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La historia de Súper Paco (80 años): así se prepara el héroe de los 101 km de Ronda
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la salida es este sábado por la mañana

La historia de Súper Paco (80 años): así se prepara el héroe de los 101 km de Ronda

El corredor malagueño Súper Paco entrena por las noches en las montañas cercanas a su casa, no viste con ropa de deporte y se alimenta en la prueba con almendras, pasas e higos

Foto: Súper Paco, en el patio de su casa de la barriada El Sexmo de Cártama, en Málaga, posando con una camiseta de los 101 kilómetros de Ronda y varias medallas de la competición. (Agustín Rivera)
Súper Paco, en el patio de su casa de la barriada El Sexmo de Cártama, en Málaga, posando con una camiseta de los 101 kilómetros de Ronda y varias medallas de la competición. (Agustín Rivera)

El año pasado fue ya una locura. Llevaba un par de años con sobreexposición de público y mediática, pero lo de 2017 le desbordó. Grupos de corredores guardaban cola para fotografiarle. Fotos y ‘selfies’. Todos quieren retratarse con Súper Paco. Es el héroe de la mítica carrera de los 101 kilómetros de Ronda y atiende a El Confidencial unos días antes de la prueba.

Súper Paco no es nada “súper”. Es un hombre sencillo, de campo, al que le hubiera gustado estudiar Medicina. Se quedó con los estudios primarios, pero si uno observa con detalle, sin prisa, su biblioteca se nota que es un voraz lector. Aprovecha el tiempo en el salón de su modesta barriada de El Sexmo de Cártama, en el Valle del Guadalhorce de Málaga, plagada de fotos de sus hijos, su mujer (ya fallecida), nietos y de sus padres.

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“Yo soy igual que todos. Súper Paco no es una palabra correcta. Empezaron a llamarme así y no sé por qué. Súper Paco no existe”, explica a El Confidencial tras apurar un sorbo de una Fanta de Naranja en el bar Gálvez de El Sexmo. “Albóndigas, carrillada, calamares fritos”, ofrece el camarero para tapear. “Que sean dos de calamares fritos”, pide Francisco Contreras, el hijo de Súper Paco. “El apodo se lo pusieron en los 101. En 2005 no había esta movida de las redes sociales y había un foro en Internet, que administraba la propia gente de la organización, donde se comentaban anécdotas. Mucha gente se fijaba en él…”.

¿Qué era lo distinto que ofrecía este corredor, que ya rondaba los 70 años? Iba vestido de calle, pensaba que se había colado en la competición o que era el acompañante de alguien. Empezaron a tirar del hilo. Primero le llamaron Súper Abuelo, localizaron su nombre y luego apareció lo de Súper Paco, apodo que él mismo se toma como una muestra de “cariño y confianza”.

Considera que los 101 kilómetros, que surgió como una marcha de hermanamiento cívico/militar, se adaptan de modo perfecto a su manera de correr. Lo fundamental es seguir el propio ritmo. Al no haber tiempo de corte, hay mucho tiempo para gestionar tú mismo la prueba, a diferencia de otras carreras de montaña en las que hay que mirar el reloj.

Entrenamiento nocturno

Súper Paco suele correr una vez a la semana, unos 40 kilómetros, entre Cártama, Almogía y Álora. Siempre por la noche, con un móvil a mano por si ocurre alguna emergencia. A diario, tiene trabajo como agricultor en la finca que tiene en Casarabonela, a 30 minutos en vehículo (que él mismo conduce) de su casa de El Sexmo. En la huerta se entretiene con sus olivos. Al estar una media de 15 horas al día de pie tiene la ventaja de la que carece una persona sedentaria. Sus pies no suelen sufrir ni ampollas ni rozaduras. “Andando para acá y para allá aguanta lo que quiera en resistencia. En velocidad, no, claro”, dice su hijo.

La mochila que lleva en los 101 no lleva ni barritas, ni geles, ni sales minerales, ni suplementos vitamínicos

Y cuando acaba una carrera tampoco le duele nada. Tras terminar una de las importantes, suele ir a playa de Guadalmar, en Málaga capital, en el litoral Oeste, casi lindando con el término municipal de Torremolinos. Corre y trota por la orilla unos diez kilómetros ida y vuelta entre Guadalmar y La Carihuela, ya próximo a Benalmádena. El yodo del agua del mar ayuda mucho para la recuperación de los pies. La mochila que lleva en los 101 no lleva ni barritas, ni geles, ni sales minerales, ni suplementos vitamínicos. Contiene higos, pasas, almendras y un bocadillo de queso con aceite.

Súper Paco no cultiva una alimentación específica. Eso sí, evita las grasas, excepto el desayuno con su pan con aceite de oliva. Toma muy poca carne. Y si la toma, de ave (pollo). De fruta y naranja, que produce en su huerta, no se priva. Le encanta la comida de cuchara. No le gusta las pizzas (la pasta que come es a base de fideos). Por la noche procura no saciarse. Cuando han competido en el extranjero siempre ha sido un problema comer. Hace unos 15 años se tomó un copa de champán en Nochevieja y la tensión arterial se le ‘disparó’ a 24. Le llevaron al hospital. Desde ese momento no prueba nada de alcohol. Le produce alergia.

placeholder Supér Paco, en una prueba.
Supér Paco, en una prueba.

