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Carlos Sainz estrena su primer coche en el paraíso del aficionado: así es el 'atelier' Ferrari
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EL REINO DE LO EXCLUSIVO

Carlos Sainz estrena su primer coche en el paraíso del aficionado: así es el 'atelier' Ferrari

El piloto español adquiere su primer coche a lo grande, con un modelo 812 Competizione personalizado hasta el último detalle. Las ventajas de ser piloto de la Scuderia…

Foto: Atelier Ferrari (Ferrari)
Atelier Ferrari (Ferrari)

Es el primer coche que se compra Carlos Sainz. Se trata, nada menos, que de un Ferrari. Lógico, ya que es piloto de la Scuderia. Pero su nueva montura es algo especial, porque está personalizado a medida. Un año se ha tardado en terminarlo. Entró en juego Tailor Made, un departamento exclusivo de Ferrari, para personalizar los coches más exclusivos. Como el de Carlos Sainz.

El coche personalizado que ha comprado el piloto español es el modelo 812 pertenecientes a la serie Competizione limitada a 999 ejemplares. Un vehículo de 830 caballos absolutamente extremo, con prestaciones superiores a coches que habrían permitido ganar las 24 horas de Le Mans hace 30 años. En el proceso que ha durado casi un año, el nuevo coche de ‘CS55’ ha sido personalizado a medida de principio a fin. No sólo la pintura y la tapicería con colores y materiales exclusivos, sino que cuenta con multitud de detalles que lo convierten en auténtica pieza única. ¿La revalorización de este tipo de coches? Por el famoso Ferrari ‘camuflaje’ que hace diez años se personalizó Lapo Elkann hace poco se ha pagado en una subasta un millón de euros. (800 mil de ganancia).

Cuando un equipo de Fórmula 1 que produce a su vez coches de calle ficha a un piloto, una de las primeras medidas es convertirle en cliente y embajador de la marca. Por supuesto, Mercedes, Aston Martin, McLaren o incluso Alpine pueden ofrecer a sus pilotos coches espléndidos pero, aparte de las maravillas que posee en su gama, Ferrari va más allá al ofrecer un nivel de personalización sin parangón en la industria. Veamos la historia del atelier automovilístico de ensueño donde Carlos Sainz ha configurado una auténtica pieza única.

Tan interiorizado está este concepto de exclusividad en el universo de clientes Ferrari que no es aventurado afirmar que el piloto madrileño decidiera desprenderse de su adquisición dentro de unos años, muy probablemente le ganará mucho dinero. Aunque con algunos de los detalles que le ha añadido el piloto madrileño, parece difícil que quiera desprenderse de su nueva joya.

En 2008, el por entonces presidente Ferrari, Luca de Montezemolo, inauguró la culminación de su gran proyecto Fórmula Uomo. Se trataba de un programa de seis años de duración cuyo objetivo era dar una vuelta completa a toda la factoría de la marca del Cavallino. Por supuesto, se trataba de contar con lo último en tecnología y procesos, pero también de dotar de confort sensorial y personal a los empleados. No hubo zona del inmenso complejo situado entre Maranello y Fiorano que no fuera sometida a reforma. Sin embargo, una vez terminados los trabajos, quedaban sin utilizar los dos viejos barracones que dan la calle Abetone inferiore, donde está situada su histórica entrada. Y ahí entró en juego el olfato de Montezemolo.

Ver valor donde otros no lo ven

Al poseer el valor histórico de pertenecer al primer conjunto arquitectónico que creara en su día Enzo Ferrari, era un absoluto sacrilegio demoler esa parte de la fábrica. Sin embargo, eran espacios inutilizables para cualquier proceso fabril o de almacenaje moderno, y quedaron de trastero general del complejo. Sin embargo, Montezemolo decidió aprovechar esos edificios ‘inútiles’ pero llenos de solera para abrir dos líneas de negocio que iban a convertirse en referencias mundiales: ‘Ferrari Classiche’ y el espacio ‘Tailor Made’.

En Ferrari Classiche no sólo encontró un poderoso negocio de restauración de coches Ferrari con valor histórico, sino que permitió preservar una serie de artes y oficios que iban a perderse a medida que fueran falleciendo los técnicos que construyeron esos coches en los años 50 y 60. La tecnología ultramoderna de fabricación no debía de suponer la muerte del valor artesanal que siempre caracterizó a los vehículos de Maranello y ahí es donde Montezemolo enlazó una idea con la otra. Qué mejor que complementar a un departamento de vocación artesanal con un espacio donde el cliente pudiera personalizar su vehículo hasta límites insospechados. Nace así Tailor Made.

La tecnología recién instalada en la fábrica iba a permitir que, a partir de ese momento, cada Ferrari pudiera tener una identidad propia y se desterrara el concepto de ‘vehículo de serie con extras’. Obviamente, el plus de exclusividad suponía un ostensible plus también de precio, pero con sus clientes el dinero no sería el problema. Montezemolo conocía perfectamente al perfil de comprador Ferrari que iba proliferando en el mundo: lo que le importaba era sentirse especial y la exclusividad absoluta.

A continuación, llegaba el valor añadido del un acto de entrega de llaves en la propia fábrica por parte del mismo presidente, unas pruebas de adaptación en el circuito de Fiorano si se deseaba, e incluso poder dormir en la casa de Enzo Ferrari, en el mismo circuito, si se quería. Se trataba de tocar las emociones. Aunque todas las marcas premium gozan de servicios de personalización similares o incluso superiores, ninguna puede rivalizar con la mística ferrarista.

El valor de lo exclusivo

Consciente Luca de Montezemolo de que la competencia replicaba su concepto Atelier, la salida al mercado del modelo ‘La Ferrari’ creó un antes y un después en el ámbito de las series limitadas. La marca italiana ya había tenido en el pasado varias experiencias en el mundo de series cortas y exclusivas, pero las múltiples posibilidades de personalización anteriormente inexistentes, desató una auténtica locura por hacerse con una de las 400 unidades previstas. No sólo se accedía a un vehículo con muy pocos ejemplares fabricados, es que además cada uno de esos 400 podía tener singularidad propia, lo que redoblaba aún más su exclusividad. El resto de la industria siguió los pasos de Ferrari haciendo series cortas de determinados modelos, pero los italianos hicieron bueno el dicho de que ‘quien da primero da dos veces’.

Por encima del nivel de personalización del coche de Sainz, está la posibilidad de lo que se conoce como ‘one-off’, que se trata de una reinterpretación de uno de los modelos existentes en la gama. Con el asesoramiento de los especialistas del ‘Centro Stile’ de la fábrica un cliente, puede tener un coche de carrocería única que no tiene equivalente en la gama. Los precios de todo esta locura alrededor de la exclusividad son de cortar la respiración, pero siempre hay que tener en cuenta que un Ferrari, cuanto más exclusivo es, también alcanza mayor revalorización en el mercado a futuro.

Obviamente, después de muchos años conduciendo el Volkswagen Golf que le regalaron sus padres a los 18 años, Sainz no ha gastado su tiempo y dinero para especular a futuro, sino para saborear en toda su dimensión, lo que supone ser piloto de Ferrari. Se lo merece y que lo disfrute.

Es el primer coche que se compra Carlos Sainz. Se trata, nada menos, que de un Ferrari. Lógico, ya que es piloto de la Scuderia. Pero su nueva montura es algo especial, porque está personalizado a medida. Un año se ha tardado en terminarlo. Entró en juego Tailor Made, un departamento exclusivo de Ferrari, para personalizar los coches más exclusivos. Como el de Carlos Sainz.

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