gran mayoría de la población desea: reconocimiento social, éxito, dinero... Para Javi "el fútbol es una profesión como otra cualquiera el problema viene cuando desde pequeños nos inculcan unos ideales en los que el objetivo es hacer dinero para vivir bien. El fútbol te da eso y es entonces cuando los niños quieren imitar a sus ídolos futbolísticos, quieren ser como ellos y tener su vida". La Liga española es el mejor ejemplo. Está llena de estrellas, unas más rutilantes, otras más modestas pero todas presas del mundo del fútbol al fin y al cabo: "Yo no critico a nadie, cada uno es libre de hacer lo que quiera. Hay que conocer y saber su perspectiva para poder hablar de ellos. Pero, desde mi punto de vista, la imagen que da Cristiano Ronaldo, por ejemplo, no hace ningún bien a la sociedad. Fomenta la creación de mitos y no da ningún valor espiritual, sólo poder y dinero. Hago referencia a la imagen que da y la que se refleja en los medios de comunicación, no a cómo es él en realidad. Posiblemente sea una gran persona".

Javi abandona el fútbol porque ve que la profesionalización de este deporte tiene como consecuencia irremediable el capitalismo. Aún así, no pierde la esperanza: "Es difícil imaginarlo pero creo que es posible. Es muy complicado porque nos han enseñado a pensar de un modo y cambiar de dirección es complejo. Si se consiguiese, sería todo más sano. El fútbol sería sólo deporte y afición y no negocio como es ahora. Éste es el gran problema". El deporte rey mueve cantidades inmensas de dinero ya sea en fichajes, sueldos desorbitados o derechos de televisión y "no se reparte de la misma forma para todos. Es algo que se ve muy claramente con los derechos televisivos. Los equipos más humildes, cobran menos y hay cuatro que se llevan las grandes cantidades de dinero". Las dudas asaltan a los amantes de este deporte: ¿hay futuro? ¿El fútbol está condenado a caminar de la mano del dinero y del capitalismo para siempre? Javi no es creyente pero recuerda que "Dios en la Biblia dio una segunda oportunidad, el fútbol también tendrá la suya cuando pase esta mala racha que está viviendo. Eso sí, en un futuro sufrirá un revés como el que está protagonizando actualmente nuestra forma de vida".

Hay algo en lo que se muestra contundente. No está seguro de si podría haber utilizado el fútbol como instrumento para cambiar el propio sistema: "Los futbolistas con ideas, del tipo que sean, no tienen hueco en la prensa. Y si lo tuviera no podría hacer el 'daño' suficiente como para cambiar las cosas".

Hay vida después del fútbol

El ex-jugador del Sporting se desvincula del mundo futbolístico pero no camina sin rumbo. Uno de sus objetivos es definirse a sí mismo: "Me llaman antisistema, me han encasillado ahí, pero no sé lo que soy". El madrileño cuenta que "a corto plazo me he planteado ver y conocer el mundo, comprender por qué algunas personas que representan occidente quieren que todo se haga a su imagen y semejanza. Quiero saber por qué se ataca al mundo islámico y entender cómo son los conflictos de Oriente Medio". Parte de su aprendizaje pasa por estudiar Historia en la UNED: "No hace falta ir a la universidad para aprender, yo era autodidacta. Ahora quiero conocer la historia oficial porque la no oficial ya la sé. También quiero estudiar la historia antigua porque, probablemente, hoy tenga más influencia de lo que creemos". En un futuro podría emplear su futuro grado en Historia para enseñar aunque lo ve "difícil porque a mí me gustaría enseñar a los niños con libertad y no a piñón fijo como se hace ahora".

En estos días de agitación social en los que la sociedad intenta por todos los medios que los poderosos la escuchen, Javi cree que "la solución está en nosotros mismos. Si cada persona lograse exterminar el dinero de sus valores, se daría un cambio real. Sé que es difícil. Hay que empezar por abajo, abogar por una educación libre. Estamos criando niños tontos que aprenden con la televisión y eso no sólo es una desgracia para nuestra sociedad, lo es para el mundo entero". Para Poves "el 15M es insuficiente. Mis declaraciones han sido sacadas de contexto. Yo creo que las propuestas están bien pero se quedan cortas porque son inofensivas para el sistema. No soy violento pero este pacifismo continuo hace que me plantee muchas cosas".

Muchos niños sueñan con ser futbolistas. En los patios de sus colegios imitan a sus ídolos y el día de su cumpleaños esperan que uno de los regalos sea la camiseta de Messi, Cristiano Ronaldo, Iniesta o Casillas. A veces estas ilusiones van más allá y los que tienen talento logran hacerse un hueco en el club de su ciudad o incluso en el equipo de sus amores y poco a poco van ascendiendo hasta llegar a un nivel en el que su pasión se convierte en su forma de vida y en su sustento. Sueño cumplido, felicidad absoluta. No es el caso de Javier Poves. Este madrileño hizo del fútbol su forma de vida pero "no podía jugar si no era feliz. En la vida haces una serie de elecciones para aprender, puedes acertar o puedes equivocarte, y esta ha sido la mía", contaba Poves a este medio la tarde de este lunes.