Lleva un tiempo este corredor, que compite con un sombrero de paja, pantalón vaquero y camisa de manga larga, no conciliando muy bien el sueño. Tiene una medicación para controlar el colesterol y la pastilla para dormir mejor no se la toma de modo regular. No le gusta depender de ella para poder dormir. Solo cuando no le queda más remedio se la toma.

Desde que empezó el año se ha hecho varias pruebas médicas. Su salud, para su edad, es buena, óptima para seguir corriendo, a su manera, con su estilo, siempre a su ritmo, como repite. Nada de forzar la máquina, como le ocurrió en La Cerdanya (Girona) en junio de 2012. “Fueron casi 200 kilómetros”, precisa su hijo. “189 kilómetros”, puntualiza Súper Paco, que por algunos momentos parece que ‘desintoniza’ la conversación, pero nada de eso. Escucha cuando habla su hijo. Fueron muchas horas de carrera. Era una prueba pionera, controlada por Emma Roca, experta en el ‘trail ranning’, con médicos monitarizando hasta qué punto le afecta al organismo este tipo de competiciones extremas.

Ya no se plantea ninguna carrera en el extranjero. Durante algún tiempo hubo un movimiento para que participara en la Maratón de Nueva York. “Para eso hay que pensárselo y hablar inglés, desenvolverse fuera”, dice el corredor. Su hijo no lo ve tanto así. “El problema fundamental es que viajar cada vez le cuesta más. Hemos reducido mucho las carreras de menos de 50 kilómetros o máximo 100 fuera de Málaga, aunque de vez en cuando hacemos alguna excepción como la de Sanlúcar de Barrameda”.

placeholder Súper Paco con su hijo Francisco, en su casa de Cártama (Agustín Rivera).
Súper Paco con su hijo Francisco, en su casa de Cártama (Agustín Rivera).

En lo que lleva de 2018 solo ha participado en tres competiciones: Marbella, Cártama y Antequera. En esta había peligro, con mucho barro tras las intensas lluvia del final del invierno. “La gente se resbalaba. Era importante tener mucho cuidado”, dice el corredor, invitado de modo constante a carreras solidarias. Si él quisiera, todo los fines de semanas participaría en alguna prueba. Ofertas no le faltan.

La mejor celebración posible para Súper Paco es compartir con sus amigos y familiares una carrera. Ese fue el regaló que le hicieron al cumplir los 80: recorrieron 26 kilómetros, de noche, como a él le gusta. Tardaron cuatro horas en completar el recorrido. Se lo pasó muy bien y no notó el cansancio: el día anterior él mismo había hecho su entrenamiento recorriendo la misma distancia.

Súper Paco suele hacer un tiempo de casi 19 horas. Este año su hijo cree que pasará de las 20 horas. “Yo creo que podría entrenar mejor"

Esta edición de los 101 kilómetros, más dura que los años anteriores, se puede convertir en un rompepiernas. Súper Paco suele hacer un tiempo de casi 19 horas. Este año su hijo cree que pasará de las 20 horas. “Yo creo que podría entrenar mejor. Cuando tiene muchas carreras seguidas yo le noto un ‘puntillo’ de fondo que le viene muy bien, pero en los últimos años no llevamos nada planificado. Todo va sobre la marcha. A veces no podemos confirmar hasta el mismo día si puede correr o no”.

Lo que está claro es que este sábado sí participará en la mítica prueba organizada por la Legión de Ronda. Le esperan, a partir de las 10 de la mañana, en el campo de fútbol de Ronda. Súper Paco madrugará mucho, un poco más de lo habitual. Saldrá a las seis de la mañana de El Sexmo, en la casa plagada de trofeos, medallas y algunos dorsales que tienen medio escondidos en un desván.

- Papá, ¿dónde te vas a hacer la foto?

Antes, quiere enseñar su libro favorito: la enciclopedia temática Guinness. “Aquí está todo, todo”. El sol cae muy vertical. “Yo era un hombre con mucha memoria. Me sabía todos los ríos de España, las capitales de América. Tenía una memoria exagerada… Y ahora no me acuerdo ni cómo me llamo”, bromea.

Y posa con la mirada firme del espíritu de los 101. Le llaman Súper Paco. Su nombre es Paco, Francisco Contreras.

El año pasado fue ya una locura. Llevaba un par de años con sobreexposición de público y mediática, pero lo de 2017 le desbordó. Grupos de corredores guardaban cola para fotografiarle. Fotos y ‘selfies’. Todos quieren retratarse con Súper Paco. Es el héroe de la mítica carrera de los 101 kilómetros de Ronda y atiende a El Confidencial unos días antes de la prueba.

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