Cavendish, la estrella antipática del Tour

Cavendish está desatado. El ciclista británico, nacido en la Isla de Man, suma ya cuatro triunfos en el presente Tour, se ha consolidado como uno de los mejores esprínter de la actualidad y está dispuesto a seguir dando de qué hablar, ya sea por sus victorias o por su arrogante carácter. Al parecer, Cavendish no pierde el tiempo haciendo amigos. “Como corredor es muy bueno, pero como persona… se piensa que es el rey del mundo. He hablado con 15 o 20 corredores al respecto y todos están de acuerdo. Está muy subido y tiene enganchones con todo el mundo, aunque un día llegará alguien que lo ponga en su sitio”, sentencia el esprínter murciano del Caisse d’Epargne José Joaquín Rojas.

A pesar de ser un ciclista originalmente de pista, en donde ha logrado dos medallas de oro en los mundiales de Madison (Los Ángeles 2005 y Manchester 2008), Mark Cavendish comenzó a probar suerte en las carreras de carretera en 2005, corriendo el Tour de Berlín y la Vuelta de Gran Bretaña. Un año más tarde, se incorporó al Continental Team Sparkasse, equipo que lo catapultó al T-Mobile, en donde creció como profesional y comenzó a destacar por sus tres segundos lugares en la Vuelta de Gran Bretaña y por ganar la clasificación de los puntos.

En 2007 fue elegido por el T-Mobile para participar en el Tour de Francia, sin embargo, sus dos caídas nada más comenzar la ronda gala, le impidieron luchar por dos de las etapas ganadas por velocistas, lo que frustró al británico, quien aseguró que era “infeliz” por no haber tenido un lugar entre los primeros y lo convenció de abandonar el Tour en la octava etapa. El 2008 fue su mejor año, ganó dos etapas en el Giro, cuatro en el Tour y se convirtió en el cuarto ciclista británico con más éxitos profesionales en la historia.

Ahora es la nueva estrella del Tour. Su póquer de etapas puede haber generado cierta envidia dentro del pelotón, aunque no parece ser esa la causa principal del malestar generalizado de varios ciclistas, sino su exceso de arrogancia y su falta de humildad. “Él se dedica exclusivamente a los últimos 200 metros, y así es imposible ganarle”, matiza el español Óscar Freire. “La ventaja que tiene sobre los demás es su equipo”, agrega José Joaquín Rojas. Sea como fuere, Cavendish es uno de los mejores esprínters que existen y él es consciente de ello. “Soy de una vieja escuela velocista. No puedo subir una montaña, pero si estoy en frente en los últimos 200 metros, no hay nadie que me pueda superar”. Mark, se ha convertido en la estrella 'antipáctica' del ciclismo.