Un perdón de 100 millones de dólares

Hoy hace una semana que Woods aterrizó en el imprevisible planeta Tierra. Lo hizo acaparando la atención de todos los medios de comunicación. Tiger es humano, también comete errores, dijeron algunos tras el escándalo en el que se vio envuelto. Sin embargo, lo que 'el Tigre' no sabía, era la repercusión mediática que desencadenaría su accidente. No podía imaginar que, a partir de ese momento, su vida, durante al menos siete días, se convertiría en un auténtico calvario, en un callejón sin salida, en un oscuro y lúgubre rincón con escaso oxígeno para respirar.

 

“Tiger Woods, herido grave en un accidente de automóvil”. “Policía interroga a Tiger Woods”. “A Tiger lo golpeó su esposa en una pelea de celos”. “Policía aplaza interrogatorio de Woods”. “Silencio de Woods sobre extraño accidente”. “La mujer de Woods ayudó a su marido”. “Jaime Grubbs ¿otra novia de Tiger?”. “La policía pedirá el informe médico de Woods”. “Tiger tendrá que pagar una multa por conducción imprudente”. “Tiger Woods entona el ‘mea culpa’ sobre su infidelidad”. "Tiger Woods: He defraudado a mi familia”.

Estos titulares resumen la tormentosa semana de uno de los deportistas más famosos del mundo. Así comenzó y aún nadie puede asegurar cómo terminará. Lo cierto es que el último de esos  titulares, el que reza 'El ‘Tigre’ ofrece disculpas públicamente a su familia y a sus seguidores', es la clave de por qué el 'deportista del billón de dólares' pidió perdón. Algunos consejeros delegados de empresas de marketing deportivo consultados por la prestigiosa revista Forbes, aseguran que su arrepentimiento está relacionado con la continuidad o no de sus espónsor.

“Necesita salir y dar la cara, humanizarse y responder muchas preguntas difíciles sobre el tema. Cuanto más evite el contacto con los medios, menos control tendrá sobre la situación”, asegura a Forbes un director de comunicación estratégica. “Los patrocinadores van a escuchar a la gente que compra sus productos. Si lo maneja bien, puede poner el escándalo en la tumba”, agrega.

Por lo pronto, ninguno de sus más fuertes patrocinadores le ha dado la espalda. Niké, AT & T, Gatorade y Gillete, han comunicado que no tienen pensado, por el momento, abandonar a Woods. Sin embargo, todo dependerá de lo que haga Tiger a partir de ahora. Su imagen de integridad, de hombre familiar, de deportista intachable, está en duda pero no perdida. Los especialistas creen que no basta con pedir perdón, si lo que quiere es seguir percibiendo 100 millones de dólares anuales por conceptos de patrocinio.

Y es que no es tan fácil que sus esponsor lo dejen, sobre todo porque muchos de ellos colaboran con él y con su fundación, la cual destina cerca de 25 millones de dólares anuales en ayudar a niños en extrema pobreza. No obstante, ese es el problema al que se puede enfrentar ahora que su imagen se ha deteriorado. Las empresas que tenían pensado afiliarse a Woods se lo pensarán dos veces antes de tomar una decisión.

Sea como fuere, el martirio de Woods no ha terminado. Si su mujer decide romper su matrimonio tras la confesión de su infidelidad, el divorcio podría costarle alrededor de 300 millones de dólares, siendo éste el divorcio más caro de la historia, por delante del de Michael Jordan, al que le costó 168 millones de dólares. Algunas periódicos, como el Chicago Sun Times, aseguran que el número uno del golf está dispuesto a pagarle a su esposa 55 millones de dólares para que no se separe de él. Entonces, la pregunta sería ¿El divorcio podría darse por infidelidad, o por dinero?

Recibe una propuesta para promocionar un sitio web de citas

Eso sí, no todo es negativo para Woods, según como se mire. La última noticia relacionada con su accidente, que desencadenó la autopsia de su infidelidad, asegura que el mejor golfista del planeta tierra podría haber recibido una oferta de trabajo. Promocionar un sitio web de citas dirigido a hombres casados que promueve la infidelidad, a cambio de cinco millones de dólares.