Es noticia
La medicina de Laporta se llama Guardiola
  1. Deportes
FC BARCELONA

La medicina de Laporta se llama Guardiola

Guardiola lo tiene claro. Muy claro. Sus palabras tienen sentido, su filosofía se rige bajo el sistema de la sinceridad. Y es que el nuevo técnico

Foto: La medicina de Laporta se llama Guardiola
La medicina de Laporta se llama Guardiola

Guardiola lo tiene claro. Muy claro. Sus palabras tienen sentido, su filosofía se rige bajo el sistema de la sinceridad. Y es que el nuevo técnico del Barça, desde que tomó las riendas del club, ha ido siempre dando la cara y con la verdad en la lengua, sin actitud soberbia y sin intensión de lastimar a la cúpula del conjunto ‘culé’. Ayer se desahogó. “No puedo vivir pensando que tendré tiempo. Nos adaptamos, sí o sí” en referencia a que las aguas se agitan en torno a Laporta y necesita resultados positivos de inmediato. “Si no nos va bien, la culpa será nuestra. No se podrán derivar culpas a otros. Por ahora Laporta es el presidente. Más adelante, decidirán las circunstancias”.

Pep Guardiola pretende cambiar la mentalidad de su plantilla de pies a cabeza. Por ahora, no cree en la inestabilidad que padece el club, confía o al menos tiene la “intuición” y la “fe” de que Henry recuperará su olfato goleador, está consciente de los jugadores que tiene, a la espera de que se concrete la llegada de un delantero centro, quiere que el Camp Nou se divierta, que vea fútbol espectáculo, quiere que los pañuelos se queden en el bolsillo de los aficionados y que los aplausos se multipliquen por mil.

La deberes no son fáciles. Y él lo sabe. Por eso, Guardiola quiere sumar adeptos y restar enemigos, incluso, ha tenido palabras de aliento para Ronaldinho, Deco y Eto’o, a los que descartó sin compasión desde el arranque: “Nunca tuve la intensión de devaluarlos”. El Barça busca en Guardiola un relajante muscular, quiere escuchar un chill out que disminuya la frecuencia cardiaca. El Barça desea un recambio a la medida para Rijkaard, un estratega capaz de solucionar el corto circuito que dejó sin luz a la plantilla, al técnico, a la directiva, a los cracks y a los peones del campo. El Barça necesita un entrenador con las características ofensivas de Frank, pero con los ingredientes que se le acabaron al holandés y que no encontró ni en el mercado de la Boquería: disciplina en polvo, disciplina en grano y 100 gramos de autoridad.

Guardiola lo tiene claro. Muy claro. Sus palabras tienen sentido, su filosofía se rige bajo el sistema de la sinceridad. Y es que el nuevo técnico del Barça, desde que tomó las riendas del club, ha ido siempre dando la cara y con la verdad en la lengua, sin actitud soberbia y sin intensión de lastimar a la cúpula del conjunto ‘culé’. Ayer se desahogó. “No puedo vivir pensando que tendré tiempo. Nos adaptamos, sí o sí” en referencia a que las aguas se agitan en torno a Laporta y necesita resultados positivos de inmediato. “Si no nos va bien, la culpa será nuestra. No se podrán derivar culpas a otros. Por ahora Laporta es el presidente. Más adelante, decidirán las circunstancias”.

Joan Laporta Ronaldinho