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Álex Palou enseña en América que hay vida (y gloria) más allá de la Fórmula 1
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SUPERESTRELLA EN USA

Álex Palou enseña en América que hay vida (y gloria) más allá de la Fórmula 1

El piloto español se anotó su segundo título de Indycar en cuatro años y se consagra como la gran estrella automovilística al otro lado del atlántico. Y lo mejor está por venir

Foto: Álex Palou celebrando una de sus cinco victorias en 2023
Álex Palou celebrando una de sus cinco victorias en 2023

En mitad del júbilo por el triunfo de su piloto en el circuito de Portland y como consecuencia en el campeonato Indycar, Chip Ganassi, jefe del equipo de Álex Palou quiso lanzar un mensaje claro como el agua: “Sólo puedo decir una cosa, que Álex estará en nuestro coche el año que viene”. Nada puede darse por sentado en el mundo de las carreras y menos aún visto lo visto estas dos últimas temporadas con el gerundense. La cuestión es que parece claro que el futuro inmediato de Palou pasa por el campeonato Indycar y no por la Fórmula 1. Y no tiene por qué ser una mala noticia.

El mejor sitio posible como profesional

Desde el punto de vista estrictamente profesional, quedarse en Estados Unidos con Ganassi va a ser una decisión más lucrativa y deportivamente más agradecida que dar el salto a la Fórmula 1. Es lógico que el sueño de cualquier piloto, especialmente si es europeo, pase por triunfar en la especialidad reina del automovilismo. Pero la cuestión, es si vale la pena intentarlo a cualquier precio. El campeonato Indycar poco a poco va recuperando el brillo que tuvo a mediados de los noventa, donde rivalizaba sin complejos con la Fórmula 1. Ser número 1 en USA, en una especialidad emergente, no es poca cosa. Quizá incluso sea lo mejor a nivel personal y deportivo.

McLaren parece que quiere ir a por todas legalmente contra Palou por romper el acuerdo que les unía para 2024. A diferencia del año pasado donde la disputa contractual con Ganassi Racing se dirimió en la justicia estadounidense, ahora serán tribunales ingleses los que conozcan del caso. Siempre es inquietante esta circunstancia, a tenor de la tendencia de la justicia británica de barrer para casa. Pero más allá de como se resuelva legalmente el asunto, moralmente es un sarcasmo que Zak Brown reclame dinero a cuenta de todo lo gastado en la formación de Palou en 2022 y 2023 a bordo de monoplazas de Fórmula 1. De ganar su causa, se supone que se crea una jurisprudencia que permitiría a Alpine reclamar tanto o más dinero a McLaren. Alpine sufrió con Oscar Piastri, exactamente lo mismo de lo que hoy se queja Brown con Palou.

Lo más probable, es que Brown pusiera promesas en forma de caramelo a Palou con la Fórmula 1 que luego no ha podido cumplir. Oscar Piastri ha salido muy bueno y Lando Norris no ha sido fichado por ningún equipo grande, con cuantiosa compensación económica de por medio. Los dos escenarios en los que Brown quería tener ese as en la manga con Palou en la recámara se han desvanecido. En la actual tesitura, correr en Indycar en un equipo que técnicamente sigue sin estar a la altura de Ganassi, no es ningún regalo. Para este viaje no hacían falta alforjas, podría decirle Palou a Brown. Si McLaren se siente utilizada por Palou, lo mismo puede decir Palou de McLaren

Ganassi no le puede ofrecer Formula 1 a Palou, pero ya han surgido equipos que han mostrado interés por el catalán, como Williams y Alpha Tauri, quien sabe incluso si Aston Martin con Honda en el futuro. Ya veremos qué pasa en el futuro. La cuestión es que estos cuatro años compitiendo en Norteamérica es muy probable que le hayan cambiado la perspectiva a Palou. Es posible que la propia historia de Chip Ganassi Racing le sirva de ayuda al propio Palou. A finales de los noventa, Alex Zanardi, dejaba detrás tres temporadas de éxitos clamorosos como piloto de Ganassi en Indycar para perseguir el sueño inacabado de la Fórmula 1. La aventura fue desastrosa, pues por diversas razones su paso por Williams resultó de una mediocridad tal, que su moral nunca se recuperó. Cuando regresó a EE. UU era una sombra de su antigua versión.

