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El improvisado traje de De la Rosa: el mono de un mecánico
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FUE EL ÚNICO PILOTO QUE NO SE PUDO CAMBIAR DURANTE EL PARÓN EN CANADÁ

El improvisado traje de De la Rosa: el mono de un mecánico

La conclusión fue esta: "Me lo he pasado bomba". Pedro Martínez de la Rosa disfrutó de un fin de semana pasado por agua. Su ilusión se

Foto: El improvisado traje de De la Rosa: el mono de un mecánico
El improvisado traje de De la Rosa: el mono de un mecánico

La conclusión fue esta: "Me lo he pasado bomba". Pedro Martínez de la Rosa disfrutó de un fin de semana pasado por agua. Su ilusión se elevó al máximo el viernes y el sueño se completó el domingo cuando cruzó la meta del Gilles Villeneuve. A dos puestos de los puntos y pasando unos apuros que el resto de pilotos no sufrió: desde la cabina del monoplaza, pasando por el volante y terminando por el mono que le prestó un mecánico de Sauber.

En la noche de este domingo, el barcelonés de 40 años admitió a Onda Cero que pasó "algo de vergüenza. Cuando, tras el parón de dos horas, aparecieron todos los pilotos con sus monos impolutos y yo sucio, manchado de grasa y empapado". Ahora es una anécdota, el domingo se trataba de un argumento para hacer todavía más dura la carrera canadiense.

El actual probador de McLaren tuvo que utilizar unas botas distintas a las de carrera. Además de adaptarse a las medidas de Sergio Pérez en su monoplaza para la jornada del viernes. No hubo tiempo para ajustar los pedales. Además, la ropa interior era de la escudería de Woking y el mono era de Sauber, de un mecánico.

De la pista a la lavandería del hotel

Buscaron a alguien en el box con la estatura de De la Rosa, en torno a 177 centímetros. 'Cuídalo que es el único que tenemos', le dirían al piloto que reside en Zúrich. Y así lo hizo, el viernes por la noche, al llegar al hotel, pidió al servicio de lavandería que estuviese listo para el sábado a primera hora. Así fue. El sábado repitió la operación.

Lamentablemente, en las dos horas de parón, De la Rosa no pudo llamar a los empleados del hotel para que le lavasen y secasen el mono. De tal manera que fue el único de la parrilla que aguantó con el traje empapado y manchado. En las ondas reconoció que le dio cierto reparo al comprobar que sus compañeros de pista se cambiaron de ‘modelito’. A lo mejor por no pasar ese mal momento fue el último piloto que abandonó el vehículo en dirección al box de Sauber (no de McLaren).

"Yo llegué aquí como piloto reserva de McLaren y me voy con un Gran Premio más habiendo tenido un fin de semana fantástico. He aprendido muchas cosas y, de hecho, esto también me ayuda porque si ahora McLaren me necesitase, estaría más en forma que hace tres días", declaró De la Rosa al término de la prueba. Peter Sauber, por su parte, sabe que puede contar con el español en cualquier circunstancia.

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La conclusión fue esta: "Me lo he pasado bomba". Pedro Martínez de la Rosa disfrutó de un fin de semana pasado por agua. Su ilusión se elevó al máximo el viernes y el sueño se completó el domingo cuando cruzó la meta del Gilles Villeneuve. A dos puestos de los puntos y pasando unos apuros que el resto de pilotos no sufrió: desde la cabina del monoplaza, pasando por el volante y terminando por el mono que le prestó un mecánico de Sauber.

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