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Granada se vuelca con la Copa del Rey y un 'Oso Bailarín' evita otro susto para Laso
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La contracrónica

Granada se vuelca con la Copa del Rey y un 'Oso Bailarín' evita otro susto para Laso

El público regresa con fervor a ver una Copa del Rey de la ACB, la competición más especial del baloncesto español. El Real Madrid venció al Breogán con amago de susto

Foto: Pablo Laso, durante el partido de la Copa. (EFE/Jorge Zapata)
Pablo Laso, durante el partido de la Copa. (EFE/Jorge Zapata)

No pasarán a la historia los primeros cuartos de final del campeonato por ser excelentes y vistosos partidos para el espectador. Pero había muchas ganas de Copa del Rey, y las ocho aficiones abarrotaron y jalearon desde el primer minuto de los encuentros, en un ambiente que ya se asemeja mucho a lo que teníamos antes de que el coronavirus pusiera el mundo patas arriba. Granada lleva semanas preparándose para ser la perfecta anfitriona, y el Palacio de los Deportes luce espectacular. La ciudad se ha implicado con la ACB, con la habitual fan zone y otras actividades lúdicas para festejar el evento e, incluso, el mapa granadino ha sufrido algunas variaciones en sus denominaciones: las avenidas ahora se llaman Calle Mandarinas, Plaza del Sexto Hombre o Calle Era Campos Atrás. Es valorable el intento de la organización por dar colorido a esta fiesta del baloncesto, pero lo cierto es que algunos nombres del callejero granadino son insuperables, como muestran la calle Lagartijillo, la plaza de la Alhondiga, la cuesta de las Arremangadas o –y esta es la mejor de todas– la calle Niños Luchando.

placeholder Espectáculo antes de comenzar el partido de cuartos de final de la Copa del Rey. (EFE/Jorge Zapata)
Espectáculo antes de comenzar el partido de cuartos de final de la Copa del Rey. (EFE/Jorge Zapata)

La ciudad de La Alhambra tiene experiencia en acoger grandes torneos baloncestísticos en las últimas décadas. Fue una de las sedes del Mundial de 2014, jugando la decepcionante España de Orenga en el Palacio en la fase de grupos, y también fue escenario del europeo de 2007, aquel en que Rusia birló a España la gloria en la final con la canasta de Holden. Respecto a los clubes, acogió en 2005 la Supercopa de España, en que el TAU Vitoria alzó la copa tras vencer al anfitrión, el CB Granada. Eran tiempos mejores para el equipo local, que juega, en la actualidad, en la LEB Oro, donde marcha líder, seguido por el Estudiantes, ambos favoritos para ascender a la ACB. Los colegiales son un equipo que también viven inmersos en una nostalgia por volver a triunfar y regresar a la élite. De hecho, el Estudiantes venció en la primera Copa del Rey que acogió Granada, en marzo de 1992, al ganar en la final al CAI Zaragoza. Tres años después, con la ciudad andaluza repitiendo como organizadora, los vitorianos levantarían la copa al derrotar en una entretenida final a los zaragozanos, otra vez a las puertas del éxito.

Desde entonces, han pasado 27 años, tiempo medio de vida de una estrella de rock, y ya no hay rastro del Zaragoza, del Baskonia ni del Estudiantes. Los dos primeros no han conseguido clasificarse para esta edición del torneo lo que, sumado a la falta del Unicaja, conforman la lista de notables ausencias. Es este un triste indicio del bajón que ha experimentado el baloncesto nacional, si se exceptúa a los dos colosos, Real Madrid y FC Barcelona que, además, suman un inquietante récord: han ganado las doce últimas ediciones del torneo, seis para cada equipo. Y son los favoritísimos para repetir victoria en territorio nazarí. No obstante, los capitalinos llegan en un pequeño bache, y el Río Breogán, la gran sorpresa de la competición, ha estado a punto de mandarles a casa antes del tiempo en el segundo encuentro del torneo.

Da gusto ver jugar al cuadro de Lugo. Han reiterado que llegaban sin complejos a Granada, con el objetivo de luchar el partido, y poco se les puede echar en cara de su actitud guerrera. El Palacio de los Deportes es, además, una pista que conocen realmente bien. En mayo del pasado año, en el decisivo partido por el ascenso a la ACB contra el Covirán Granada, arrasaron y vapulearon a su rival por 57-83, aunque la diferencia en el marcador llegó a ser sonrojante para los locales en algún tramo del encuentro, en el que llegaron a perder de 35 puntos. Por ello, Granada es un lugar de alegre recuerdo para los lucenses, al que siempre hay que volver, y más si lo hacen acompañados de la infatigable afición y de la carismática mascota, Máximus. Fue tal el nivel de presión que ejerció la animosa hinchada del Breogán que, de haber hecho unos cuantos grados menos, el escenario podría haberse hecho pasar por el Pazo dos Deportes.

placeholder (EFE/Jorge Zapata)
(EFE/Jorge Zapata)

