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El "gen egoísta" de Vettel que deja en evidencia a Christian Horner
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CUANDO LOS INTERESES PROPIOS PRIMAN SOBRE LOS DEL EQUIPO

El "gen egoísta" de Vettel que deja en evidencia a Christian Horner

“No había tema, dejó suficientemente claro cuál era su intención al hacer el adelantamiento. Sabía cuáles eran los mensajes. Intercambiamos los mensajes. Eligió ignorarlos”. Por si

Foto: El "gen egoísta" de Vettel que deja en evidencia a Christian Horner
El "gen egoísta" de Vettel que deja en evidencia a Christian Horner

“No había tema, dejó suficientemente claro cuál era su intención al hacer el adelantamiento. Sabía cuáles eran los mensajes. Intercambiamos los mensajes. Eligió ignorarlos”. Por si quedaban dudas sobre las explicaciones -o excusas- de Sebastian Vettel tras el Gran Premio de Malasia, Christian Horner quitó la careta a su piloto tras la carrera. “Puso sus intereses más allá de la posición en la que estaba el equipo, estaba concentrado en los siete puntos de diferencia entre la segunda y la primera posición, lo que fue un error. Aceptó que se había equivocado”. Las reacciones tras la carrera han sido múltiples desde diferentes frentes. Y sus consecuencias para el futuro, todavía abiertas,  y potencialmente explosivas para la dinánica de la temporada.

Sebastian Vettel no solo 'birló' la cartera a Webber. También dejó a Cristian Horner en evidencia. Porque la autoridad moral y no solo ejecutiva del responsable de un grupo humano se fundamenta en su capacidad para hacer valer sus decisiones. ¿Cómo puede mirarse hoy al espejo de sus colegas, si uno de sus pilotos desobedece incluso sus apelaciones directas en plena carrera (“Vamos Seb, no seas tonto”) cuando Vettel había desdeñado el aviso previo de su ingeniero? Porque Horner es otra víctima hoy de la voracidad implacable de Sebastian Vettel

Diferencia en los mensajes

Con ese flanco moral tocado, Horner acudió a un razonamiento válido que tantas veces hemos escuchado en el pasado, también a Ron Dennis en los casos de Prost/Senna y Alonso/Hamilton, e incluso a Ross Brawn respecto a Rosberg tras la carrera. “Empleamos a estos chicos porque son competitivos, porque se presionan mutuamente, porque son sujetos muy motivados. Si uno fuera sumiso frente al otro, no es lo que queremos en un piloto de carreras”.

Un argumento que, desgraciadamente, se podría volver en contra del propio Horner. ¿Cuál es el entonces el valor de un 'team principal' al que tampoco se le somete su piloto? Porque, en la acera de enfrente, Ross Brawn le puso el contrapunto, incluso con la diferencia de asertividad y autoridad de sus respectivos mensajes a Vettel y Rosberg. ¿Alguien duda que si a Stefano Domenicali se le hubiera desmandado uno de los suyos, escucharía la voz de Montezemolo en lo que tarda en marcarse su número? 

Intereses de equipo, intereses propios: cuando se cruza la línea

Richard Dawkins hubiera encontrado en la Fórmula 1 el entorno ideal para su teoría del “gen egoísta” en acción, que ayer expresaba de otra forma Gerhard Berger para justificar a Vettel. “Para ganar un campeonato tres o cuatro veces tienes que ser egoísta, y estos chicos tienen un instinto asesino, no puede seguir a su cerebro, y hacen lo que les dicta el instinto. Esto es parte del éxito de Vettel y nadie, ningún compañero de equipo o ‘team principal’ va a cambiarlo”, declaraba el expiloto austríaco, curiosamente, el primer piloto de Fórmula 1 patrocinado por Red Bull. 

Bernie Ecclestone, que mantiene una relación estrecha con Vettel también compartía esta línea de pensamiento. Al margen de su rechazo -ciertamente justificado- de las órdenes de equipo ya en la segunda carrera, comprende al piloto alemán: "Sebastian es un racer, no sabe nada sobre perder, no quiere perder, mostradme un buen perdedor y os señalaré a un perdedor".

Ciertamente, no les falta razón a los defensores del “gen egoísta” por otros famosos precedentes del pasado. Pero ello suele ocurrir a costa de traspasar un límite llamado “intereses de equipo”, como explicaría Webber en la rueda de prensa posterior a la prueba. “Creo que cuando tienes 500 empleados…, si Sebastian y yo acabáramos contra las vallas en la curva uno, los periodistas estarán contentos, pero ¿lo estarán en la fábrica?, ¿lo estaremos nosotros?". Quienes como Gerhard Berger prefieren justificar la voracidad de Vettel como un atributo del campeón de raza, le sitúan a un lado de aquella línea. 

Jackie Stewart, sin embargo, colocó a Vettel en el otro lado: “Solía considerarle el más inteligente y elocuente veinteañero que nunca he visto correr”, declaró ayer el escocés. “Pero ya no, creo que cometió un gran error, y no puedo entender que pasó por su cabeza. Cometió un serio error de juicio de lo que era correcto y lo que no”. John Watson, otro expiloto y comentarista, declaró tras la prueba ser consciente de "que si otros pilotos en otros equipos desobedecieran una orden del equipo serían suspendidos e incluso despedidos".


"No es como Mercedes..."

Christian Horner dirige la labor de las “500 personas” de Red Bull. En el interés de este decidieron aplicar el ya famoso “Multi 21” ante el peligro de que los neumáticos se vinieran abajo y Mercedes heredara la victoria. Sebastian Vettel, contrapuso  'su propia agenda', eligiendo en qué parte de línea se situó. "Es igual que en todo el pit lane", intentaba justificar Horner tras la carrera, "es donde tiene un conflicto entre un piloto contratado por el equipo, cuyo interés principal es el Campeonato de Pilotos, y la posición del equipo, que le da un valor extremo al Campeonato del Mundo de Constructores". 

“Es algo positivo”, explicaba a posteriori Helmut Marko para referirse a lo acontecido en Sepang. "No es como Mercedes, que dices 'bang, quédate detrás', cuando tienes a gente como Sebastian y Mark en esta situación, no hay forma de controlarla”. Entonces al hilo de otros episodios pasados en Red Bull y de las palabras de Webber en el podio (“Sebastian siempre encuentra protección, así son las cosas”) resulta comprensible que Vettel no se someta ni a su propio compañero de equipo, ni tampoco a quien lo dirige. 

Frente a los mensajes tajantes de Brawn a Rosberg, aquel "Seb, no seas tonto, vamos...", dice mucho más de lo que parece. Por su falta de autoridad. Quizás por ello, Mark Webber se marcha con su tabla de surf a Australia, "y con el teléfono descolgado" durante quince días.

“No había tema, dejó suficientemente claro cuál era su intención al hacer el adelantamiento. Sabía cuáles eran los mensajes. Intercambiamos los mensajes. Eligió ignorarlos”. Por si quedaban dudas sobre las explicaciones -o excusas- de Sebastian Vettel tras el Gran Premio de Malasia, Christian Horner quitó la careta a su piloto tras la carrera. “Puso sus intereses más allá de la posición en la que estaba el equipo, estaba concentrado en los siete puntos de diferencia entre la segunda y la primera posición, lo que fue un error. Aceptó que se había equivocado”. Las reacciones tras la carrera han sido múltiples desde diferentes frentes. Y sus consecuencias para el futuro, todavía abiertas,  y potencialmente explosivas para la dinánica de la temporada.