Otra piedra en el camino de Contador

La exitosa carrera de Alberto Contador no ha sido un camino de rosas. A pesar de sus laureados triunfos y su reconocido talento sobre las dos ruedas, el de Pinto ha tenido que hacer frente a las dificultades que se le han ido presentando durante su etapa como ciclista profesional. La última, la suspensión provisional tras un positivo por clembuterol durante el pasado Tour de Francia, en el que se proclamó campeón por tercera vez. Aunque el corredor asegura que se trata de un caso de contaminación alimenticia, la decisión última la tiene la UCI (Unión Ciclista Internacional) antes de que la organización del Tour de Francia determine si Contador es legítimo campeón de la ronda gala.

 

No es la primera vez que el madrileño sufre un varapalo que le aparta de la carretera. Sin duda, el golpe más serio lo recibió en 2004, y nada tuvo que ver con las agencias antidopaje. Durante una de las etapas de la Vuelta Asturias sufrió una caída seguida de convulsiones. El diagnóstico sonaba aterrador: cavernoma cerebral. Tuvo que ser intervenido en una operación que duró cerca de cinco horas y a partir de ahí dedicó todo su esfuerzo a la recuperación. Los largos meses de rehabilitación y una recaída por la que volvió a pasar por quirófano tuvieron su recompensa y regresó a la competición en 2005 habiendo superado la enfermedad. Su confianza en sí mismo y Mi vuelta a la vida, biografía de Lance Armstrong -heptacampeón del Tour de Francia tras superar un cáncer de testículos-, fueron claves en su mejoría.

Una victoria en el Tour Down Under parecía haber dejado lejos la afección, pero Contador se llevó otro susto en la Vuelta Burgos de 2006. A seis kilómetros de meta, volvió a desplomarse, pero los médicos descartaron que el desvanecimiento tuviese relación con el cavernoma del que fue operado un año antes.

Salpicado por la ‘Operación Puerto’

La primera vez que su nombre se ve manchado por el dopaje fue en el marco de la ‘Operación Puerto’. El escándalo no solo salpicó a su imagen, sino que perdió la oportunidad de participar en el Tour de Francia de 2006 al quedar su equipo excluido de la competición. La Guardia Civil investigaba la red de dopaje en el ciclismo e incluyó su nombre en el sumario. Mientras el director del equipo Liberty-Würth, Manolo Sáiz, y el médico, Eufemiano Fuentes, se vieron implicados, él sólo tuvo que declarar como testigo. A pesar de ser vetado en el Tour, Contador ganó el Giro de Italia y se proclamó campeón del ‘Grand Boucle’ el año siguiente. Superado el episodio del dopaje, las feroces críticas procedentes de la prensa gala representaron otro de los grandes obstáculos del ciclista.

Hoy, con tres Tour de Francia (2007, 2009 y 2010), una Vuelta a España (2008) y un Giro de Italia (2008), es, junto a Miguel Induráin, una de las mayores figuras del ciclismo en nuestro país, además del primer corredor español que se ha proclamado campeón en las tres grandes vueltas por etapas. Pero el fantasma del dopaje vuelve a planear sobre el pinteño. Él confía en su inocencia y puede que esa confianza sea la que también en esta ocasión le haga superar el último bache con el que han tropezado las ruedas de su bicicleta.