Timbas, deudas, apuestas... La detención Rooney padre es solo la guinda de su currículum

La debilidad de Wayne Rooney por el juego viene de lejos. Tras un tiempo apartado de este tipo de escándalos, aunque siempre inmerso en polémicas de otra índole, se ha visto ahora salpicado por la detención de su padre, Thomas Rooney, y su tío, acusados de amañar supuestamente partidos en la liga escocesa. Aunque el delantero del Manchester United no fue uno de los nueve arrestados por la Policía -entre los que se encuentra también el jugador del Motherwell Steve Jennings-, su nombre apareció en todos los medios como protagonista indirecto. Quizá le venga de familia, porque los antecedentes de Rooney en el ámbito del juego y del fraude son extensos. Curiosamente, el mismo jugador que es capaz de gastarse 65.000 libras en dos horas en un casino fue señalado por la prensa inglesa por evadir cientos de miles de libras en impuestos y acumular una importante deuda durante las timbas organizadas en las concentraciones de Inglaterra. 

El goleador de los 'red devils' es uno de los jugadores más cotizados de la Premier League y uno de los mejor pagados del mundo. Entre lo que percibe de su club -un 'digno' sueldo de más de 13 millones de euros-, primas y ganancias por publicidad, ingresa más de 20 millones anuales, lo que le ha permitido derrochar grandes cantidades de dinero en timbas y apuestas. Eso sí, también se las ha ingeniado para no pagar al fisco y ahorrarse importantes sumas de forma fraudulenta.

Los modales de Wayne Rooney han dado que hablar desde su llegada a Old Trafford en 2004. Se le considera un 'bad boy', un malencarado, pero sus desmadres fuera de los terrenos de juego y su colección de escándalos son los que le han labrado su fama de juerguista. A los dos años de fichar por el United ya empezaba a ser famoso por sus altercados. Varios tabloides ingleses le acusaron de asaltar un club nocturno, pero la justicia le dio la razón y se le compensó con 100.000 libras por daños por difamación.

Y es que los medios británicos han encontrado un filón en el joven internacional inglés. The Mirror fue el primero en hacerse eco de una de sus 'anécdotas' más sonadas. A Rooney le gusta el juego, y tras anotar dos de los tres goles de su selección en un partido ante Bielorrusia, decidió celebrarlo en el casino de Manchester. No importaba que hubiera volado desde Minsk esa misma noche y que fueran las cuatro de la mañana. Tenía dos horas hasta que el local echara el cierre, tiempo suficiente para perder 65.000 libras. El mismo casino ya presenció otra juerga meses atrás, cuando Rooney apareció por allí con acompañantes. Él y otros compañeros de equipo apostaron 250.000 libras para celebrar el cumpleaños de Rio Ferdinand, otro de los habituales junto a Lampard y Michael Owen en asuntos turbios.

Pierde en las apuestas pero ahorra en impuestos

Pero el currículum de Rooney no termina en travesuras de este tipo. La deuda que llegó acumular, según reveló el Sunday Mirror, se fraguó en las timbas que organizaban en las concentraciones de la selección de Inglaterra y ascendía a 700.000 libras (un millón de euros). La presión obligó al jugador a saldar su deuda con Goldchip, compañía de un amigo del exmadridista Owen. El entonces técnico del combinado inglés, Sven Goran Eriksson, dio con un buen elenco de alumnos problemáticos.

Con estos 'gastos', el jugador de Liverpool ha tenido que buscar la manera de controlar sus cuentas. Como tantos otros, ha optado por evitar pagar los impuestos que le corresponden mediante un sistema por el que los ingresos de derechos de imagen van a parar a una compañía propiedad del jugador. De esta manera, el porcentaje a pagar (que en las grandes sumas de ingresos puede llegar al 50%) se ve sensiblemente reducido. The Sunday Times cifró a primeros de año la cantidad que se había ahorrado  en 600.000 libras.

Los escándalos sexuales no podían faltar en la trayectoria de Rooney. El Manchester se planteó deshacerse de sus servicios en 2010 tras conocerse que había utilizado los servicios de una prostituta durante meses coincidiendo con el embarazo de su esposa Coleen Rooney. Él lo reconoció y el club consideró que manchaba su imagen y atacaba los valores que representa. Sin embargo, y pese a su permanente actitud grosera (fue sancionado el pasado mes de abril por su irreverencia ante las cámaras durante un partido), sigue siendo uno de los estandartes de los 'diablos rojos'.