"Hay kilómetros matadores": La Gallina, así es el puerto que agita La Vuelta 2018

Fue en 2011 cuando los organizadores de La Vuelta Ciclista a España descubrieron el lugar. Muchas cotas de la geografía española eran de sobra conocidas; puertos embleméticos y legendarios en los que se que firmaron grandes gestas, rampas en las que tuvieron lugar enormes momentos para el mundo del ciclismo. Fue en aquella edición en la que el Coll de la Gallina se estrenó en la gran ronda española. Para esta próxima edición, cuyo recorrido se presentó este sábado, pasará a tener un enorme protagonismo, pues se subirá en la penúltima jornada.

La espectacularidad del recorrido entusiasmó a todos, más con esa exigente penúltima etapa. "La última semana será decisiva", sentenció Alberto Contador. Y esa jornada, con seis puertos, puede ser la que dicte sentencia finalmente. A casi 1.580 metros de altitud... La Gallina es un puerto de máxima exigencia en el que el más fuerte puede tener premio final.

Se trata de una subida larga, de unos 12 kilómetros de longitud. El desnivel medio es de 8,3%, pero en su trazado aparecen rampas de un desnivel del 18%. Se trata de un puerto que aunque tiene poca vida en la gran ronda española, siempre fue muy valorada por el mundo del ciclismo aficionado. Por su dureza y por la gran belleza del recorrido.

El aviso de Purito

Desde hace años, en diferentes foros de ciclismo se comenta esta ascensión, que siempre tuvo tramos que no se podían transitar porque no estaban asfaltados. La severa subida arranca en Santa Juliá de Lóira, apareciendo muy pronto un paisaje montañoso que sirve de aviso a los ciclistas. Enseguida se dan cuenta de que se han metido en territorio hostil...

Purito Rodríguez conoce de sobra La Gallina. Relata en un vídeo que "los primeros 4 kilómetros son matadores y la verdad es que te calientas muy pronto. Es un puerto muy duro y exigente". Y avisa a los participantes de la próxima edición de La Vuelta, sobre todo a aquellos que estén luchando por el triunfo final: "No os volváis muy locos porque tenéis muchos metros de desnivel por delante".

Los primeros kilómetros son muy parecidos a los de otros puertos de Andorra. La carretera se empieza a empinar muy pronto y en la primera fase esconde unas primeras rampas de máxima complejidad y dureza. Tras superar el Coll de Jou, un descenso servirá para que los ciclistas recuperen fuerzas, pero no dura mucho...

Alpe d'Huez

La carretera empezará a dibujar en un momento dado algunas 'zetas' hasta llegar a Fontaneda. Y será a partir de ese instante cuando las cuestas vuelvan a cargarse de dureza, aunque lo peor llegará luego. La penúltima etapa es de solo 105 kilómetros, pero van a sufrir de lo lindo todos los corredores... Javier Guillén, director de la Vuelta, ya lo ha avisado: "Será una Vuelta que irá de menos a más y tendrá como colofón de la penúltima etapa con final en el Coll de la Gallina".

Prueba de que es una carretera de gran exigencia es que hasta hace unos años había algún tramo que no estaba asfaltado. Para los entendidos, su dureza se puede comparar con el mítico Alpe d'Huez, pues tiene más de 1.000 metros de desnivel. Hay casi 3 kilómetros de subida constante, por lo que los corredores deberán administrar con cabeza los esfuerzos.