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Mosley se 'carga' a Briatore
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BRIATORE Y SYMONDS ABANDONAN RENAULT

Mosley se 'carga' a Briatore

“Nelsinho Piquet ya ha terminado su carrera en la Fórmula 1. Conscientes de ello, padre e hijo quizás quieran hundirse en las profundidades llevándose con ellos

Foto: Mosley se 'carga' a Briatore
Mosley se 'carga' a Briatore

Nelsinho Piquet ya ha terminado su carrera en la Fórmula 1. Conscientes de ello, padre e hijo quizás quieran hundirse en las profundidades llevándose con ellos a Briatore, donde en el fondo espera un tiburón, relamiéndose con la última presa que puede zamparse antes de su retirada”. Así terminaba una reciente columna de El Confidencial, titulada “La venganza de los Piquet”. Finalmente el tiburón, Max Mosley, se zampó su presa. Y lo hizo dejando la inconfundible marca de su colmillo: mordiendo con saña a quien más le hacía daño, Renault como entidad corporativa. De este modo, la marca francesa, para aliviar la presión y la posibilidad de un justo castigo soltó lastre: el de Flavio Briatore. A estas horas, ya ex director deportivo de ING Renault F1 Team.

 

¿Imaginan una posible multa de cien millones de dólares a Renault? ¿La humillación de su expulsión del Campeonato del Mundo de Fórmula 1? Para la imagen de un fabricante es un panorama insoportable en el mercado y ante la opinión pública. Por ello, para “morder” a Renault, Mosley movió sus peones con la precisión quirúrgica que acostumbra.

 

Nelson Piquet padre le hizo el pase de la muerte para su último gol. Ayer reproducíamos en El Confidencial la carta que Flavio Briatore envió le envió al brasileño. Era la respuesta a las amenazas, los recados “gangsteriles” que Senior había dejado caer meses atrás. Otro que tal. “Voy a destruir a Flavio, avisadle”. Dicho y hecho. Acabó el Gran Premio de Hungría, la última carrera de su Nelsinho, y puso a su chavalín a cantar. Eso sí, como piloto, no volverá a escuchársele en la Fórmula 1. Ya se encargará Ecclestone de ello. Quien, por cierto, ha mantenido un clamoroso silencio en este tema durante las últimas jornadas.

 

Mosley se puso en marcha y no reparó en gastos. Destacó un espectacular equipo de comisarios para la investigación. Contrató al bufete de abogados Sidley Austin LLP y la agencia de investigación Quest como “FIA external advisors”. El Confidencial ha tenido acceso al informe y ha podido constatar que estaba realizado a conciencia para hacer sangre. Apuntando, además con precisión de láser. Una vez elaborado, se filtró a la opinión pública dos semanas antes de la reunión del Consejo Mundial que debía sentenciar sobre el asunto. El desgaste para Renault ha sido demoledor.

 

“Esto es lo que hay…”

 

No eran Briatore o Symonds quienes quedaban en entredicho en las conclusiones, sino una multinacional de primera línea cuando llegara la previsible sanción. Bajo cuerda, se lanzaba el mensaje a Carlos Ghosn, presidente de Renault: “Esto es lo que hay, os vamos a crujir, a no ser que….”, a no ser que le entregaran al tiburón la cabeza deseada, a modo de clemencia y gesto de buena voluntad,  y que ha llegado pocos días antes del Consejo Mundial. Exactamente igual que en el caso de 'la mentira de Hamilton' de McLaren en marzo/abril de este año. Briatore, como dirían los carreristas americanos, era ya un “pato sentado” para ser cazado. El equipo británico finalmente no fue sancionado. Tampoco lo será Renault con la expulsión del campeonato, aunque sí pueda serlo con un castigo menor. El tiburón está satisfecho.

 

Resulta totalmente censurable que Mosley haya dejado escapar a uno de los artífices fundamentales de los hechos que se iban a enjuiciar, Nelson Piquet junior. Tampoco resulta edificante el celo de Mosley en este caso frente a  similar y cercano, como el de Michael Schumacher, en Mónaco ‘06. Entonces,  el alemán aparcó su monoplaza a centímetros de los guardarraíles, poniendo en peligro la integridad de los comisarios. ¿Su castigo?: salir  al final de la parrilla. Ferrari no fue investigado. Por entonces, el equipo italiano era dirigido por Jean Todt. El candidato elegido por Mosley para su sucesión. Por ello, y al margen de los hechos, es inevitable percibir la instrumentalización paralela de este proceso para fines políticos.

 

Uno sí se ha escapado

 

Mosley debe estar partiéndose de risa  ahora ante el comunicado del pasado 12 de junio de ACEA (Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles), cuyo presidente es Carlos Ghosn, el también presidente de Renault. En aquel se declaraba, recordemos otra vez,  que “ACEA ha llegado a la conclusión de que la FIA necesita un gobierno moderno y un proceso de gobierno transparente…". Desde entonces, toda la furia federativa fue contra Renault. Primero con la sanción de Hungría y ante el Gran Premio de Europa, ahora con el “asunto Piquet”… Está por ver la decisión de Renault sobre su futuro en la Fórmula 1. Se irá, puede ser, o tal vez no, pero por su propia decisión, no la de presidente prejubilado.

 

Ron Dennis y Flavio Briatore llevaban dos décadas en este negocio. Casi tanto tiempo como Max Mosley. La Fórmula 1, como en una suerte de Saturno que devora a sus hijos, ha visto desaparecer en este último año a tres de sus grandes protagonistas, que se evaporan casi al unísono tras luchar a dentelladas entre sí. Destino kármico, dirían algunos… Con el último que le quedaba, Luca Cordero de Montezemolo, Max Mosley ya no podrá. El presidente de Ferrari siempre ha estado fuera de su alcance. ¿No dijo Mosley  recientemente que la Fórmula 1 podía vivir sin Ferrari?. Pues va a ser que no.

Nelsinho Piquet ya ha terminado su carrera en la Fórmula 1. Conscientes de ello, padre e hijo quizás quieran hundirse en las profundidades llevándose con ellos a Briatore, donde en el fondo espera un tiburón, relamiéndose con la última presa que puede zamparse antes de su retirada”. Así terminaba una reciente columna de El Confidencial, titulada “La venganza de los Piquet”. Finalmente el tiburón, Max Mosley, se zampó su presa. Y lo hizo dejando la inconfundible marca de su colmillo: mordiendo con saña a quien más le hacía daño, Renault como entidad corporativa. De este modo, la marca francesa, para aliviar la presión y la posibilidad de un justo castigo soltó lastre: el de Flavio Briatore. A estas horas, ya ex director deportivo de ING Renault F1 Team.