La 'aventura española' de Odom entra en barrena y amenaza con ser un fiasco

Era “un riesgo calculado”, insistía Scariolo al ser cuestionado por el fichaje de Lamar Odom. Aquejado por una lesión en la zona lumbar, el exjugador de la NBA ha viajado a Estados Unidos para consultar con su equipo médico de confianza y recibir de esta manera una segunda opinión médica acerca de sus problemas de espalda. “El jugador cuenta con el permiso del Club para realizar este viaje y visitará a sus médicos de confianza en Nueva York, quienes le han tratado durante toda su carrera en la NBA, para revisar junto a ellos las pruebas médicas y recibir in situ un segundo diagnóstico acerca de su lesión lumbar. El Club informará puntualmente de las novedades a medida que éstas se vayan produciendo”, rezaba el comunicado emitido por el Baskonia. Su fichaje, recibido por la gente del baloncesto como un impulso para reflotar la Liga Endesa, ha entrado en barrena y amenaza con acabar en fiasco.

Llegó el pasado 18 de febrero en medio de una euforia incontenible y firmó por dos meses prorrogables hasta final de temporada. Desde ese día, sólo ha logrado disputar un total de 23 minutos en dos partidos: 6 ante Unicaja en la Euroliga y 17 ante Valencia en la pista del Valencia Basket. “Está lleno de agujetas”, dijo su técnico, Sergio Scariolo, antes de debutar con el conjunto baskonista. Había que remontarse a mayo de 2013 para rememorar sus últimos minutos como profesional. Pretendía el pívot usar Vitoria como plataforma para regresar a la NBA pero su plan presenta por el momento más dudas que certezas. Tras su última etapa en los Clippers, donde promedió 4 puntos y 5’9 rebotes en 19 minutos, un amigo le aconsejó desembarcar en Europa para impulsarse hacia América.

La contratación del pívot estadounidense se presentaba como una apuesta valiente por el club vitoriano, “es un hito en el baloncesto europeo” dijo el presidente Josean Querejeta al confirmar el fichaje del exjugador de Lakers, Clippers, Dallas y Miami, ganador de una medalla de oro con Estados Unidos en el Mundial de 2010 y dos anillos de la NBA con los Lakers junto a Kobe Bryant y Gasol. “Necesitábamos romper con esa tristeza colectiva”, ahondó Querejeta en su comparecencia. "Queremos volver a generar ilusión, volver a creer en el proyecto de nuestro equipo y esta es una primera medida. Iremos tomando diferentes decisiones en las próximas semanas y meses que nos van a llevar a una refundación del club, a un club nuevo, un club que se va a posicionar otra vez a alto nivel competitivo. Vamos a recuperar la competitividad y la ilusión que hemos tenido en los últimos años", explicó.

Desde su llegada a Vitoria, la institución se agarraba a su figura de viejo ídolo de la NBA como primera piedra de la refundación del club, con pasado glorioso en el baloncesto español y ahora tieso de estrellas y éxitos en los que apoyarse. El equipo camina séptimo en la ACB (11 victorias y 11 derrotas), se metió en la Copa a última hora y navega último en su grupo de Euroliga, con esperanzas, aunque algo remotas, de lograr el pase a cuartos de final de la máxima competición continental. Insistían desde el club y el cuerpo técnico en la necesidad de mantener la calma, aludiendo a su edad (34 años) pero sobre todo a los diez meses sin pisar una cancha de baloncesto. Nacido en el neoyorkino barrio de Queens, su vida siempre estuvo marcada por la fatalidad. Con 12 años fallecía su madre a consecuencia de un cáncer de colón, su padre era adicto a la cocaína y la muerte de su abuela, con que se había trasladado a vivir, pocos años después de la de su madre, marcaron a fuego la personalidad del jugador estadounidense, simpático y peculiar. En 2006 fallecía el hijo de su primer matrimonio, Jayden, de tan sólo seis meses.

"Hemos hablado bastante. Lamar es maduro y muy veterano. Su prioridad es volver a disfrutar de jugar. Me ha dado muy buenas sensaciones", afirmó Scariolo a su llegada. La voluntad, por el momento, no ha sido suficiente para que Odom remonte el vuelo en la particular montaña rusa que es su carrera. A pocos días de cumplir su primer mes como jugador de la entidad vitoriana, el reloj de su ‘resurrección deportiva’ ya ha empezado a correr en su contra.