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Barcelona no es Jerez 2014: cuando Mercedes sentenció el Mundial con un único test
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NADIE TRAE (DE MOMENTO) MAGIA

Barcelona no es Jerez 2014: cuando Mercedes sentenció el Mundial con un único test

Es aventurado siempre sacar conclusiones después de un primer día de tests, pero el escenario de este año nada tiene que ver con el del comienzo de la era híbrida

Foto: Apenas estrenado el coche, la superioridad de Mercedes en 2014 era aplastante. (REUTERS/Marcelo del Pozo)
Apenas estrenado el coche, la superioridad de Mercedes en 2014 era aplastante. (REUTERS/Marcelo del Pozo)

La expectación ayer en Barcelona para el arranque de la pretemporada era máxima. Siempre que se inicia una nueva era por un nuevo reglamento existe el miedo de que un equipo dé con una tecla desconocida para el resto y que, con su escandalosa superioridad, sentencie el campeonato antes de haberse disputado la primera carrera.

Exactamente como en 2009 cuando el equipo Brawn se presentó en los test de Jerez con un coche virgen de patrocinadores, pero que bastó a Jenson Button dar unas pocas vueltas para saber que tenían un coche para ganar el campeonato. Diseñado alrededor de su singular difusor trasero que sujetaba espectacularmente al coche en las curvas sin oponer resistencia al aire en las rectas no era fácil replicar la idea. Red Bull había desarrollado un concepto parecido, pero solo pudieron evolucionarlo y darles guerra a final de año.

La imposibilidad de ‘replicar’ un motor

En 2014 el tema fue mucho más dramático y desolador. También en el circuito de Jerez y en el primer día pretemporada que inauguraba la nueva era híbrida, la superioridad de Mercedes fue tal que no sólo hubo miedo a que el mundial de ese año estuviera ya sentenciado, sino también los sucesivos. Aquel año, además, el cambio de reglamentación era también aerodinámico.

Por razones profesionales, quien les escribe estuvo presente en aquella primera jornada en la pista andaluza. Como responsable de uno de los patrocinadores principales del equipo Ferrari, tenía que emitir un informe a mi regreso a la oficina, pero te encontrabas en esa tesitura de pensar: ‘Si digo lo que de verdad pienso nos echan a todos de la empresa. Y si digo una realidad edulcorada, todos van a pensar que no me entero de nada’. La superioridad de Mercedes era tal que, después de observar a los coches en pista, Ferrari no se iba a comer un rosco esa temporada.

¿Cómo explicar que apenas una mañana después de ver rodar a unos coches se puede afirmar rotundamente que ni Ferrari ni otro equipo tenía opción alguna frente a Mercedes? El equipo anglo alemán era bueno, pero en esos años no un contendiente al campeonato del mundo. No hacía falta ser un experto para sacar esa conclusión: bastaba apostarse en una curva y darse cuenta que el Mercedes parecía un coche absolutamente de otra categoría respecto a los demás.

Venir de los rugientes motores V8 atmosféricos a los silenciosos V6 turbo híbridos suponía una decepción para el oído de todo buen aficionado, pero aquel volumen de sonido permitía delatar que el único motor que funcionaba sin fallos era el Mercedes. Aerodinámicamente, también daba la impresión visual de tener claramente más agarre en curva que el resto. Imaginen ver pasar a un coche vuelta tras vuelta estable y con un sonido de motor fluido mientras el resto de los equipos rodaba con los motores rateando, o peor, aun languideciendo en boxes con problemas incluso para arrancar.

En Barcelona se han visto ayer debutar monoplazas más rápidos y otros más lentos. Sin embargoo el enorme cambio reglamentario afecta a la parte aerodinámica y de refilón al apartado motriz, circunstancias extrapolables a lo vivido en aquella mañana de febrero de 2014 en Jerez. Hasta el propio equipo Mercedes comprendió entonces de su abrumadora superioridad pues, como recientemente reconoció Paddy Lowe, (su ingeniero jefe entonces), deliberadamente descafeinaron sus motores para que no ‘cantara’ demasiado su dominio y obligara a la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) a tomar algún tipo de medida drástica que les chafara el plan.

placeholder Tanto el RedBull como el Ferrari, tienen muy buena pinta según se les vio ayer en pista pero no con una superioridad que asuste. (EFE)
Tanto el RedBull como el Ferrari, tienen muy buena pinta según se les vio ayer en pista pero no con una superioridad que asuste. (EFE)

Una superioridad que valía ocho títulos consecutivos

Otro baremo para confirmar aquella superioridad descomunal de Mercedes en aquel primer día de Jerez es que, ocho temporadas después, la competencia sólo ha conseguido ponerse a la altura del constructor alemán, pero nunca superarle. Miedo da que esta situación se repita con el próximo cambio de reglamentación de motores que tendrá lugar en 2025. Es posible que una ventaja aerodinámica no sea replicable en el transcurso de una temporada, pero en un año el concepto innovador se entiende y se convierte en norma común en el resto de la parrilla. En los motores ya hemos visto (y sufrido) lo que significa que alguien pille con el paso cambiado a los demás.

Ya pudimos comprobar el miércoles que los coches en pista tenían poco que ver con los de las presentaciones. No descartemos que en la última jornada de tests en Bahrein algún equipo saque ‘un jamón de pata negra’ a última hora para que nadie les pueda fusilar la idea justo antes de la primera carrera. Por lo visto ayer en Barcelona nadie parece haber aparecido con un as en la manga que lleve a pensar que han descubierto el santo grial.

Se ven equipos más sólidos y otros con más problemas, pero ninguno con una visible superioridad que haga saltar todas las alarmas. Habrá unidades de potencia híbridas que en su última evolución permitida hayan ido más lejos que otras sin perder fiabilidad, pero da la impresión que una reglamentación diseñada para fomentar la igualdad no va a agrandar aún más las diferencias en la parrilla actual, como sí ha ocurrido en el pasado en situaciones similares. Seguiremos observando con detalle la evolución estos próximos días pero, de momento, parece claro que ‘hay partido’.

La expectación ayer en Barcelona para el arranque de la pretemporada era máxima. Siempre que se inicia una nueva era por un nuevo reglamento existe el miedo de que un equipo dé con una tecla desconocida para el resto y que, con su escandalosa superioridad, sentencie el campeonato antes de haberse disputado la primera carrera.

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