Es noticia
Mathieu van der Poel da una lección, caída incluida, para ganar el Mundial a lo grande
  1. Deportes
  2. Ciclismo
'ARCOIRIS' PARA EL NEERLANDÉS

Mathieu van der Poel da una lección, caída incluida, para ganar el Mundial a lo grande

El ciclista neerlandés aprovechó un momento de debilidad de sus acompañantes para, con un ataque durísimo, llevarse el 'arcoíris'... a pesar de la caída sufrida a falta de dos vueltas

Foto: Mathieu van der Poel, nuevo campeón del mundo. (EFE/EPA/Robert Perry)
Mathieu van der Poel, nuevo campeón del mundo. (EFE/EPA/Robert Perry)

Mathieu van der Poel hizo historia en Glasgow, llevándose la victoria a lo grande en el Mundial de ciclismo en ruta, dando una exhibición de ciclismo para lograr un título con el que no contaba hasta la fecha. Y lo hizo con una exhibición, atacando y dejando atrás a un grupo formado por otros serios candidatos como el esloveno Tadej Pogacar, el belga Wout van Aert y el danés Mads Pedersen, a los que logró dejar atrás en el momento de la verdad.

Pero, por si fuera poco, cuando solo quedaban dos vueltas para llegar a meta, Van der Poel se fue al suelo, después de tocar un charco provocado por la abundante lluvia de Glasgow que le hizo irse contra las vallas en mitad de una curva. Con heridas, el maillot roto y hasta las zapatillas agujereadas, el neerlandés no se rindió, apretó los dientes y siguió hacia delante para convertirse en campeón del mundo. El nieto de Raymond Poulidor vuelve a sonreír.

Por detrás, Van Aert, que había conseguido tomar una cierta ventaja con sus dos compañeros de escapada, lograba la plata, mientras que Pogacar, en un increíble esprint con Pedersen, se hacía con el bronce sobre la misma línea de meta. En uno de los Mundiales más emocionantes de los últimos años, Van der Poel hizo de las suyas para llevarse una victoria impresionante, acompañado de Van Aert y Pogacar para conformar uno de los mejores podios de todos los tiempos.

El neerlandés supo aprovechar su oportunidad para lanzarse al ataque, cuando formaba parte de un grupo perseguidor que iba tras la escapada del italiano Alberto Bettiol. Tras alcanzar al italiano, el ritmo infernal que puso no pudo ser seguido por ninguno de los otros tres compañeros de escapada ni por el transalpino, que se había vaciado. Era el momento de ir a por una victoria de mucho valor, un triunfo que debía de gestarse con piernas y carácter

Van der Poel puso un ritmo infernal y nadie le podía seguir. Según pasaban los metros, las diferencias era cada vez mayores... hasta que, a punto de finalizar la penúltima vuelta, se fue al suelo. A la entrada por el vértice interior de una curva de 90 grados de derechas, el neerlandés tocó un charco y deslizó contra las vallas protectoras del lado opuesto. El golpe fue duro, considerable y doloroso, pero Van der Poel lo tenía claro: quería ser campeón.

A pesar de los evidentes daños, la fortuna quiso que la bicicleta no sufriera ningún problema. Sangraba por muñeca y rodillas, el maillot estaba desgarrado por hombro y cadera e, incluso, las botas se habían roto, pero nada iba a detener su sueño. Se levantó como un resorte, montó en su bici... y no solo no se detuvo, sino que aumentó las diferencias con los perseguidores a pesar de los daños evidentes. El neerlandés iba a por todas.

Van der Poel no levantó el pie y se llevó una más que merecida victoria en Glasgow. Por detrás, Van Aert se hacía con la plata, con Pogacar arrebatándole el bronce en la misma meta a Perdersen. El último vencedor neerlandés fue Joop Zoetemelk, que logró el arcoiris en 1985. Ahora, Países Bajos vuelve a tener un campeón del mundo, el nieto de Raymond Poulidor, un ciclista todoterreno que ha demostrado por qué es uno de los mejores del momento.

Mathieu van der Poel hizo historia en Glasgow, llevándose la victoria a lo grande en el Mundial de ciclismo en ruta, dando una exhibición de ciclismo para lograr un título con el que no contaba hasta la fecha. Y lo hizo con una exhibición, atacando y dejando atrás a un grupo formado por otros serios candidatos como el esloveno Tadej Pogacar, el belga Wout van Aert y el danés Mads Pedersen, a los que logró dejar atrás en el momento de la verdad.

El Confidencial