Indycar en la actualidad no solo crece comercialmente, con el mayor interés mediático y de afluencia de patrocinadores desde hace dos décadas. Deportivamente, también se está convirtiendo en un polo de talento que poco tiene que enviar a la Fórmula 1. Los nombres de McLaughlin, Rosenqvist o Illott quizá no suenen mucho aquí en España, pero hablamos de pilotos con un pedigrí impresionante cuyo único pecado para no estar en la parrilla actual de un Gran Premio, es la falta de apoyo económico o haberse quedado fuera de la órbita de los programas de formación de los equipos.

La F1 sí, pero no a cualquier precio

Como ejemplo extremo del absurdo que puede llegar a resultar perseguir el sueño de la Fórmulka 1, vean el caso del actual campeón de la Formula 2, el brasileño Felipe Drugovich que a pesar de haber pagado con siete millones de euros su puesto de piloto de pruebas en Aston Martin, no ha hecho un solo kilómetro de competición en 2023 y su actividad se limita a participar en alguna irrelevante sesión de entrenamientos libres.

La comparación de Drugovich con varios de sus compañeros de quinta, que a diferencia de él en Indycar están en la actualidad comptiendo a alto nivel y ganando dinero en lugar de tenerlo que pagar. El absoluto contrasentido de lo que debe suponer ser un piloto profesional, especialmente cuando te juegas la vida en uno de los deportes mas profesionalizados del mundo. Con seguridad, la posible posición de Palou en Fórmula 1 no tendría nada que ver con la de Drugovich, pero como el mismo Álex ha dejado caer en repetidas ocasiones, qué sentido tiene dejar su actual posición para perseguir una aventura de la más incierta.

Muchos siguen tratando al campeonato Indycar como un campeonato menor. Pero hay muchos datos que demuestran que los prejuicios y el cierto desdén europeo a la especialidad deben ser revisados. Marcus Ericsson era normalito en Fórmula 1 y normalito sigue siendo en Indycar. Romain Grosjean era rápido y errático en Fórmula 1 y sigue errático sin ser ni siquiera de los más rápidos. En las 63 carreras que Alex Palou lleva disputadas en Indycar, sólo ha habido dos pilotos en la historia que han conseguido tantos triunfos y títulos como el catalán: AJ Foyt y Mario Andretti. No hace falta decir mucho más acerca del estatus de estrella de Palou allí y lo mucho que podría perder aquí sin las garantías necesarias.

Álex Palou no olvidemos, que pese a acumular un nada despreciable palmarés apenas tiene 26 años. Tiene mucho tiempo por delante para intentar el asalto a la Fórmula 1 si un equipo puntero le ofrece un asiento, le paga bien y sobre todo, le da todo el apoyo necesario para hacer la transición de una a otra especialidad. Por mucho talento que se tenga, aprender el límite del neumático y sus diferentes momentos de degradación es cuestión de kilómetros en pista. No hay simulador que supla esa enseñanza. Mientras llega esa posible oportunidad, el cielo es el único límite para el tándem Palou-Ganassi en USA. Y lo mejor está seguramente por venir.

En mitad del júbilo por el triunfo de su piloto en el circuito de Portland y como consecuencia en el campeonato Indycar, Chip Ganassi, jefe del equipo de Álex Palou quiso lanzar un mensaje claro como el agua: “Sólo puedo decir una cosa, que Álex estará en nuestro coche el año que viene”. Nada puede darse por sentado en el mundo de las carreras y menos aún visto lo visto estas dos últimas temporadas con el gerundense. La cuestión es que parece claro que el futuro inmediato de Palou pasa por el campeonato Indycar y no por la Fórmula 1. Y no tiene por qué ser una mala noticia.

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