Contador, indignado, cuenta su rocambolesco positivo: "Comí esa carne por no desperdiciarla"

"Mi guión es la verdad". Alberto Contador decidió dar una rueda de prensa en su pueblo, Pinto, escoltado por su hermano (Fran) y su representante (Jacinto Vidarte). Nervios, tensión e indignación para explicar su versión de los hechos por el positivo por una "millonésima parte de un gramo de clembuterol". La cantidad de clembuterol era 400 veces menor a la tasa mínima y el ciclista explicó que todo se debió a un "trozo de carne" comprada en Irún. Lea el informe original del Dr. Dowe de Boer sobre el clembuterol encontrado en el cuerpo de Alberto Contador (en inglés).

Bebiendo agua cada poco tiempo, humedeció su garganta para admitir que estaba "triste, decepcionado pero con la cabeza alta". Es un tema que le ha superado y lleva "un mes y medio pasándolo mal, sin dormir" e incluso sólo avisó a su familia cuando vio que el tema se iba a hacer público, es decir, este miércoles por la noche.

El día del control antidopaje fue la jornada de descanso previa a la subida al puerto de montaña del Tourmalet, precisamente la etapa que certificó la victoria del español en el Tour. Este jueves, el día en el que Fabian Cancellara se ha proclamado Campeón del Mundo de contrarreloj, también ha salido a la luz el positivo de Mosquera y otro compañero suyo del Xacobeo Galicia.

"Quiero dar un mensaje claro porque esto no me afecta a mí, si no al deporte y al ciclismo. Esto es un problema social", dijo Contador al comenzar la rueda de Prensa. La historia es rocambolesca pero, de momento, es la única versión que ha salido a la luz. "El organizador de la Vuelta a Castilla y León me avisó de que iba a venir al Tour y me preguntó si quería algo de comer o vino... y me trajo una carne que compró en España (en Irún). Hubo unos compañeros, entre los que estaba Vinoukurov, que el día 20 cenó una carne que estaba muy mala (de gusto) y otros compañeros comieron junto a mí la carne que trajeron, que era muy buena; al día siguiente -de descanso- por no desperdiciar las sobras y por las molestias de traerla hasta el Tour, me la comí".

No hará público el nombre de la carnicería

Alberto indicó a todos los presentes que por respeto a la tienda de Irún que suministró la carne no haría público su nombre aunque reconoce que sí la tienen localizada. Fue una pieza de 3,5 kilogramos de solomillo.

La UCI indica que, "dada la pequeña concentración", el caso "necesita una investigación científica más a fondo hasta que se puedan extraer conclusiones" (ver comunicado de prensa oficial de la UCI). Todavía están las investigaciones en proceso y Contador desea que todo termine cuanto antes. De momento, está suspendido (no sancionado) y aclaró que habló el miércoles por la noche con Riis para contarle lo sucedido. El danés confía en la palabra del español al igual que el Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetkzy.

El triple campeón de la ronda gala aclaró que de su equipo sólo Vinokourov pasó control antidopaje el mismo día 21 de julio. "Por suerte, mi defensa tiene a favor que me hicieron controles los días anteriores y no da positivo; al día siguiente del positivo dan cantidades ridículas y otro día después ya no aparecen restos del clembuterol. La UCI me ha asegurado que todo se debe a una intoxicación alimenticia y por eso estoy tranquilo", señaló el todavía corredor del Astana.

"Es una cantidad imposible de suministrar e insuficiente para rendir"

Al tiempo que confía en que el asunto "se resuelva cuanto antes", pone en duda los métodos actuales para captar positivos. "Sé que para la UCI es duro admitir este caso porque pone en entredicho una norma suya", asiente el de Pinto. Con la dosis captada en el control del día 21, Alberto Contador afirmó que "es una cantidad tan mínima que es imposible suministrarse; además, es insuficiente para conseguir algún tipo de rendimiento" sobre la bicicleta.

El 24 de agosto fue el día que la UCI avisó a Contador del positivo, "se me cayó el alma a los pies". El control fue realizado en Colonia, único laboratorio junto a otros tres que son capaces de detectar esas cantidades; "es una cantidad 400 veces inferior a las que daría en un control rutinario de cualquier otro laboratorio del mundo".

Se mostró preocupado ya no sólo por cómo quedará su imagen después de este suceso, si no porque "es ya casi normal que la gente dude de este deporte". Además, el ciclista reconoció que lo pasará mal por su familia y la gente que le rodea más que por él. "Yo no puedo controlar la opinión de la gente que tenga sobre mí y no puedo tolerar que haya sanción alguna".

"Tengo mi vida más que solucionada"

"Tengo mi vida más que solucionada, no necesito dar más pedaladas pero no quiero dejar de hacer lo que me gusta", concluía Contador un discurso que dijo sin titubear pero sin leer ningún papel.

Con la prensa se mostró amable y abierto a cualquier tipo de cuestión, "con la verdad por delante se aclarará todo", como si no tuviera nada que perder. Incluso, tras el turno de preguntas insistió a los presentes que no tendría ningún reparo en atender cualquier duda.

El agente de Contador hizo pública una nota difundida en la madrugada del miércoles al jueves para indicar que desde la primera comunicación de la UCI se trata de una intoxicación de su comida. Era la "única explicación posible de lo que sucedió" y dejaba el "problema muy serio" en manos de las autoridades. "Por ahora, los expertos consultados están de acuerdo en que se trata de un caso de contaminación alimentaria, especialmente teniendo en cuenta la cantidad de pruebas antidopaje a las que se ha sometido Contador durante el Tour", dijo el portavoz de Contador en la nota.