La última diablura de Ricardinho: cuando existe caos dentro del orden

Este miércoles Ricardinho lo volvió a hacer. Tenía la pelota, miró portería y decidió complicarse la vida dando un ligero toque elevado por el flanco derecho del portero. Gol para poner el broche de oro a un mano a mano. Segundo en su cuenta personal para que el Inter Movistar doblegara 3-2 al Peñíscola RehabMedic en los octavos de Copa del Rey. Este tipo de acciones podrían sorprender, aunque él acostumbra a hacerlo de tal forma que ya parecen algo normal. Su amplio repertorio de regates, goles y gestos técnicos en cualquier tipo de partido, independientemente de la importancia del mismo, así lo demuestran.

La evolución y la tendencia hacia el perfeccionamiento es una cualidad propia del ser humano, algo que no está reñido a que haya personas que se han resistido a todos los cambios, permaneciendo estoicos, defendiendo la esencia y la tradición. A día de hoy, Ricardo Filipe da Silva Braga es uno de ellos. Desde su llegada a la Liga Nacional de Fútbol Sala, nada ha sido igual, salvo él mismo.

Quien conociese su pasado sabe que el jugador portugués destaca es por su tremenda habilidad y descaro sobre la pista. Los escenarios en los que desarrollaba su juego, en muchas ocasiones, invitaban a mostrar ese carácter desenfadado y atrevido con el balón en los pies. Sin embargo, cuando Movistar Inter oficializó su fichaje, la ilusión y la incertidumbre se apoderaron a partes iguales de las mentes de todos aquellos que admiramos este deporte. ¿Sería Ricardinho capaz de jugar de ese modo en el club más laureado del Mundo y en la liga más competitiva del planeta? La respuesta ha sido clara: ¡sí!

Las jugadas de estrategia frente a Ricardinho

El fútbol sala, al igual que muchas disciplinas deportivas, ha ido transformándose con el paso del tiempo. La táctica ha ido comiéndole parte del terreno a la técnica. La improvisación suele surgir por error más que por recurso. Ya no es muy común ver regates inverosímiles, gestos individuales que dejan a la grada boquiabierta, y que eran tan comunes en el inicio. Ahora imperan las jugadas de estrategia en sus diferentes modalidades y otros aspectos que restan cierta vistosidad al ‘futsal’. Aunque Ricardinho, como se explicaba al principio de este texto, se ha mostrado como ese personaje resistente al cambio.

El luso ha sabido adaptarse a las nuevas corrientes manteniendo la más pura esencia que hizo que muchísimas personas se asomaran a la ventana y observaran este gran espectáculo. Porque al fin y al cabo, el fútbol sala es un deporte para habilidosos, para jugadores capaces de desenvolverse allá donde el espacio del terreno de juego y la velocidad a la que transcurren los hechos te limitan en exceso. Su figura supone el caos más absoluto dentro del orden potencial.

Ya seas compañero, aficionado o incluso rival, siempre querrás que el ‘10’ aparezca haciendo de las suyas, recordándote lo bonito y maravilloso que es el fútbol sala.