Darío Brizuela, un 'caradura' con mucho talento que ya brilla con la Selección

Hay una anédota que refleja qué clase de jugador es Darío Brizuela (San Sebastián, 1994). En el verano de 2011, el donostiarra participaba en un campus organizado por José Manuel Calderón, que se había traído con él de Canadá a dos compañeros de los Raptors, DeMar Derozan y Sonny Weems. Sobre el segundo machacó un Brizuela de 16 años que incluso se permitió el lujo de darle una palmadita de ánimo a Weems mientras Derozan y el resto del pabellón reían.

Ese descaro es el que le ha permitido subir escalones hacia la elite, primero debutando con el primer equipo del Estudiantes, después asentándose y esta temporada convirtiéndose en el líder. Este jueves dio un paso más con su gran actuación en la derrota de España ante Turquía (71-67) en la clasificación para la Copa del Mundo 2019. En su segundo partido con la Selección, Brizuela fue el mejor con 18 puntos.

El jugador del Estudiantes, club al que llegó en 2011 tras formarse en el Easo de San Sebastián, fue el único jugador español que vio el aro con facilidad. La Selección se atascó ante la defensa turca y abusó por momentos del triple. Pese a ello, llegó a los últimos segundos con opciones de ganar. Brizuela tuvo parte de culpa. Hizo lo que lleva haciendo toda la temporada con su equipo: anotar con facilidad.

"Mi trabajo durante años empieza a dar sus frutos y era imposible llegar a la selección en un mejor momento", dijo a 'Europa Press' antes del partido contra Turquía. A Brizuela le ha costado bastante llegar hasta donde está ahora. Debutó muy joven, con solo 17 años en la temporada 2012-2013, pero no se hizo un hueco en el primer equipo hasta la 2015-2016. Tampoco ha ayudado el Movistar Estudiantes, en situación de apuro constante durante los últimos años.

Ha doblado sus puntos

Su gran salto ha llegado en la actual temporada. El cambio de entrenador no le ha sentado muy bien al Estudiantes, pero sí a Brizuela, que ha pasado de ser el séptimo jugador en la rotación estudiantil al tercero. Más importante ha sido su mejora en la anotación: de promediar 7,8 puntos a 15,9. Solo Dylan Ennis, del MoraBanc Andorra, anota más que él en la Liga Endesa.

Hace un par de años, muy pocos veían en Brizuela el jugador actual. Muy bajito para jugar de escolta, quizá. Demasiado irregular en el lanzamiento de tres. Pero con el tiempo ha mejorado y ha demostrado que sus virtudes con más importantes que sus defectos. Y entre esas virtudes, además del talento y el trabajo, está esa actitud que muestra sobre el parqué. "Soy caradura, pero siempre guardando mucho respeto al rival", comentó a 'Marca' tras el episodio en el campus de Calderón. A Brizuela nada ni nadie le achanta. La Selección ya lo sabe, por si en el futuro tiene que volver a tirar de él.