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En el Barcelona se habla más de Rosell y Laporta que de fútbol, justo lo que no le gusta a Pep
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ESTA NOCHE SE ENFRENTA EN CHAMPIONS AL BATE BORISOV BIELORRUSO

En el Barcelona se habla más de Rosell y Laporta que de fútbol, justo lo que no le gusta a Pep

El Barcelona viajaba ayer a Minsk, pero de lo que menos se habló a lo largo del día fue del partido que le enfrentará al BATE Borisov

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En el Barcelona se habla más de Rosell y Laporta que de fútbol, justo lo que no le gusta a Pep

El Barcelona viajaba ayer a Minsk, pero de lo que menos se habló a lo largo del día fue del partido que le enfrentará al BATE Borisov (20:45). El conjunto bielorruso no asusta ni a la plantilla ni a la afición y los asuntos extradeportivos se han instalado en el ambiente del Barça. Los litigios de Joan Laporta y sus directivos copan la actualidad blaugrana y aún colean las declaraciones de Pep Guardiola pidiendo clemencia para el ex presidente, algo que no ayuda en absoluto a la relación con Sandro Rosell. Por todo ello, ayer las cámaras no buscaban otra cosa que un gesto, una mirada, algo que indicara un acercamiento entre técnico y presidente. Y lo hubo. En Minsk se les vio en actitud cordial después de la conversación que mantuvieron el domingo, pero los focos apuntan hacia ellos y no se habla de fútbol, y eso es exactamente lo que no le gusta a Pep. Quiere que se zanje el tema y quizá por eso ayer entró a valorar sus declaraciones sobre Laporta.

El Barcelona de Guardiola se ha trabajado la imagen que transmite de club idílico. El azulgrana es un vestuario unido; sus jugadores -la mayoría de ellos criados en la Masía- están considerados como los mejores del mundo y maravillan con su forma de jugar al fútbol; faltan dedos de la mano para contar sus títulos y el entrenador, abanderado de la discreción y la humildad, solo tiene buenas palabras para sus hombres. Un equipo en perfecta sintonía. Sin embargo, algo falla. Las piezas del organigrama culé encajan en la base, pero no hay conexión con la cúpulaEs un tema que desvía la atención de lo que para Guardiola es prioritario, es decir, lo estrictamente deportivo, y eso no es de su agrado, sobre todo cuando su equipo está a escasas horas de un compromiso europeo.

A diferencia de lo que ocurre en el Real Madrid, donde Florentino Pérez no se cansa de defender públicamente a Mourinho a capa y espada, Guardiola y Rosell no mantienen una relación demasiado estrecha y sus tiranteces son de sobra conocidas. Ayer, en la rueda de prensa previa al encuentro de Champions, el técnico catalán se ratificó. Aunque reconoció la buena labor del máximo dirigente azulgrana, quiso marcar las diferencias: uno es entrenador y otro es presidente. Según Pep no tienen por qué ser amigos y entiende que se haya molestado, aunque dejó claro que no fue su intención. "Yo hablo de ocho familias (refiriéndose a los ex directivos), no de Laporta ni de Rosell, dijo ayer.

La junta de Rosell hace caso a Guardiola y cede en el caso Laporta

Las declaraciones del técnico tras el partido ante el Atlético de Madrid han tensado aún más la cuerda. Guardiola quiso echar un capote a su amigo Laporta, pero al mismo tiempo abrió la caja de los truenos y quién sabe si tras sus palabras se escondía una declaración de intenciones. Defendió al ex presidente y pidió a la actual directiva que dejara de presionarle a él y a su junta, petición que puede haber tenido su fruto porque, según informó anoche la Cadena Ser, la junta de Rosell pidió al socio Vincenç Pal que retirara la demanda contra Laporta. "Están sufriendo mucho y no se merecen todo esto", dijo Pep ante los micrófonos. Dos días antes, Guardiola, Joan Laporta y Johan Cruyff, los tres 'enemigos' de Rosell, habían comido juntos.

Guardiola no olvida que fue el anterior presidente quien confió en él y le eligió para reflotar al Barça cuando el club, según Pep, se encontraba en una situación precaria. Se siente en deuda con Laporta y su estima por él es "infinita". Todo lo contrario que los sentimientos que le unen a Sandro Rosell. Se ha dicho que Guardiola no era el preferido del actual mandatario azulgrana, pero, pese a sus diferencias, sabe que el técnico es parte de los triunfos y la estabilidad actual del Barça, y por extensión, también de su éxito. Por eso quiere 'atarle' al club, pero su insistencia siempre obtiene la misma respuesta por parte de Pep: renovación a última hora y compromiso por corto espacio de tiempo.

Y es que la situación económica de Laporta se plantea crítica, a falta de conocer los últimos movimientos. La denuncia de un socio anónimo ha acabado con el ex presidente con el agua al cuello. Si él y sus siete directivos no pagan este mismo viernes los 23,2 millones que corresponden a las pérdidas generadas en el año 2003 o no presenten aval bancario, el juzgado procederá al embargo de sus bienes.

Alineaciones probables:

BATE Borisov: Gutor; Volodko, Filipenko, Simic, Bordachev; Baga, Olejnovich, Bressan, Rudik; Kontsevói y Kezman.

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Sergio Busquets, Xavi, Keita; Messi, Pedro y Cesc o Villa.

Árbitro: Manuel Gräfe (GER)

Hora: 20.45 horas (GMT+2)

Estadio: Dinamo Stadio, Minsk

El Barcelona viajaba ayer a Minsk, pero de lo que menos se habló a lo largo del día fue del partido que le enfrentará al BATE Borisov (20:45). El conjunto bielorruso no asusta ni a la plantilla ni a la afición y los asuntos extradeportivos se han instalado en el ambiente del Barça. Los litigios de Joan Laporta y sus directivos copan la actualidad blaugrana y aún colean las declaraciones de Pep Guardiola pidiendo clemencia para el ex presidente, algo que no ayuda en absoluto a la relación con Sandro Rosell. Por todo ello, ayer las cámaras no buscaban otra cosa que un gesto, una mirada, algo que indicara un acercamiento entre técnico y presidente. Y lo hubo. En Minsk se les vio en actitud cordial después de la conversación que mantuvieron el domingo, pero los focos apuntan hacia ellos y no se habla de fútbol, y eso es exactamente lo que no le gusta a Pep. Quiere que se zanje el tema y quizá por eso ayer entró a valorar sus declaraciones sobre Laporta.

Sandro Rosell Joan Laporta