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Miroslav Klose, prototipo de jugador honesto, da otro ejemplo de su deportividad
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RECONOCIÓ AL COLEGIADO DEL NÁPOLES-LAZIO QUE HABÍA MARCADO UN GOL CON LA MANO

Miroslav Klose, prototipo de jugador honesto, da otro ejemplo de su deportividad

Uno de las banderas que enarbolan los grandes organismos del mundo del fútbol es el ‘Juego limpio’, aspecto que queda muy bonito en un discurso o

Foto: Miroslav Klose, prototipo de jugador honesto, da otro ejemplo de su deportividad
Miroslav Klose, prototipo de jugador honesto, da otro ejemplo de su deportividad

Uno de las banderas que enarbolan los grandes organismos del mundo del fútbol es el ‘Juego limpio’, aspecto que queda muy bonito en un discurso o en una campaña de imagen pero que en muchas ocasiones no es llevado a cabo por los propios protagonistas de este deporte. La picaresca está a la orden del día en el mundo del balompié: simulaciones, protestas, provocaciones… Son aspectos inherentes al deporte rey. Sin embargo, y afortunadamente, de vez en cuando podemos relatar y observar gestos dignos de mención y que enriquecen y dan un ejemplo de comportamiento absoluto. El último caso es el de Miroslav Klose y su actitud en el Napoles-Lazio tras anotar un gol con la mano.

El delantero alemán, ahora en las filas del conjunto romano, conseguía el primer gol del partido tras rematar a la red un servicio de córner a cargo de Hernanes. El árbitro del encuentro señalaba el centro del campo mientras los jugadores napolitanos esgrimían que el ariete había marcado ayudándose de la mano. Corría el minuto 3 y el Lazio se adelantaba en San Paolo. Sin embargo, tras la insistencia de los futbolistas locales, el árbitro se dirigió al protagonista de la jugada, quien reconoció que efectivamente su acción había sido ilegal. Por consiguiente, el tanto fue anulado y el 0-0 continuó en el marcador. Casualmente, al final de los noventa minutos reglamentarios, el vencedor del duelo resultó ser el Nápoles de Walter Mazzarri (3-0).

Quizá ésta sea una de las imágenes que mejor pueda ilustrar el ‘Fair Play’ que continuamente pregonan UEFA y FIFA en todos y cada uno de sus torneos y ejemplifica a la perfección lo que es un futbolista honrado y consecuente con sus actos. Pero no es la primera vez que Miroslav Klose cumple con los principios de lo que significa el juego limpio. Siendo futbolista del Werder Bremen vivió una situación semejante. El delantero cayó en el área tras chocar con el guardameta del Arminia Bielefeld. El colegiado de aquel encuentro señaló penalti y amonestó al portero. En esos momentos, Klose explicó al trencilla de turno que había cometido un error y que el arquero había tocado antes el balón. La decisión quedó anulada y el partido continuó. Por esa acción, el delantero internacional germano recibió el premio a la deportividad de esa temporada (2004-2005).

No cabe duda que, por su reiteración, hay que tomar en consideración a este veterano jugador como uno de los mayores ejemplos de honestidad en el mundo del fútbol.

Otros casos

Pero no sólo de Klose vive el ‘Fair Play’. Varios son los ejemplos de acciones de este tipo que han recorrido las televisiones de todo el mundo. Recordamos alguno de los más significativos, como el que protagonizó Robbie Fowler con la camiseta del Liverpool. Disputaba un encuentro en Highbury ante el Arsenal cuando el propio Fowler acudía en búsqueda de un pase en profundidad al mismo tiempo que David Seaman, quien en su intención de anticiparse, parecía derribarle. Nada más lejos de la realidad, la repetición demostraba que el ariete del Liverpool se había dejado caer. El colegiado señaló el punto fatídico, a pesar de la insistencia por parte de Fowler en indicarle que no había sido así. Finalmente la jugada acabó en gol, aún con la reiteración por parte del internacional inglés en que no se había producido ningún tipo de infracción sobre él.

También en la Premier League, unas temporadas más tarde (2000-2001), Paolo Di Canio fue protagonista de otra acción de este tipo. Si bien desde este mismo periódico hemos recriminado algunas acciones del centrocampista italiano, en esta ocasión cabe ensalzar su honestidad como futbolista. En un West Ham-Everton, el guardameta de los de Goodison Park caía lesionado en una salida al borde del área. El balón quedaba franco a un compañero de Di Canio, que centró al área, y cuando todo el mundo esperaba un remate del italiano, éste cogió el balón con las manos y detuvo el encuentro para que el portero Paul Gerrard fuera atendido. El centrocampista por aquel entonces del West Ham fue condecorado con el premio FIFA Fair Play.

Y el ejemplo más reciente y mediático a nivel internacional proviene de la Ligue 1. Partido de la temporada 2009-2010 entre el Marsella y Auxerre. Bakary Koné, jugador del Olympique, es expulsado por una hipotética  entrada sobre el delantero esloveno Valter Birsa. Este último rápidamente se dirigió el árbitro para indicarle que la acción había sido completamente limpia y que no debía expulsar al costamarfileño. El juez de la contienda rectificó y dejó que el conjunto campeón de Europa en la 92-93 continuara con once jugadores sobre el terreno de juego del Velodrome.

Lejos de la mítica frase ‘el fútbol es de listos’ y que engloba todo tipo de picardía, estos ejemplos evidencian la limpieza más absoluta y el compañerismo elevado a su máxima expresión. 

Uno de las banderas que enarbolan los grandes organismos del mundo del fútbol es el ‘Juego limpio’, aspecto que queda muy bonito en un discurso o en una campaña de imagen pero que en muchas ocasiones no es llevado a cabo por los propios protagonistas de este deporte. La picaresca está a la orden del día en el mundo del balompié: simulaciones, protestas, provocaciones… Son aspectos inherentes al deporte rey. Sin embargo, y afortunadamente, de vez en cuando podemos relatar y observar gestos dignos de mención y que enriquecen y dan un ejemplo de comportamiento absoluto. El último caso es el de Miroslav Klose y su actitud en el Napoles-Lazio tras anotar un gol con la mano.