Álex Palou y una histórica 'pole position' en Indianápolis: el sexto sentido que da el hambre

No se sabe si Álex Palou en 2024 estará en la Fórmula 1 o, por el contrario, seguirá cosechando triunfos en América en el campeonato Indycar. Lo que está claro, es que si finalmente se produce el trasvase, el gerundense quiere dejar claro que llega con todas las credenciales de piloto Núm. 1 en USA. Palou ya tienen una copa de campeón en sus vitrinas. Si reedita esta temporada el campeonato, sólo le quedaría el triunfo en las 500 millas de Indianápolis para completar el palmarés de una gloriosa etapa por las carreras americanas.

La joya de La Corona del automovilismo norteamericano y una de las tres pruebas más importantes del mundo, junto al Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y las 24 horas de Le Mans, es, sin embargo, una carrera sumamente caprichosa. Puedes haber hecho todo perfecto desde que pisas por primera vez el Brickyard (apodo del circuito), hasta que pasas la bandera a cuadros que no te vale de nada. Una neutralización de carrera a destiempo o un fallo estratégico del equipo, te saca cruelmente del Victory Lane.

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Álex Palou es consciente, como pocos, de lo necesaria que es esa pizca de suerte en los momentos decisivos, pues en dos ocasiones la victoria se le ha escapado literalmente por los pelos. De nada sirvió, por ejemplo, el año pasado, que el catalán fuera constantemente más rápido que su compañero Marcus Ericsson, porque al sueco, le bastó para derrotarle, salir bien colocado en la lotería de la última neutralización. Y si alguien duda que el azar, la suerte o como quiera llamarse es necesaria, ahí está el ejemplo de Mario Andretti, el que probablemente sea el mejor piloto estadounidense de la historia, que en más de treinta participaciones sólo logró el triunfo en una ocasión.

A diferencia del pasado, la victoria en las 500 millas de Indianápolis no puntúa doble para el campeonato, pero la pole position si que da puntos y por ello Palou refuerza su posición de líder antes de comenzar el campeonato. Pero resulta obvio que para el piloto español, salir primero en parrilla tiene mucho más que ver con su ambición personal, que con unos puntos para el campeonato o asegurarse una buena posición de partida. Hay que demostrar a los que creen en ti y a los escépticos, que eres el caballo ganador de sus apuestas para los años venideros.

Un buen día para McLaren

Zak Brown, el jefe de McLaren, es un hombre feliz estos días. Aunque su equipo de Fórmula 1 no pase ahora por uno de sus mejores momentos, al otro lado del Atlántico las cosas le van mucho mejor. No sólo era importante que sus cuatro coches estén clasificados entre los Fast 12, sino que tiene mucho valor que Álex Palou lograra la pole, pues no en vano es su piloto de pruebas en Fórmula 1. Aunque en Indycar, Álex compita para la escuadra rival de Ganassi Racing, Brown tiene atado contractualmente al catalán para los años venideros. Habrá cometido algunos fallos, generado enemistades y muchos líos contractuales, pero birlando a Palou a Chip Ganassi y a Oscar Piastri a Alpine, está claro que ha demostrado tener buen olfato.

Siempre fue muy meritorio lograr una pole position en Indianápolis, pero podría decirse que en estos tiempos lo es más que nunca. Las diferencias actuales entre el primero y último de la parrilla son de las más estrechas de la historia y para sacar el tiempo, no puedes guardarte prácticamente ningún margen. Tienes que estar dispuesto a encarar los muros de hormigón a casi 400 kilómetros por hora y rezar para que cuando abras los ojos te hayas quedado a esos 5 centímetros necesarios para que salga el tiempo. La peculiar forma de clasificación de Indianápolis, que no es por tiempo, sino por la velocidad media a lo largo de cuatro vueltas, eleva aún mas el desafío. No se trata de jugarte el pellejo en cuatro curvas, se trata de repetirlo 12 veces.

Récord histórico

Por eso, cobra aún más valor lo conseguido ayer por Álex Palou, porque no sólo consigues la primera posición para la gran carrera, sino que lo haces batiendo el récord histórico del circuito. Nunca jamás dio nadie cuatro vueltas seguidas a la velocidad media 234,217 millas por hora, luego está claro que Álex no se guardó absolutamente nada en la recámara y así lo reflejaban sus declaraciones nada más bajarse del coche: “Sabíamos que había que ser agresivos, ajustar el coche para lograr una primera vuelta muy buena y a partir de ahí aguantar. La última vuelta fue realmente difícil hacerla a fondo, pero lo logramos. Sabía que sólo iba a haber una oportunidad”.

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Ya es mala casualidad que el próximo fin de semana coincida que tengamos a pilotos españoles con opciones de victoria en el Gran Premio de Mónaco y las 500 millas de Indainápolis. No sabemos aún como saldremos de contentos el próximo domingo por la noche, pero una cosa está clara: Desde una semana antes, Álex Palou ya nos ha llenado de orgullo como el primer piloto de nuestro país en lograr la pole en The Big Race y ha empezado a hacernos soñar.