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Peligros y consejos del último grito entre los esquiadores: la travesía
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UNA ESPECIALIDAD AERÓBICA EN AUGE

Peligros y consejos del último grito entre los esquiadores: la travesía

El esquí de travesía es una modalidad que cada vez tiene más tirón entre los aficionados. Conlleva unos peligros que hay que tener en cuenta para terminar el día sin ningún susto

Foto: Preparando una jornada inolvidable. (Foto de Marc Gasch)
Preparando una jornada inolvidable. (Foto de Marc Gasch)

Unos buscan iniciarse en el esquí de travesía al abrigo que da un centro invernal, otros por entrenar. En las últimas temporadas las estaciones de esquí alpino han visto cómo los ‘traveseros’ suman cada vez más adeptos sobre pistas con nieve trabajada. E inevitablemente se pueden producir accidentes. Mientras unos bajas, otros suben. Mientras la educación prime, no hay problema (si cuando en vez de dejar el lado de una pista el ascenso se hace fuera de ese borde). El peligro incrementa si el ascenso se acompaña de ‘zetas’, de zig-zag.

El peligro es evidente. Hay pistas con cambios de rasante donde una velocidad de descenso desmedida acompañada de falta de visión puede ocasionar un accidente grave si colisionas con un esquiador que asciende o con otro caído por un mal giro. La polémica está servida desde hace ya unos años, aunque se incrementa por aquello de que “el monte es de todos” y, sobre todo, por la falta de una legislación clara.

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Con el ánimo de reordenar este deporte en aras de la seguridad, esta temporada la estación de esquí de Cerler ha habilitado cuatro recorridos exclusivos para la práctica de esquí de travesía. La estación más alpina del Pirineo aragonés es una de las banderas del valle de Benasque donde se encuentra la mayor colección de tresmiles del Pirineo. Muchos son los que aprovechan para viajar hasta este rincón de la provincia de Huesca para esquiar en plena comunión de la montaña y por eso son muchos los que también acceden al centro invernal para iniciarse y mejorar su técnica.

“Somos conscientes de que el esquí de travesía como todos los deportes aeróbicos tienen un importante tirón desde hace unos años, y también ha habido una importante evolución en el material por lo que cada vez hay más esquiadores de pista que lo practican”, explica Jaime Río del departamento de marketing de Cerler. Si bajar por nieve no pisada puede ofrecer dudas a un esquiador que se inicie en la travesía, la seguridad que da hacerlo por una ladera tratada sin duda es un vector que contribuye a que muchos se animen a practicar este deporte en una estación de esquí.

A la gente le gusta la comodidad

El factor de la seguridad es también importante. Ya se sabe que un accidente por leve que sea a 2.000 metros de altitud no es lo mismo que en mitad de la calle de una ciudad. Y en un centro invernal, sus servicios de emergencia acuden al auxilio de cualquier accidentado lo que ofrece una buena cobertura para quienes se inician en el skimo. Cerler está diseñado con dos entradas: sector 1.500 y el Ampriu. “Las cuatro rutas parten desde El Molino, a 1.500 metros de altitud. Podríamos haber hecho también alguna desde el sector del Ampriu -a más altitud- pero lo que nos dimos cuenta es que lo que la gente quiere llegar al aparcamiento, calzarse los esquís y subir. Desde allí salen tres rutas y la cuarta desde la zona conocida como el Puentet, que -para iniciarse en el esquí de travesía- es más cómoda”, explica Río.

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El diseño es para todos los niveles, desde el más básico de 495 metros a Cota 2.000, el nivel medio de 815 metros de desnivel que tiene su cota en la zona de Rincón del Cielo y la más complicada que es la que sube al pico Cerler que da nombre a la estación. Se trata de un ascenso más comprometido por el tipo de terreno, con una montaña más abierta. Las rutas están marcadas para evitar perderse, están colgados los tracks en wikiloc y también hay una vertiente competitiva ya que en la base de la estación hay un cartel con códigos qr para entrar en ránquing de tiempos con esta aplicación. El horario para el esquí de travesía en una estación se ajusta al del centro invernal porque cuando el último remonte para entran las máquinas pisa pistas, monstruos de 8 y 10 toneladas que en muchas ocasiones utilizan un cablestante para su trabajo y que actúa como una cuchilla si alguien choca a velocidad con él.

La normativa FIS que regula el esquí tiene en su decálogo que no hay que ir en contra dirección, algo que ocurre en la travesía respecto a los que descienden y en aras de esa seguridad desde la estación de Cerler se aconseja que no se lleve piolet porque en una colisión sería fatal. Eso sí, es solo una advertencia y la respuesta está siendo positiva. El esquí de travesía vive un momento dulce apoyado, además, por el efecto Kilian Jornet, por el hecho de que en Tokio 2020 sea olímpico y porque las estaciones también acercan pruebas de estas características al gran público del mundo del esquí.

Unos buscan iniciarse en el esquí de travesía al abrigo que da un centro invernal, otros por entrenar. En las últimas temporadas las estaciones de esquí alpino han visto cómo los ‘traveseros’ suman cada vez más adeptos sobre pistas con nieve trabajada. E inevitablemente se pueden producir accidentes. Mientras unos bajas, otros suben. Mientras la educación prime, no hay problema (si cuando en vez de dejar el lado de una pista el ascenso se hace fuera de ese borde). El peligro incrementa si el ascenso se acompaña de ‘zetas’, de zig-zag.

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