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Nadal regresa al lugar 'maldito' para tomarse su revancha particular
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EN WIMBLEDON COMENZÓ SU CALVARIO CON LA RODILLA

Nadal regresa al lugar 'maldito' para tomarse su revancha particular

Lukas Rosol, 28 de junio de 2012, segunda ronda de Wimbledon. Es algo que difícilmente podrá borrar de su mente el bueno de Rafa Nadal. El mejor tenista español

Lukas Rosol, 28 de junio de 2012, segunda ronda de Wimbledon. Es algo que difícilmente podrá borrar de su mente el bueno de Rafa Nadal. El mejor tenista español de la historia comenzaba en aquel momento un absoluto vía crucis del que ha empezado a recuperarse hace tan sólo unos meses, con la victoria en el Abierto Mexicano. La derrota ante el tenista checo abrió un paréntesis en la carrera del jugador manacorí, que tuvo que renunciar a los Juegos Olímpicos de Londres y al resto de torneos de ese año. Un problema de rodilla le apartaba de la competición. "No estaba preparado para jugar Wimbledon. Eso es lo cierto. Jugué con una infiltración desde el primer día. Después de Roland Garros mi rodilla no estaba para más", reconoció a posteriori.

Acostumbrado a luchar por los títulos en todo tipo de superficies, Nadal veía a través de la televisión como sus compañeros de profesión seguían en la brecha y le hacían caer puestos en el ranking de la ATP. La dolencia era mucho más importante de lo que cabía pensar en un principio. Daba igual en qué posición acabaría el año, lo esencial era recuperar esa rodilla y no poner en riesgo su carrera deportiva. El español tuvo paciencia, realizó un trabajo espectacular, junto a los doctores y los fisioterapeutas, y ya con el nuevo año hizo su reaparición en el Torneo Viña del Mar (Chile). Desde entonces hasta ahora, éxitos y más éxitos. El último de ellos, para hacer historia, en un octavo título de Roland Garros sencillamente memorable.

Y ahora vuelve a ese lugar 'maldito' que le agravó la dichosa lesión y que le ha hecho pasar el peor momento desde que dio el salto al profesionalismo. Las pistas del All England Club nunca han sido un terreno propicio para los tenistas españoles. A excepción de Manolo Santana (1966) y Conchita Martínez (1994), nadie había saboreado las mieles del triunfo en Londres… hasta que llegó Nadal. El actual número 5 del mundo ha conquistado el Grand Slam sobre hierba en dos ocasiones (2008 y 2010) y, tras el inesperado fiasco de la temporada pasada, regresa con más ganas que nunca de reinar en Wimbledon como ya hizo en París.

Ahora bien, Rafa se cura en salud. "Creo que si llego a los cuartos de final será porque voy a estar listo, pero va a ser duro llegar hasta allí", confesaba en estos días previos a la cita londinense. La razón de tanta prudencia radica en que esta superficie es la que peor le va a los problemas del español con las rodillas. Las posiciones que adoptan los tenistas para golpear son muy bajas, de mucha flexión, y ahí es donde más sufrenlas rodillas.

Su primer obstáculo será el belga Steve Darcis, a priori un buen 'sparring'para que el español empiece su toma de contacto con la hierba. Y es que Nadal no ha competido prácticamente nada sobre esta superficie en el último año. Tan sólo en Halle y las dos primeras rondas de Wimbledon del año pasado, ya que en 2013 se encuentra inédito sobre el verde. La recuperación majestuosa que hemos visto en lo que llevamos de año tendrá que verse refrendada en Londres, fundamentalmente en lo que el estado físico hace referencia.

Muchos le colocan ya en cuartos ante Federer, semifinales con Murray y con Djokovic en la gran final. Como el tópico, él prefiere ir partido a partido. El escarmiento y el susto de la temporada pasada aún están demasiado recientes como para dejar volar la imaginación. Primero Darcis, y después ya veremos. El caso es que Rafa Nadal llega a Wimbledon con el objetivo de sacarse la espinita de Rosol y seguir recuperando las sensaciones de quien fuera no hace tanto tiempo número uno del tenis mundial.

Lukas Rosol, 28 de junio de 2012, segunda ronda de Wimbledon. Es algo que difícilmente podrá borrar de su mente el bueno de Rafa Nadal. El mejor tenista español de la historia comenzaba en aquel momento un absoluto vía crucis del que ha empezado a recuperarse hace tan sólo unos meses, con la victoria en el Abierto Mexicano. La derrota ante el tenista checo abrió un paréntesis en la carrera del jugador manacorí, que tuvo que renunciar a los Juegos Olímpicos de Londres y al resto de torneos de ese año. Un problema de rodilla le apartaba de la competición. "No estaba preparado para jugar Wimbledon. Eso es lo cierto. Jugué con una infiltración desde el primer día. Después de Roland Garros mi rodilla no estaba para más", reconoció a posteriori.