Minnesota sigue soñando con juntar a Pau Gasol al lado de Ricky Rubio y Kevin Love

Restan ocho días para el cierre del mercado y todo continúa igual, sin movimientos aparentes, aunque los rumores se multiplican y el último hace referencia hacia lo que puede ser un 'spanish team'. Hablamos del reconocido interés de Minnesota Timberwolves en contar con Pau Gasol. El rumor corrió como la pólvora ayer por Estados Unidos en el momento en el que el mánager general de la franquicia, David Kahn, reconoció a Sports Ilustrated que mantenía viva la esperanza de ver al jugador español junto a Kevin Love y Ricky Rubio. El dirigente considera a Gasol como necesario para dar ese salto de calidad que llevaría a los Timberwolves a pelear por superar eliminatorias en la lucha por el título.

Lo quiera o no, Pau Gasol es el epicentro de los cambios que se pueden producir en cualquier momento. Por ahora sigue vistiendo de amarillo y el resto de jugadores de los que se ha hablado como susceptibles de cambios siguen sin cambiar de franquicia. Howard, Rondo, Boozer... todos mantiene su estatus pero saben que hasta el próximo día 15 de marzo pueden recibir una llamada que les anuncie un cambio de destino. El lunes de la semana pasada, Gasol se vio las caras con el dueño de los Lakers, Jerry Buss, que le pidió mayor agresividad, más fuerza y cambio de rol dentro del equipo. Pues Pau ha cumplido con la parte que le toca y ha mostrado su cara más fiera ante el mismo LeBron James, al que no dudó en empujar con tal defender a su compañero Troy Murphy, al que la figura de los Heat enseñó el codo hasta en tres ocasiones.

"Bien, bien, bien Pau", gritó Kobe en un gesto que denota una complicidad que no se vio durante la pasada campaña. "Hay momentos en que tienes que decir que basta. Es suficiente. No se puede hacer lo que uno quiera". Y es que este cambio de actitud es la mejor demostración de que Gasol quiere continuar en Los Ángeles. No quiere cambiar de equipo y si lo hace, pretende buscar una franquicia ganadora, que le garantice la lucha por el anillo, tal y como han hecho los Lakers en las cuatro campañas anteriores. La afición del Staples Center volvió a decantarse a favor del jugador español, algo que viene siendo habitual en un público más bien frío con el campeón de Europa.

Hay otro factor externo que también puede ayudar a que Gasol no abandone Los Ángeles. Su amigo Lamar Odom está como loco por regresar al equipo que abandonó al término del pasado cierre patronal. Lo hizo de manera voluntaria, al ver cómo los dirigentes le metían en el carrusel de traspasos que estuvo a un paso de colocar a Pau en Orlando o Houston. Ahora, el alero quiere regresar al que fue su equipo o en su defecto a los Cilppers. Tras unos días sin jugar, el pasado fin de semana regresó a Dallas, pero continúa haciendo todo lo posible por volver a colocarse la amarilla camiseta de los Lakers.

Con la vuelta de Odom, complicada por cierto, el mánager Kupchak reuniría de nuevo al quinteto inicial que tanto éxito le dio en temporadas anteriores y al que Jackson consiguió sacar dos anillos pese al fallo del último año, en el que el equipo llegó a las series finales roto y sin motivación alguna.