No obstante, el equipo de Pablo Laso aguantó el empuje final y se clasificó para cuartos. Un punto clave fue la destacable defensa de Alberto Abalde sobre Dzanan Musa, el mejor jugador de la ACB en esta temporada, que no pudo llegar a sus habituales 19 puntos de promedio por partido. A sus 22 años, la historia del jugador bosnio es de una precocidad apabullante. A los 16 años debutó en Euroliga con el Cedevita –defendiendo, nada más y nada menos, que al indefendible Spanoulis– y a los 19 llegó a Brooklyn Nets, donde coincidió con su ídolo Kevin Durant. Si bien, no todo ha sido fácil en su vida. Hijo de un soldado bosnio de la guerra de los Balcanes, nace un lustro después de que las facciones serbo-bosnias de Radovan Karadzic y de su autoproclamada República Srpska bombardeen Bihac, en el extremo noroccidental de Bosnia-Herzegovina, y aunque llegue al mundo cuatro años después de la firma de los Acuerdos de Dayton que ponen fin a la masacre en su país, su padre le imprime un carácter y un liderazgo que confiesa querer mostrar en la pista. Tras una experiencia no muy edificante en el campeón europeo, el Efes Pilsen, disfruta en la arcadia lucense de un año maravilloso, comiendo pulpo allá donde va, y enamorando a toda la ciudad. Si algo se puede achacar a Musa es que su película favorita es Tengo ganas de ti; una frase que ya le dice media Europa, y es que no hay dudas de que, al final de la temporada, el bosnio saldrá a un gran equipo. Y lo hará con un gran contrato pues su agente es Misko Raznatovic, el Mino Raiola del baloncesto.

El serbio también representa a Thomas Heurtel, uno de los verdugos del Breogán en cuartos de final. El francés hizo un partido extraordinario, con diez asistencias y doce puntos, bien secundado por su compatriota Guerschon Yabusele, con 17 puntos y cuatro de cinco en triples. The Dancing Bear, como era apodado en sus tiempos en Boston Celtics, fue una apisonadora en la primera parte. Fabien Causeur también hizo un buen partido, a diferencia de Vincent Poirier, absolutamente desquiciado. Esto golpeó con violencia la valla publicitaria de Endesa: presumible no por la subida de la luz, sino fruto de una gigantesca impotencia. Los cuatro coincidieron en pista al inicio de tercer cuarto, y solo faltaba que Laso hubiese repescado a Mickael Gelabale para poder entonar a viva voz la Marsellesa. El resultado final fue 73-67.

Los blancos se enfrentan en semifinales al Lenovo Tenerife, que venció en la apertura contra el Joventut Badalona. Si se omiten los apasionantes últimos compases, se podría afirmar que es uno de los partidos más flojos de los últimos tiempos. En especial fue horrible el tercer cuarto. En ese momento, el equipo canario acumulaba trece perdidas, siete de ellas de Marcelinho Huertas, que cuajó uno de esos partidos por lo que es mejor abrazar la amnesia voluntaria y, a la vez, los catalanes llevaban un lastimoso récord de uno de quince en triples, lo que ofrece un porcentaje paupérrimo, que hace buenos, si se compara, los resultados electorales de Unidas Podemos y Ciudadanos en Castilla y León. Era más interesante, probablemente, mirar a la grada, deleitarse con los movimientos del aficionado aurinegro vestido de La Máscara, un Jim Carrey insular con maracas; o descubrir el tedio de los campeones del mundo Carlos Cabezas y Berni Rodríguez que, seguramente, echaban de menos a su Unicaja Málaga que, a día de hoy, encadena un curso baloncestístico muy pobre.

Foto: Josh Giddey, celebrando un triple. (Wendell Cruz/USA TODAY Sports)

El cuadro de Txus Vidorreta empezó a dilapidar la gran ventaja que había acumulado, el miedo a ganar empezó a pesar, y el Joventut llegó a adelantarse, por primera vez en el marcador, a falta de dos minutos, gracias al gran trabajo del eslovaco Vladimir Brodziansky. Pero un triple clave del finlandés Sasu Salin dio, de nuevo, la ventaja al Tenerife, que se llevó la victoria final 64-62. No fue el mejor partido de su estrella, Giorgi Shermadini, pero le bastó al club para pasar de cuartos por cuarta vez en los últimos cinco años. Para los tinerfeños, la gran prueba de fuego será el poderoso Real Madrid, si quieren llegar a la final de Copa del Rey ACB por primera vez. En tal caso, el rival sería el FC Barcelona, Baxi Manresa, UCAM Murcia o Valencia Basket, que entran en liza en la jornada de hoy.

No pasarán a la historia los primeros cuartos de final del campeonato por ser excelentes y vistosos partidos para el espectador. Pero había muchas ganas de Copa del Rey, y las ocho aficiones abarrotaron y jalearon desde el primer minuto de los encuentros, en un ambiente que ya se asemeja mucho a lo que teníamos antes de que el coronavirus pusiera el mundo patas arriba. Granada lleva semanas preparándose para ser la perfecta anfitriona, y el Palacio de los Deportes luce espectacular. La ciudad se ha implicado con la ACB, con la habitual fan zone y otras actividades lúdicas para festejar el evento e, incluso, el mapa granadino ha sufrido algunas variaciones en sus denominaciones: las avenidas ahora se llaman Calle Mandarinas, Plaza del Sexto Hombre o Calle Era Campos Atrás. Es valorable el intento de la organización por dar colorido a esta fiesta del baloncesto, pero lo cierto es que algunos nombres del callejero granadino son insuperables, como muestran la calle Lagartijillo, la plaza de la Alhondiga, la cuesta de las Arremangadas o –y esta es la mejor de todas– la calle Niños Luchando.

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