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Marta Domínguez quiere terminar con la pesadilla: "Ahora no queda otra cosa que pensar en Londres"
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LA OPERACIÓN GALGO O EL DESPROPÓSITO DEL GOBIERNO SOCIALISTA

Marta Domínguez quiere terminar con la pesadilla: "Ahora no queda otra cosa que pensar en Londres"

Caza de brujas, sacar pecho, colgarse medallas... todo vale con tal de salir en la foto y pasar a la historia como el mejor, como el

Foto: Marta Domínguez quiere terminar con la pesadilla: "Ahora no queda otra cosa que pensar en Londres"
Marta Domínguez quiere terminar con la pesadilla: "Ahora no queda otra cosa que pensar en Londres"

Caza de brujas, sacar pecho, colgarse medallas... todo vale con tal de salir en la foto y pasar a la historia como el mejor, como el número uno en la lucha contra el dopaje. Ese es el mensaje que se extrae de la resolución del auto de la Operación Galgo escrito por la juez Pérez Barrios y en la que se reconocen manipulación de pruebas. Algunos se agarran a indicios para no querer dar carpetazo al asunto. Lógico porque pusieron mucho de su parte, pero lo cierto es que han fracasado y han puesto a su servicio los aparatos del Estado para perseguir y señalar a una atleta y a un deporte que no merece el trato dado por las instituciones y por los que han mandado en ellas en los últimos años. Hablamos claro está de Marta Domínguez, el atletismo, Rubalcaba y Lissaveztky.

La primera tiene que luchar ahora para lograr que el Comité Olímpico Internacional le permita acudir a los Juegos de Londres, algo que no sabremos hasta que el próximo jueves el TAS da validez o no a la utilización de la regla Osaka, por la que se castiga a todo aquel deportista que haya tenido que ver con un proceso por dopaje. El Comité Olímpico Español (COE) luchará por ello. Apoyará a la atleta, tal y como ha hecho desde el inicio de la apertura del caso. Marta Domínguez ya se está entrenando con la idea de no faltar a la cita de la capital inglesa. La decisión de la juez del pasado viernes nada le ha hecho cambiar de idea. "Ahora solo piensa en los Juegos. Lo otro, recursos, autos, declaraciones, ya está olvidado", declara una persona muy cercana a la atleta.

Al atletismo se le puso en el punto de mira. La referencia máxima, señalada, cuestionada. Además, las diferentes familias del deporte rey, enfrentadas. Un deporte que en ocasiones es cruel por ser una lucha a cuchillo contra el que entrena en la calle de al lado por los euros de una beca, quebrado por una mala gestión, por una exposición injusta a los medios de comunicación, que en muchas ocasiones solo miran al atletismo en casos así. Patrocinadores, ayuntamientos e instituciones, todos pensaron de manera injusta y señalaron a los que hasta ese momento eran sus símbolos. Incluso hasta su presidente, José María Odriozola, señaló a su protegida al dejar en suspenso su cargo en la Federación y ahora es cuestionado por los propios atletas.

Rubalcaba ha quedado señalado en el auto como máximo responsable en aquel momento de la Guardia Civil al ser el ministro del Interior, movimientos amparados por el Consejo Superior de Deportes, con Lissaveztky al frente. "Todo hace indicar que hay manipulación en las pruebas y habrá que ver la respuesta y las posibles decisiones", declaró a TVE José Rodríguez, abogado de Marta. Toda la razón. Todavía existe la posibilidad de que la atleta pida y exija responsabilidades a través de posibles demandas por daños y perjuicios. Y es que la Operación Galgo está plagada de errores desde su inicio, en un guión más propio de Mortadelo y Filemón que de un país serio.

Un inicio nada claro

El primer fiasco estuvo en el inicio de la investigación, basado en rumores y acusaciones veladas de terceros movidas por rencores. Se solicitaron escuchas telefónicas a un juzgado de guardia cuando la posible pena por el delito de dopaje no recoge la posibilidad de las escuchas como pruebas. Además, esas escuchas fueron mal interpretadas por la Guardia Civil, confundiendo términos y posibles 'negocios' de los acusados.

La Operación Galgo quedó muy tocada en el momento en el que se decidió separar en dos partes, que nada tenían que ver en común. Por mucho que se intentara vincular a Marta Domínguez y a su entrenador con Pascua Piqueras y a éste con Eufemiano Fuentes, nunca se llegó a probar la relación, de ahí que se separaran las investigaciones pese a que desde un principio intentaron hacer ver que tenían relación.

Los pasos en falso continuaban, como fue el de acusar a Marta Domínguez de tráfico de sustancias prohibidas a través de su fisio. Nuevo error, sustancias recetadas por el médico de la Federación, o la ampolla que llevaba en su vehículo César Pérez y que era para su consumo. Encontrada, por cierto, en un control de carretera montado por la Guardia Civil en pleno verano (julio de 2010) con el único fin de registrar el coche del técnico de la atleta.

Unos botes bastante sospechosos

El punto culminante del despropósito fue cuando la juez encontró como pruebas unos frascos que ni habían sido fotografiados en el registro de la casa de Alberto García y que nadie sabe por qué aparecieron con trembolona en su interior semanas después, tal cual recoge el informe del laboratorio del CSD. Posible manipulación de pruebas. Además, estos y otros frascos encontrados fueron de mano en mano, sin custodia alguna, viajando hasta un laboratorio de Colonia sin permiso judicial alguno y rompiendo la cadena de custodia mínima y elemental en un caso así.

El componente político y social también está presente en el caso. El primero habla del momento de los registros con Marta fuera de la competición por el embarazo. Claro que coincide con un Zapatero atrapado entre la crisis económica, las reformas, los recortes y la huelga de los controladores. Además, sorprende y mucho, incluso hasta la Juez que llamó la atención por este asunto, las continuas filtraciones a un medio tan afín de Rubalcaba como es El País. En algún caso, sabían los movimientos de la Guardia Civil antes de producirse. Curioso y nada criticable al medio en cuestión, que se convirtió en la referencia informativa durante esos días

Caza de brujas, sacar pecho, colgarse medallas... todo vale con tal de salir en la foto y pasar a la historia como el mejor, como el número uno en la lucha contra el dopaje. Ese es el mensaje que se extrae de la resolución del auto de la Operación Galgo escrito por la juez Pérez Barrios y en la que se reconocen manipulación de pruebas. Algunos se agarran a indicios para no querer dar carpetazo al asunto. Lógico porque pusieron mucho de su parte, pero lo cierto es que han fracasado y han puesto a su servicio los aparatos del Estado para perseguir y señalar a una atleta y a un deporte que no merece el trato dado por las instituciones y por los que han mandado en ellas en los últimos años. Hablamos claro está de Marta Domínguez, el atletismo, Rubalcaba y Lissaveztky.

Marta Domínguez Londres