Ronaldinho y Beckham: de 'eternos' rivales a compañeros

Los fichajes son uno de los principales alicientes del mundo del fútbol. Cada año, los equipos tratan de reforzarse para cumplir los objetivos de la temporada y los grandes jugadores siempre tienen hueco en los clubes más fuertes. En esos casos, los traspasos dependen única y exclusivamente del dinero que se ofrezca tanto a los equipos como al propio jugador, más allá de los sentimientos. En la campaña 2003/04, Ronaldinho y Beckham fueron los grandes cracks por los que media Europa se pegaba, especialmente Real Madrid y Fútbol Club Barcelona.

En el verano anterior al comienzo de la temporada, muchos fueron los titulares y las palabras que se escribieron sobre los posibles fichajes de ambos jugadores por Madrid y Barcelona. En principio, la gran estrella y el jugador a fichar a toda costa era Beckham, procedente del Manchester United. Los presidentes de ambos equipos, Florentino Pérez y Joan Laporta, deseaban contratar al centrocampista inglés; incluso Beckham llegó a ser una de las promesas electorales del presidente culé.

Finalmente, el jugador británico fue contratado por el Real Madrid, por un montante de 25 millones de euros, por lo que el Barcelona tenía que buscarse otro jugador mediático que diera un golpe de efecto. El elegido fue Ronaldinho que, curiosamente, también era pretendido por el conjunto blanco. Llegaba al club azulgrana, por 27 millones de euros, con la vitola de grandísimo jugador, aunque, quizá, no se esperaba que llegase a demostrar el poderío mostrado y que 'resucitase' a un equipo hundido de la manera en que lo consiguió.

En las cuatro temporadas en que Beckham estuvo en el Real Madrid disputó 130 partidos, logrando 18 goles, mientras que Ronaldinho, que se mantuvo cinco en el Barcelona, participó en 190 encuentros, marcando un total de 88 goles. Desde luego, las estadísticas hablan por sí solas. Uno llegó como un crack mundial y el otro, realmente, lo demostró. Sin embargo, los dos salieron del equipo por la puerta de atrás.

Pero casualidades de la vida, ambos han recalado, años más tarde, en el AC Milán. Dos figuras, señaladas como cabeza de proyectos deportivos distintos, e incluso contrapuestos, han terminado en el conjunto rossonero. Tanto se discutió en su tiempo sobre quién era el mejor fichaje para cada club y, al final, ambos han fichado por el conjunto italiano para continuar con sus carreras futbolísticas. Será ahora cuando realmente se verá si son tan diferentes sobre el terreno de juego. Los dos tienen un reto por delante: llevar al AC Milán, actualmente tercer clasificado de la Serie A, a lo más alto del Calcio y devolverle su esplendor europeo. Ahora, comparten un objetivo: ser los mejores... como equipo.