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Chris Froome pesca el segundo puesto del podio en el río revuelto de los españoles
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se beneficia de la vigilancia entre españoles

Chris Froome pesca el segundo puesto del podio en el río revuelto de los españoles

El británico atacó en la corta ascensión al mirador pontevedrés y recortó 19 segundos al líder de la Vuelta, que entró a meta junto a Valverde y Purito Rodríguez

Foto: Froome ya avisó de que no daba la Vuelta por perdida (EFE)
Froome ya avisó de que no daba la Vuelta por perdida (EFE)

Se llevarán mejor o peor más allá del asfalto, pero lo que está claro es que en carrera ni Contador ni Valverde ni 'Purito' se ponen de acuerdo. El miedo a trabajar para sus rivales les lleva a dejar la 'casa por barrer’ y que llegue otro y les coma la 'tostada'. "Está claro que nadie quiere tirar más de la cuenta para que después le remachen", señalaba Contador. Etapa 18 y los tres 'tenores' del ciclismo español siguen testarudos como mulas en sus planteamientos de carrera: 'tira tú que a mí me da la risa'.

"Hoy era Valverde quien tenía que defender el segundo puesto de la general", señalaba el actual líder de la Vuelta al cruzar la meta en el Monte Castrove y ver como Froome se convertía en su mayor amenaza -si no lo era ya- al colocarse a 1:19 del liderato. El colchón del madrileño mengua justo el día que peor le venía al británico. "Estábamos controlándonos entre nosotros y al final Froome ha sido el más listo", respondía Valverde. "'Purito' iba a tirones y no me iba a poner a tirar para que después me atacara", continuaba el murciano. Lo dicho: no hay quien los reconcilie. Ni siquiera un enemigo común para sus intereses como Chris Froome.

En una etapa rapidísima desde el banderazo de salida -la media fue superior a los 41 km/h en una jornada con dos puertos y mucho terreno 'rompepiernas'-, el pelotón alcanzaba la subida final con el aliciente del triunfo de etapa y los segundos de bonificación en juego. Valverde y 'Purito' eran los señalados por todos para convertirse en protagonistas. Sin embargo, cuando se desataron las hostilidades quienes asestan el golpe clave fueron Fabio Aru -segunda victoria del joven y talentoso italiano- y Chris Froome, que ante la vigilancia de los españoles aspirantes al podio se marchó por delante para ganar 20 valiosos segundos -gracias a las bonificaciones de meta-. "Espero que ese tiempo no acabe siendo decisivo. Hoy he adoptado la táctica de dejarle la responsabilidad a Valverde. Ya veremos más adelante qué decido hacer", apuntaba el madrileño del Tinkoff.

El ciclista del Sky está yendo a más en esta Vuelta a España y promete una bonita batalla en el terreno que aún resta para el cierre de esta edición de la ronda española. "Me encantaría ganar la Vuelta, pero este año parece imposible", reconocía Froome en la jornada de descanso. Una declaración de intenciones que nada tiene que ver con su comportamiento en carrera. "A partir de ahora tendré que vigilarle más de cerca", comentaba Contador sobre el ciclista inglés de origen keniano y que dio un paso más en su evolución en esta Vuelta a España.

Las tres etapas que aún restan por disputar no invitan a la relajación ni a dar nada por hecho. En la decimonovena jornada -entre Salvaterra do Miño y Cangas do Morrazo- los implicados en la lucha por el jersey rojo podrían tomarse un respiro y dejar a los 'valientes' del pelotón que lo intenten desde lejos. Sin embargo, el sábado la meta aguarda en el alto de Ancares -será la cuarta subida del día y su ascensión tiene casi 13 kilómetros con una pendiente media del 8,7% y rampas máximas de hasta el 18%-, donde se puede librar la batalla definitiva.

"Es una etapa más típica de grandes vueltas y creo que se asemeja mejor a mis características", señalaba un confiado Alberto. En todo caso, la Vuelta aún reservará un 'postre' final que podría acabar envenenándose con la crono por las calles de Santiago de Compostela. Diez kilómetros en los que cualquier segundo puede ser decisivo. Será el momento de saber si la vigilancia y la falta de entendimiento en la subida a Monte Castrove o los Lagos de Covadonga entre otras juegan un papel clave en esta Vuelta a España.

Se llevarán mejor o peor más allá del asfalto, pero lo que está claro es que en carrera ni Contador ni Valverde ni 'Purito' se ponen de acuerdo. El miedo a trabajar para sus rivales les lleva a dejar la 'casa por barrer’ y que llegue otro y les coma la 'tostada'. "Está claro que nadie quiere tirar más de la cuenta para que después le remachen", señalaba Contador. Etapa 18 y los tres 'tenores' del ciclismo español siguen testarudos como mulas en sus planteamientos de carrera: 'tira tú que a mí me da la risa'.

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