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Aris, de dios de la guerra a religioso del fútbol
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VITOLO LIDERA A LOS CUATRO ESPAÑOLES DE SALÓNICA

Aris, de dios de la guerra a religioso del fútbol

“Esto es fútbol”. Cuando la pasión por unos colores desborda a toda lógica, los límites del respeto o la intimidad no existen. El amarillo y negro

“Esto es fútbol”. Cuando la pasión por unos colores desborda a toda lógica, los límites del respeto o la intimidad no existen. El amarillo y negro como ley, los jugadores como guerreros. El Aris (Ares) -dios de la Guerra- como modo de vida. “Esto es fútbol; tú no sabes lo que es que 150 hinchas, horas antes de un partido, se metan en el comedor del hotel y te digan: deja de comer y atiende”. Así explica Víctor Vitolo el fervor de la hinchada, la Super 3, del conjunto griego Aris de Salónica. “Mañana no podemos perder. Otras veces se han presentado 1.000 tíos delante de la puerta del hotel pidiendo explicaciones” continuaba aleccionando el que fuera la perla de la cantera del Tenerife y ahora nuevo ídolo del fútbol heleno. Algo de esto ya habrán oído Mazinho y Donato, nuevos técnicos del equipo.

Era sábado, 24 de enero, y al día siguiente jugaban el gran derbi en casa -Harilaou Stadium- frente al PAOK, el otro grande de la ciudad. De 15 a 100€ el precio de las entradas. Antes del pitido inicial, un aficionado saltó al césped y empezó a hacer gestos para que toda la grada le siguiera, la policía no actuó, se limitó a que acabara su animación (ver vídeo). Vitolo, jugador perteneciente al Racing -cedido en el Aris-, ya había avisado qué nos íbamos a encontrar: “Para que entendáis… el actual presidente del club era el antiguo presidente de la Super 3”. Durante el partido conocimos al mencionado presi Skordas Haralampos cuando bajó al césped y empezó a dar patadas a una valla publicitaria para que los aficionados dejaran de arrojar objetos. La primera vez que el encuentro se paró fue a los 30 segundos, cuando impactó una Coca-Cola en la cadera del portero del PAOK. La lata estaba cerrada y del golpe se abrió. Era el primer parón de los muchos que hubo. El primer tiempo duró 67 minutos.

Lluvia literal de botellas y palos de madera contra el autobús del PAOK al llegar al estadio. Bengalas, cohetes y fuegos artificiales para recibir el inicio del partido (ver vídeo).De ahí se puede entender la pasión griega por el discóbolo. “Siempre tenemos que esperar 5 o 10 minutos para empezar entre que quitan los papeles, recogen botellas, bengalas y se va un poco el humo del césped”. El Confidencial saboreó el extremismo del balompié junto al futbolista más destacado del conjunto griego. El medio centro defensivo flipa en cada partido de la Superleague con su Aris y pone tierra de por medio para regresar a España. “Aquí es imposible no salir enchufado en un partido. En casa siempre hay 20.000 personas aunque juguemos ante el último; y fuera sabes que tienes tu cuadradito amarillo (color predominante del Aris) de 3.500 hinchas”.

“Esto es fútbol”. Cuando la pasión por unos colores desborda a toda lógica, los límites del respeto o la intimidad no existen. El amarillo y negro como ley, los jugadores como guerreros. El Aris (Ares) -dios de la Guerra- como modo de vida. “Esto es fútbol; tú no sabes lo que es que 150 hinchas, horas antes de un partido, se metan en el comedor del hotel y te digan: deja de comer y atiende”. Así explica Víctor Vitolo el fervor de la hinchada, la Super 3, del conjunto griego Aris de Salónica. “Mañana no podemos perder. Otras veces se han presentado 1.000 tíos delante de la puerta del hotel pidiendo explicaciones” continuaba aleccionando el que fuera la perla de la cantera del Tenerife y ahora nuevo ídolo del fútbol heleno. Algo de esto ya habrán oído Mazinho y Donato, nuevos técnicos del equipo.