Domínguez, de 'estafadora' a senadora del PP en un año, pedirá daños y perjuicios por la 'Galgo'

La noticia sacudió los cimientos del deporte y de la sociedad española. Un símbolo de la edad de oro del deporte español como Marta Domínguez se encontraba inmersa de llena en la investigación de la mal llamada 'Operación Galgo'. Un año después, tal operación bien podría haberse llamado 'podenco' ante los numerosos fallos en la investigación y en el proceso judicial, lo que ha llevado a la juez encargada del caso a investigar a la propia Guardia Civil ante su manera de actuar, a quien tuvo que llamar al orden -junto a algunos periodistas- por las constantes filtraciones que se estaban produciendo del caso, incluso antes de que la propia juez tuviera conocimiento de algunas de las actuaciones. Meses más tarde, decidió retirar a la Guardia Civil de la investigación del caso. España es diferente. Hoy, Marta Domínguez tiene decidido pedir daños y perjuicios por el agravio y afrenta pública sufrida. 

Atrás queda el suicidio del biker Alberto León, el paso por el calabozo de algunos de los implicados de manera gratuita, las acusaciones infundadas y, sobre todo, el daño moral y físico sufrido por el principal objetivo de la investigación, forzada con claros tintes políticos. Hablamos de Marta Domínguez, hoy senadora del partido Popular y hace un año puesta en el disparadero por los señores Alfredo Pérez Rubalcaba y Jaime Lissaveztky, Ministro del Interior y Secretario de Estado para el deporte en aquel entones y responsables de todo lo sucedido y los que no han abierto la boca desde que la atleta fue absuelta. Exculpada de todos los cargos, tanto la atleta como su entorno, con su abogado José Rodríguez a la cabeza, han esperado a que la juez dejara sin efecto las acusaciones para pasar al ataque y solicitar daños y perjuicios, aunque el daño moral ya está hecho. 

 

El otro gran perjudicado de toda la historia que arrancó el pasado 9 de diciembre fue el atletismo, mundo complejo como pocos y en el que la pelea por la beca no es contra el sistema y la marca si no contra el vecino, el compañero de entrenamientos. La apertura de la 'operación Galgo' sirvió para sacar a pasear rencillas, diferencias y han llevado a que en el mundo del atletismo se haya producido una profunda división. Antes compartían entrenamientos, ahora se ignoran. Marta Domínguez y Nuria Fernández, esta última por su relación con Manuel Pascua Piqueras (técnico que está bajo sospecha y con causa abierta derivada del germen de la Galgo).

 

Hay quien quieren ver fuera a Odriozola

 

Tal es la fractura que hasta se habla de la necesidad de una cambio en la presidencia en poder de José María Odriozola desde 1989. Muchos atletas no se cortan y piden la entrada de un nuevo equipo de gobierno. Su relación con Marta Domínguez no es la misma desde que, nada más aparecer el caso, decidiera apartarla de la vicepresidencia de la Federación. Las disculpas de después no han suavizado unas tensas relaciones entre la atleta y dirigente. Marta no olvida aquello de: "Ha sido el mayor disgusto de mi carrera deportiva" que dijo Odriozola. El Comité Olímpico, con Alejandro Blanco a la cabeza, reiteró su apoyo a la atleta en todo momento.

En la relación de atletas señalados por estar a las órdenes de Pascua estaban Reyes Estévez, Alemayehu Bezabeh (sancionado con dos años), la mencionada Nuria Fernández, Digna Luz Murillo, Estela García, Diego Cabello, Eugenio Barrios, Antonio Jiménez Penti y Miguel Quesada. Eran algunos de los atletas del grupo del 'banco de Pascua', como se conoce en la Blume, y que ahora solo ocupa la campeona de Europa de 1.500 metros. El resto han encontrado acomodo con otros entrenadores y trabajan con otros grupos... menos dos: Reyes Estévez, quien no se entrena desde que estallara el caso y el plan ADO le ha retirado la beca; y Murillo, que ha renunciado a seguir bajo la disciplina de la Federación de Atletismo y también se ha quedado sin ayuda.

Algunos atletas han querido dar un paso al frente y tomar sus propias decisiones al margen de lo que dice la ley. Chema Martínez, Jesús España e Isabel Macías han sido de los que se han significado en contra del grupo de atletas que -con razón o no- quedaron señalados a partir del pasado 9 de diciembre. "Han tratado de hundirnos pero no lo van a conseguir", afirma Nuria Fernández la gran amiga de Marta Domínguez dentro del atletismo. "No merece lo que le han hecho. Si ha habido alguien generosa en este mundo, esa ha sido Marta. No lo entiendo". Lo curiosos es que algunos de ellos comparten patrocinio con Nike, firma que organiza la San Silvestre y en la que algunos de ellos coincidirán tanto en la carrera del último día del año como en promociones de la misma. 

 

"¿Cuánto vale que mi madre no haya podido ver la TV?"

Marta Domínguez ya está de vuelta en la competición con el objetivo de Londres. Sobreseída de todos los delitos, en el camino han quedado los meses de dudas y de ataques en muchos casos sin fundamento. Sigue esperando esa llamada de los responsables de la operación que pueda servir para reparar del daño causado, tanto a nivel familiar, como profesional. De ahí, que esté decidida a dar el paso y a pedir daños y perjuicios. "¿Cuánto vale que mi madre no haya podido ver la televisión durante tres meses?", sentenciaba Marta el pasado mes de abril.

Dejando al margen los acusados por relación al caso de Pascua Piqueras, al 'Operación Galgo' no está cerrada del todo. César Pérez sigue teniendo la causa abierta por presunto tráfico de sustancias dopantes. Si el caso se cierra favorablemente al que fuera atleta de 3.000 obstáculos, volverá a ser el entrenador de Marta Domínguez en el camino hacia Londres 2012, tal y como confía la propia atleta. "Será mi entrenador en cuanto todo vuelva a la normalidad". Y todo hace indicar que así será. Otros como el ahora agente Alonso Valero está libre de toda culpa de las presuntas acusaciones. Además de Pérez, queda pendiente de resolver el caso del exatleta Alberto García.