Úrsula Ruiz y 8 centímetros que cambiaron la vida de la eterna campeona española

Diez títulos de campeona de España, y consecutivos, la acreditan como una figura absoluta del atletismo español. Nadie como ella a la hora de lanzar la metálica bola de 4 kilos. Pero pasaba el tiempo y el récord de España no caía. Úrsula Ruiz (Lorca, 11 de agosto de 1983) sentía sobre sus hombros la pesada losa de una pregunta ya eterna: "¿Pero cuándo vas a batirlo?". Hace unos días, por fin, la veterana atleta, durante el Campeonato de España que se disputó en Barcelona, en el primer lanzamiento, batía la marca que en el lejano 2007 selló Irache Quintanal con 18.20. La perenne campeona superó en 8 centímetros la marca. Una acción superior la coronó como reina absoluta en la historia del lanzamiento de peso y, por supuesto, ocupando un lugar de relevancia en la historia del atletismo español

"Batir el récord de España era más una obsesión para medios de comunicación, entrenador y amigos que para mí", reconoce la lanzadora española

Desde los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, donde se quedó en 17.99, no había conseguido superar esa barrera. Los 18 metros se habían convertido, igual que el récord de España, en un muro que por momentos la martirizaba. Más por el ruido externo, aunque también porque pasaba el tiempo y no conseguía superar esa empalizada tan sólida. "No se estaba convirtiendo en una obsesión, pero es cierto que siempre estaba rondando mi mente", relata en conversación con El Confidencial. "Más bien era una enorme obsesión para medios de comunicación, amigos, entrenador… ¿Cuándo lo vas a batir? Sí, era la eterna pregunta. Pero al final el récord vino a mí por un cúmulo de cosas", resume la atleta.

Profesionalidad y tranquilidad

Detrás de ese récord tan deseado se esconden muchos detalles. Durante 15 largos años estuvo encerrada en el Centro de Alto Rendimiento de León, hasta que decidió dar un giro radical a su vida, a su carrera deportiva. Siempre a las órdenes de Carlos Burón, legendario entrenador con siete Juegos Olímpicos a sus espaldas, se puso en manos de Manolo Martínez. El leonés, leyenda del atletismo español, bronce olímpico (Atenas, 2004) en lanzamiento de peso, tomó las riendas de la preparación de Úrsula en marzo de 2016 y el resultado final ha sido óptimo. La atleta considera clave que "en los últimos tiempos me he tomado el atletismo con tranquilidad; me he entrenado con la misma profesionalidad, pero sí es cierto que lo he hecho de otra manera".

Ahora se entrena en solitario en Lorca. El calor de su tierra, de su gente, ha sido determinante para que haya afrontado su carrera de otra manera. Lejos de ser un obstáculo, la soledad la ha fortalecido. A kilómetros de distancia, siente la presencia de Manolo Martínez. "Hablamos a diario, le mando vídeos de mis sesiones de trabajo y luego lo comentamos", explica al valorar el nuevo método que ha dado el resultado deseado. "Apenas nos hemos visto durante tres semanas durante este año", explica, ensalzando la labor del nuevo jefe. "Los entrenamientos son similares, pero tal vez he notado más cercanía porque Manolo es un amigo, un hermano… Con un simple cruce de miradas nos entendemos", enfatiza Úrsula.

Recompensada

Esa presión que durante los últimos años la ha ido rodeando, empezó a desaparecer poco a poco. "Ahora afronto los entrenamientos de una manera más relajada, intentando por momentos desconectar un tanto la mente", reconoce. Si en algún momento considera que debe bajar el nivel de exigencia, lo hace. Al día siguiente ya volverá a pisar con fuerza el acelerador. "Esta vida es muy dura, pero me siento totalmente recompensada; el atletismo me encanta y considero que mucho más pesado es estar durante 8 horas, todos los días, sentada delante de un ordenador", comenta. Evoca cuando siendo una niña practicaba un poco de todo dentro del mundo del atletismo (saltos, lanzamientos, carreras de vallas...), hasta que un buen día un profesor de educación físca le dijo que tenía "talentillo" para el lanzamiento. "Vio que tenía la energía necesaria para dedicarme a esta prueba" y hasta hoy. "Y sí, el lanzamiento de peso me atrapó", recuerda.

"Cuesta captar lanzadoras entre la juventud por los estereotipos de belleza que mandan en nuestra sociedad", dice con pesar la atleta de Lorca

Son ya 17 años de esforzada carrera. Lejano queda aquel día de febrero del 2000, cuando con 17 años triunfaba en el Campeonato de España en categoría juvenil. Desde entonces ha ido dibujando una excelsa hoja de servicios a la que le faltaba esos centímetros que certificaron el nuevo récord de España. Consiguió con esa marca tan deseada una plaza para disputar el Mundial de Atletismo de Londres, aunque reconoce que "he tenido muchos altibajos, he vivido momentos en los que pensé en dejarlo todo porque los resultados no llegaban. Pero al final el récord llegó cuando tocó, un buen día el trabajo lo alumbró". "Llegó cuando más tranquila estaba", reconoce la lanzadora lorquina. En la capital británica "el objetivo es alcanzar la final". "Yo nunca me dejo nada cuando toca competir", remata para dejar claro que afronta la cita con mente y físico listos para la batalla. "Compito mejor que entreno", avisa.

La juventud

¿Cómo captar a futuras lanzadoras? "Pues las convencería poco a poco, intentando que paulatinamente se interesasen en esta especialidad", explica la atleta, que recuerda que "a mí no me gustaba, yo prefería la velocidad". Pero el tiempo fue colocándola en otro escenario, donde tanto luce "gracias a la perseverancia y a la cabeza. Hasta que se convirtió en una filosofía de vida”. "Repetir, repetir y repetir", señala a la hora de hacer entender que para triunfar lanzando la pesada bola no hay lugar para el relax. En una prueba tan desconocida para el gran público, con menos espacio mediático, no es sencillo "captar jóvenes, como en cualquier ámbito" para que la practiquen, significa Úrsula.

Es una prueba agotadora "porque los entrenamientos son muy duros y los resultados suelen llegar tarde. El lanzador puede esperar toda una vida hasta conseguir alcanzar la cumbre", como ha sido su caso. "Y cuesta más en el caso de las chicas por los estereotipos de belleza que mandan en la sociedad", dice con pesar. "La mejor edad para rendir está entre los 27 y los treinta y tantos años, aunque en el caso de las mujeres, el mejor momento puede retardarse un poco más", explica para subrayar el enorme y constante esfuerzo que hay que hacer para triunfar lanzando una bola de metal.

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El gimnasio es lugar principal en la vida de cualquier lanzador, pero Úrsula deja claro que "aunque la fuerza se trabaja durante toda la vida, se trata de un deporte en el que vale más la maña. Con ser fuerte no vale...". Y subraya que "hay que tener los pies rápidos, saber impulsarse... He visto a brutos que no lanzan como es debido". Y no, no es sencillo batir un récord en esta especialidad: "Es casi imposible mejorar de manera notable una marca, rascar unos simples centímetros es todo un logro. La gran batalla es mantenerse a un determinado nivel". "Cómo coger la bola, la posición en el círculo de lanzamiento, la velocidad....", añade la campeona para hacer entender los grandes secretos de esta especialidad. Por el momento toca disfrutar del Mundial de Londres y con vistas a los JJOO de Tokio 2020 no se moja: "Lo decidiré el año que viene...". Podría ser un excelente final para abrochar una carrera llena de éxitos... y con un récord por fin recogido tras una vida tan esforzada y alejada de los focos.