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En Minnesota continúan llorando la ausencia de Ricky: los Timberwolves no saben ganar sin él
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DESDE QUE SE LESIONÓ HAN PERDIDO ONCE PARTIDOS POR TRES VICTORIAS

En Minnesota continúan llorando la ausencia de Ricky: los Timberwolves no saben ganar sin él

Mientras el vestuario de los Lakers sigue siendo un auténtico nido de víboras con Kobe Bryant a la cabeza, con Mike Brown incapaz de poner orden

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En Minnesota continúan llorando la ausencia de Ricky: los Timberwolves no saben ganar sin él

Mientras el vestuario de los Lakers sigue siendo un auténtico nido de víboras con Kobe Bryant a la cabeza, con Mike Brown incapaz de poner orden a esa lucha de egos que mantiene con el jugador franquicia y con un Pau Gasol cada día más a lo suyo, es decir, ayudar al equipo -"prefiero ganar partidos a salir en los 'highlights'", comentó ayer en toda una declaración de intenciones- Minnesota continúa su caída libre, esa que le ha condenado a alejarse de las eliminatorias por el anillo de manera definitiva. 

El análisis es muy sencillo, se lesionó Ricky Rubio y se perdió la magia. El karma, la paz, el equilibrio que transmitía el base, según su estrella Kevin Love, se ha perdido y los Timberwolves ya son últimos en su división y sin posible reacción a la vista. En Los Ángeles ni ganando se calman. Tienen el segundo puesto a tres victorias, pero ni aún así se ponen de acuerdo.

Desde que Rubio se dejó la rodilla en un choque con Kobe Bryant en los primeros días de marzo, los Timberwolves suman once derrotas por tan solo tres victorias, para totalizar 25 victorias por 31 derrotas. De ser la revelación de la temporada ha pasado a ser un equipo del montón, vulgar, sin más atractivo que los números de Kevin Love, en una competición en la que las estadísticas individuales mandan tanto que hasta se habla del compañero de Ricky como posible MVP -jugador más valioso- de la temporada regular. Poco importa que su equipo sea el cuarto por la cola en la conferencia oeste, lo que vale son los números, esos que dicen que es el cuarto máximo anotador con 26,5 puntos por partido o el segundo reboteador de la NBA con 9,5 rechaces de media, el mejor en la media de puntos, rebotes y asistencias o el segundo en eficacia tan solo por detrás de Lebron James.

Hasta el pasado 9 de marzo, Minnesota circulaba con tranquilidad por la zona 'play off'. Incluso llegó a estar en el cuarto puesto de su conferencia, lejos de Oklahoma o San Antonio, pero tratando de igual a igual a los dos equipos de Los Ángeles. Sin Rubio no saben ganar, se han convertido en previsibles. El campeón de Europa con España hacia mejores a sus compañeros como atestigua su sexta posición en el listado de mejores pasadores solo superado por Nash, Rondo, Paul, Calderón y Willians. Love y compañía añoran esas 8,6 asistencias por partido que repartió en sus primeros 41 partidos en la NBA o la intimidación que suponían esos larguiruchos brazos, los terceros que más balones roban de toda la Liga.

Por Minnesota cruzan los dedos por la feliz recuperación de un Ricky que ya está de vuelta en la ciudad que le vio debutar en la NBA. Ha decidido hacer la recuperación junto a sus compañeros, estar al lado del equipo y, sin jugar, aportar ese karma del que siempre han hablado dueño y entrenador de los Timberwolves. Y es que el base lo tiene claro. "Llevo poco tiempo en esto del baloncesto, pero ya me ha dado tiempo a conocer las dos caras. Ahora estoy en el lado malo, pero estoy seguro que pasará muy pronto. De todo se aprende en esta vida. Eso sí, espero que lo bueno regrese y se quede durante mucho tiempo", señala Rubio mientras intenta ganar tiempo al reloj en su carrera por volver cuanto antes a las canchas.

Mientras el vestuario de los Lakers sigue siendo un auténtico nido de víboras con Kobe Bryant a la cabeza, con Mike Brown incapaz de poner orden a esa lucha de egos que mantiene con el jugador franquicia y con un Pau Gasol cada día más a lo suyo, es decir, ayudar al equipo -"prefiero ganar partidos a salir en los 'highlights'", comentó ayer en toda una declaración de intenciones- Minnesota continúa su caída libre, esa que le ha condenado a alejarse de las eliminatorias por el anillo de manera definitiva. 

Ricky Rubio Minnesota Timberwolves