El Barcelona amarga el fin de año al Madrid infligiéndole una dura derrota en casa

El Barcelona asaltó el Barclaycard Center en la última jornada liguera del año 2015 (84-91), en un partido en el que los azulgranas se mostraron mucho más compactos que un Real Madrid que no encontró su mejor versión en ningún momento del encuento. El equipo entrenado por Xavi Pascual supo leer mucho mejor todas las situaciones del partido y, con un espectacular tercer cuarto, sentenció a un conjunto blanco irreconocible. En los últimos diez minutos del encuentro, gracias a un arranque de rabia cuando lo tenían todo perdido, los locales consiguieron maquillar el marcador.

Los pupilos de Pablo Laso buscaban cerrar un 2015 histórico con una victoria que le permitiera poner la guinda perfecta a uno de los mejores años de la historia del conjunto blanco, pero el Barça se lo impidió firmando un enorme partido. Con cinco títulos en su haber (Supercopa, Liga Endesa, Copa del Rey, Euroliga y Mundial de Clubes), el Madrid tenía la oportunidad de cerrar el año de la mejor manera posible, pero nada más lejos de la realidad: el Barça pasó por encima de un irreconocible conjunto blanco, carente de líderes en momentos claves y que, además, sufrió la baja por lesión de Sergio Llull.

El Real Madrid sufrió en exceso en defensa, pues en muchos momentos del partido no encontraba la manera de frenar la variedad atacante de su rival. Sin demasiada presencia en la zona, también sufría en el tiro exterior y, por el contrario, le costaba un mundo anotar cada canasta. A base de triples y segundas opciones, los blancos consiguieron aguantar durante los dos primeros cuartos, pero cuando el Barça ajustó su defensa, tomó una ventaja de cerca de veinte puntos. Sólo un último cuarto, a base de raza y corazón, permitió al conjunto blanco no perder por un marcador más abultado.

El Barcelona saltó a la pista mucho más enchufado. Tras unos primeros minutos de tanteo con intercambio de golpes, pronto los azulgranas tomaron distancias en el marcador. De la mano de un inspirado Justin Doellman, el Barça empezó a dominar el partido, hasta ponerse ocho puntos por delante a las primeras de cambio (9-17). Fue el momento en el que los blancos se dieron cuenta de que debían reaccionar y llegó el momento de los triples. Un festival de Jonas Maciulis y Jaycee Carroll metía al Madrid en el partido, pero Pau Ribasno iba a ser menos para dejar al Barça por delante (23-25).

A lo largo del segundo cuarto, el guión fue parecido, aunque con diferentes protagonistas. Esta vez, en el Barça apareció un inesperado protagonista, Samardo Williams, que con ocho puntos de todos los colores volvió a estirar el marcador en beneficio de los azulgranas, muy bien apoyado en un Juan Carlos Navarro que empezó a aparecer (27-33). Pero, de nuevo, el Madrid contuvo la embestida azulgrana bajo la dirección de Sergio Rodríguez, que permitió a los blancos no perder comba en el marcador... hasta que un triple a una pierna sobre la bocina de Navarro marcaba el principio del fin (44-50).

Tercer cuarto inconmensurable del Barcelona

El Barça parecía tener muy controlado el partido hasta el momento y en el tercer cuarto lo confirmó con un festival anotador ante el que nada pudieron hacer los blancos: con un monumental parcial de 14 a 24, los azulgranas sacaban del partido al Real Madrid, que no encontraban la manera de parar a su rival. Incapaces de ofrecer una buena defensa, el ataque de los blancos también dejó mucho que desear, con graves problemas tanto en la zona como en el lanzamiento exterior. Faltaba circulación en el juego madridista y el Barça seguía anotando y anotando con excesiva facilidad.

En especial Navarro, que se estaba gustando en pista, mientras se veía bien acompañado por Doellman y Tomas Satoransky, que seguían ofreciendo su particular recital anotador. En el Madrid, nadie conseguía frenar la ofensiva azulgrana y los 'pesos pesados' no aparecían en pista. Los blancos se habían desecho sobre la pista y veían cómo el Barça se marchaba al término del tercer cuarto con 16 puntos de ventaja en el marcador (58-74). La remontada se antojaba realmente imposible, sobre todo cuando llegaron las peores noticias para el Madrid: Sergio Llull se rompía y tenía que dejar el partido.

Y, por si parecía que las cosas no podían ir peor, una canasta de Pau Ribas ponía la máxima ventaja (+19) en el partido (58-77). Fue entonces cuando el Madrid, con todo perdido, se desbocó y empezó a jugar su mejor baloncesto. Jeffery Taylor y Sergio Rodríguez empezaron a tirar del carro en ataque y el incremento de la intensidad en defensa provocó la clara mejora del Madrid... pero la reacción llegó demasiado tarde. Los blancos terminaron derrotados por 84 a 91, una victoria que permite al Barça colocarse segundo en solitario en la Liga Endesa e infligir al 'eterno rival' una dura derrota para acabar el año.